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martes, 27 de abril de 2021

Mitos farmacológicos

Buenas noches.

Tras muchos meses —más de los que debería—, con el blog en standby, vuelvo a la carga.
Y lo hago con un post donde pretendo desmentir mitos relativos a la farmacología; más concretamente, al uso de antidepresivos.

Justo ayer, una chica hizo un hilo en Twitter donde contaba su experiencia con la asistencia telefónica en Atención Primaria. Según ella misma cuenta, por un problema de salud mental. Hasta aquí, todo bien.

El problema llega cuando asevera que el antidepresivo que le pautó por teléfono el médico crea drogodependencia. Palabras textuales.

Esto estaría muy bien avisarlo si fuera cierto. Pero es que no lo es. Por eso escribo la entrada del blog.

Para empezar, quiero explicar qué son los antidepresivos y para qué sirven. Según dice la propia SEP (Sociedad Española de Psiquiatría), son los fármacos destinados a tratar no solo la depresión, sino también otras patologías como el TOC, la ansiedad severa, los trastornos de la conducta alimentaria... (1).

Hay diferentes tipos o "familias" de antidepresivos: los tricíclicos; los inhibidores de la monoaminooxidasa también llamados inhibidores de la MAO o IMAO; los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina IRSNs—; antagonistas e inhibidores de la recaptación de serotonina (o AIRSs)...

Por otra parte, y según se desprende de la Encuesta Nacional de Salud en España (ENSE) más reciente, hecha en 2017, casi el 10% de la población padece depresión de forma declarada y diagnosticada (2). Os dejo aquí la tabla, que también aparece en el documento:



De igual forma, no podemos negar la eficacia de los antidepresivos. Pero esto ya no está respaldado únicamente por la evidencia científica, sino también por la pura lógica: si no funcionasen bien, no existirían personas que dijeran que la medicación junto con otros aspectos, por supuesto, como psicoterapia o una vida saludable y tranquila— les ha ayudado a estar mejor. De hecho, ni se comercializarían: ¿para qué sacar a la venta algo que no sirve? No tiene sentido.

Un informe de 2020 (donde se analizan datos de 2017) en España estima que, en nuestro país, una cantidad nada desdeñable de población ha tomado antidepresivos en el marco clínico de Atención Primaria (3). Repito: es de 2017. Me juego un brazo y no lo pierdo a que, debido a la pandemia, estos datos serán actualmente muy superiores. De nuevo os dejo una tabla, sacada del mismo documento:



Y una vez establecido todo esto, vamos al tema de que "los antidepresivos crean drogodependencia". Spoiler: No.

Lo que sí creo es que hay un cacao importante con la terminología y la retirada de este tipo de fármacos. Voy a intentar explicarlo lo mejor que pueda.

Lo primero es la terminología. Hemos de conocer, por tanto, el concepto de drogodependencia. Este se asimila al de adicción. ¿Y qué es la adicción? Pues según la ASAM (American Society of Addiction Medicine) es una enfermedad primaria, crónica y que afecta al circuito de recompensa cerebral, la motivación, la memoria y los circuitos relacionados (4).

La adicción está, a su vez, íntimamente relacionada con los conceptos de tolerancia que es el hecho de necesitar cada vez más dosis de la sustancia para lograr el mismo efecto que te hacía al empezar a consumir; y de dependenciaentendida esta última como necesidad de consumir para evitar el malestar que provoca el no hacerlo. Hay, a su vez, dos tipos de dependencia:
1) La fisiológica, manifestada a través del síndrome de abstinencia (que son todos los síntomas físicos que tiene la persona cuando no consume); llamado coloquialmente "mono".
2) La conductual, relacionada con el entorno, y que está en
 la línea de las actividades destinadas o relacionadas con consumir.

Y una vez clarificados los términos, el quid de la cuestión con los antidepresivos radica en que no crean dependencia porque (1)

a) No presentan tolerancia: No se necesitan cada vez más dosis para lograr una mejoría anímica. 
b) No tienen efectos inmediatos: tardan 2 o 3 semanas en empezar a hacer efecto. En cambio, cuando consumes cualquier droga (cocaína, heroína, alcohol o tabaco), notas sus efectos al poco tiempo.
c) No causan síndrome de abstinencia: si se te olvida o no puedes tomarte un día el antidepresivo no vas a ponerte fatal ni a sentirte mal, ni vas a ir corriendo a la caja del fármaco para tomártelo "porque te lo pide el cuerpo" mediante una serie de signos y síntomas. Ahora, cambiad "antidepresivo" por "cigarrillo" y contadme qué pasaría.

De igual manera, creo que es importante explicar que la diferencia entre sustancia psicoactiva y psicofármaco (como es el caso), la encontramos en el hecho de que el segundo está ampliamente estudiado, sobre todo de cara a su uso principal —el sanitario, y se decide su utilización cuando hay una enfermedad, siempre con la menor dosis posible. La sustancia psicoactiva, en cambio, se usa con o sin enfermedad, y en contextos diferentes, como el lúdico (4).

Ahora vamos al otro punto polémico: la abstinencia a los antidepresivos.
Hay muchas personas que piensan que si se quitan estos fármacos la persona se va a encontrar muy mal. Y esto es cierto, aunque con un pero: es verdad que puedes encontrarte muy mal... pero esto sucede cuando los antidepresivos se quitan de golpe. Eso no debe hacerse nunca, nunca, nunca. Al revés: tiene que ser poco a poco y comprobando cómo va esta retirada paulatina del fármaco. ¿Por qué?

Porque si los retiramos de golpe, se corre el riesgo de provocar lo que se ha venido en llamar síndrome de discontinuación o síndrome de retirada; es lo mismo, se llame de una forma o de otra. De nuevo cabe preguntarse por qué pasa esto. Algunas de las posibles causas son dependiendo del antidepresivo que se tome rebotes de los neurotransmisores, disminución de la serotonina, síntomas secundarios mediados por otros neurotransmisores... (5).

Los síntomas de este síndrome de discontinuación (conocidos con las siglas FINISH), son los siguientes (6):


Suele pasar cuando los antidepresivos se quitan de golpe. Pero también en algunos casos con la retirada paulatina si el paciente muy sensible a los cambios de dosis, o cuando se cambia de antidepresivo.

Otro ejemplo muy claro de lo mal que puede encontrarse una persona cuando deja de tomar un fármaco de golpe lo encontramos en los corticoides. Sí, en ese Urbason o en ese Dacortín. También han de quitarse poco a poco por lo mismo: porque puedes tener problemas con la producción adrenal de estas sustancias si los dejas tal cual. Y no he visto que se haya montado tanto revuelo en Twitter con ellos.

No quiero alargar mucho más la entrada. Lo que sí quiero que quede claro, a modo de resumen, es que:
1.- Los antidepresivos están más que estudiados.
2.- Son seguros.
3.- A la vista está que funcionan.
4.- Los síntomas físicos que presentan no conforman un síndrome de abstinencia, porque NO CREAN DEPENDENCIA. Se deben a su retirada radical y brusca; por eso se quitan progresivamente.

Espero haber ayudado a clarificar el problema y desmontar el mito que les rodea. No descarto, incluso, ampliar información si encuentro algún artículo relevante 
Como siempre, gracias si habéis llegado hasta aquí y ¡nos leemos pronto!

Nurse Lecter

(3) Ministerio de Sanidad, Subdirección General de Información Sanitaria. Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de registros clínicos de Atención Primaria (2020; p.12). Disponible en:
(4) Waisman M., Benabarre A. Adicciones. Uso de sustancias psicoactivas y presentaciones clínicas de la enfermedad adictiva. Capítulo 1: aspectos generales. (2017). Panamericana.
(5) Baeza S., Quijada J., Santander J. Síndrome de discontinuación de antidepresivos. Rev. chil. neuro-psiquiatr. [Internet]. (2002); 40(1): 56-66. Disponible en:
(6) INFAC. Tratamiento de la depresión en Atención Primaria: cuándo y con qué (2017); 25(1): 10. Disponible en:

viernes, 4 de octubre de 2019

Película del mes

¡Hola!

Hace tiempo que no hago un post específicamente peliculero, así que vamos con él ahora mismo.
La peli que nos toca analizar hoy no está en el blog por ser propiamente de salud mental. Pero no es menos cierto que tiene un par de aspectos que me gustaría analizar.
Me dejo de palabrería y me meto al lío... ¿os venís conmigo a Suecia?



Título: "Midsommar"


Título original: "Midsommar"

Dirección: Ari Aster

País: Estados Unidos, Suecia

Año: 2019

Duración: 147 minutos

Género: Terror, thriller, drama

Reparto: Florence Pugh, Jack Reynor, Will Poulter, William Jackson Harper
Vilhelm Blomgren

Música: Bobby Krlic

Productora: A24, Parts & Labor, B-Reel Films




Además dejo tráiler y debajo la sinopsis, como es habitual:


Dani (Florence Pugh) y Christian (Jack Reynor) son una pareja cuya relación se encuentra en las últimas. Tras un acontecimiento horrible en la familia de Dani, surge la oportunidad de acudir a un festival típico de Suecia, el Midsommar. La pareja acepta con la idea de "desconectar" un poco de todo lo sucedido y de su situación actual. 
Al principio todo parece genial, bucólico-pastoril y precioso. Pero poco a poco la cosa se empieza a torcer y toma un cariz que no les gusta nada ni a ella... ni a los que vimos la película, la verdad.

Es importante comentar que tanto el pueblo (Hårga), como el Midsommar existen; pero obviamente el modo en el que es presentado éste último en la película no tiene nada que ver con el real.
Se trata de una fiesta sueca que sirve para dar la bienvenida al verano. Creo que sería una celebración análoga a la de San Juan aquí en España. En el caso escandinavo se hace una comida típica, se bebe, se canta, se baila y las mujeres se ponen coronas de flores en el pelo y vestidos tradicionales. Como veis, algo muy inofensivo.
Y por supuesto estoy segura de que las gentes de Hårga son unas bellísimas personas que no se parecen en nada a las de la comunidad que hay en el film -aunque probablemente estén muy molestas con la imagen que se tendrá de ellos a raíz de la película-.



A partir de aquí, vamos con spoilers. El que quiera leer lo hará bajo su responsabilidad.

El Midsommar de la peli de Aster difiere de aquel en el que está basado en unas cuantas cosas. La primera es en la duración, que es de nueve días. Y las otras son por ejemplo...
- Consumo de tóxicos: Sinceramente, no tengo ni idea de qué droga será; posiblemente se trate de hierbas o setas de allí. Lo cierto y real es que en "Midsommar" tanto propios como extraños se pasan el día colocados perdidos: con infusiones, bebidas, condimento en la comida, como sustancia para fumar... da la impresión de que todo lo que te echas a la boca allí es un tóxico.
Algo que sí está claro es que la sustancia en cuestión es alucinógena porque Dani ve a su hermana y a su madre (lo cual es imposible), e incluso Ari Aster quiso que los espectadores fuésemos partícipes de ello: no sé cómo se llamará el efecto especial que usó, pero hizo que las flores "latiesen" y los bordes de las imágenes se difuminasen, distorsionasen o tuviéramos a veces visión en túnel. ¡Un mareo y un agobio totales!
Aquí os dejo un vídeo donde el propio director lo explica:


Claramente la gente de la comunidad de Hårga necesita primero desintoxicarse (llegando a usar medicación y cuidados de soporte en caso de que fuese necesario), y después deshabituarse. De la reinserción social no podemos hablar aquí puesto que se trata de un pueblito pequeñito, aislado en mitad de la nada... y todos sus habitantes están metidos en el ajo, no son sólo una o dos personas.



- Suicidio: esto es con ciertos matices. Tal y como explican en el film, esta secta divide la vida de una persona en cuatro etapas.
  • Primavera: primeros 18 años de vida. Te dedicas a crecer, educarte y aprender en Hårga.
  • Verano: de los 18 a los 36 años. Es en este momento cuando se sale del abrigo de la comunidad para estudiar fuera, formarse, conocer otras formas de vida... y captar gente para el grupo a fin de que la endogamia no lo destruya.
  • Otoño: de los 36 a los 54 años. Los miembros jóvenes vuelven y se dedican a trabajar y formar una familia en la comunidad como si nada.
  • Invierno: de los 54 a los 72 años. ¡A disfrutar de la jubilación!
Todo eso está genial, pero... ¿de los 72 años en adelante qué pasa?
Pues pasa que está pactado que salgas del grupo a lo grande, quieras o no. Así se ahorran superpoblación y pensiones. Y cuando digo "a lo grande" es que se queman todos los cartuchos: los venerables ancianitos se tiran desde lo alto de un peñasco. Eso sí, antes los tienen entre algodones: ya que se tienen que ir, que lo hagan a gusto y con un buen recuerdo.

A ver, no os voy a mentir. De todas las escenas que vi en "Midsommar" ésta junto con el final fue la que peor me pareció.
Primero porque nunca es agradable ver un suicidio, ni real ni de ficción. Pero es que es menos agradable todavía cuando se trata de un suicidio ritual, que es adonde quería llegar y donde está el matiz del asunto. La primera señora que se tira lo hace con gusto, supongo que porque es lo que ha oído y visto desde pequeña: "esto es así, es una costumbre y no tiene vuelta de hoja"; lo tiene interiorizado. Pero en cambio el segundo señor duda, tiene miedo... y eso al final lo paga caro. No voy a entrar en más detalles, pero digamos que sus compañeros de secta le echan una manita para despedirlo.



- Abreacción o catarsis. Puede que haya alguien que no sepa lo que significan las palabrejas, que son sinónimas: se trata de liberarte o descargarte de emociones o sentimientos desagradables que tenías reprimidos. Básicamente desbloquearlo, soltarlo y quedarte en la gloria.
Ambos términos fueron utilizados por Freud y Breuer, aunque concretamente la palabra "catarsis" se remonta a Aristóteles.
Esto fue sin lugar a dudas lo que más me gustó de la peli. Quizás porque la forma de llegar a ella está presente en mi día a día: usan la empatía, tanto para las emociones positivas como para las negativas.

Los Hårga ayudan de esta manera a exteriorizar las emociones de alguien del grupo que esté feliz o que lo esté pasando mal, no importa. Se aprecia perfectamente cuando Dani descubre algo que la hace sufrir y la fuerza a quitarse la venda de los ojos en lo referente a su relación con Christian: chilla, llora, grita, cae al suelo... y las mujeres de la comunidad hacen lo mismo junto a ella, animándola a que se exprese y demostrándole que la apoyan, la aceptan con toda su carga emocional -que no es poca- y entienden sus sentimientos. Dentro de lo desconcertante que es la película, ese detalle estuvo muy bien.



En la escena final también se ve... los miembros de Hårga gritan, lloran, se tiran del pelo, patean y se revuelcan por el suelo, compartiendo el dolor de las personas que hacen las veces de sacrificio humano (porque sí, ésa es otra... no sólo hay suicidios rituales en esta peli, sino sacrificios y asesinatos).

Por eso rozamos algo que siempre me ha llamado la atención: la relación entre cultura y salud mental. En "Midsommar" está muy llevado al extremo, obviamente. Pero trasfondo aparte, queda muy claro que el choque cultural puede ser importante y llegar a impactar a ambas partes: el que viene y el que lleva ahí toda la vida.
En la peli no se llega a saber tanto, pero no es descabellado pensar que Dani podría sufrir un futuro trastorno de estrés postraumático o TEPT (tampoco me extrañaría, la verdad: está mal con el novio, toda su familia ha fallecido y por tanto está completamente sola, los amigos de su novio la odian, para postre todo lo que ha visto y vivido allí... y lo que hace al final).
Si llega a desarrollarlo se le manifestará seis meses después del Midsommar o más y soñará con ello. Además tendrá ansiedad, sentimientos de culpa, quizás síntomas disociativos y lo peor de todo: revivirá los eventos una y mil veces de forma involuntaria... porque lo habitual es obligarse a no recordarlos y dejarlos arrinconados al fondo del cerebro (1). Podría ayudarla seguir una terapia psicológica y tomar medicación como antidepresivos y benzodiacepinas.

Tan contenta ella de saber que ha marcado tendencia para este Halloween. Ni tan mal.




- Trastorno bipolar: Uno de los motivos que tienen Christian y Dani para viajar a Suecia es que ella se reponga un poco del enorme palo que ha sufrido y con el que arranca la peli. Su hermana Terri tenía un trastorno bipolar y en una de las fases depresivas de esta patología se suicidó usando monóxido de carbono... pero no lo hizo sola. Se llevó con ella a sus padres.
Sí que me gustó ver que Terri le escribiera mails a Dani diciéndole que no podía más, que no quería vivir y que ésta sería la última vez que sufría. Me pareció genial sobre todo por dos cosas:
1) Porque esto sirve para que la gente sepa que hay que tomarse en serio cualquier verbalización de la ideación suicida.
2) Porque se destierra la idea de que "el que quiere suicidarse no avisa". Puede que no te avise de forma directa -"oye, que me voy a suicidar mañana a las seis de la tarde"-, pero sí hay ciertas señales indicativas: va atando cabos y cerrando hilos, despidiéndose de forma discreta...
Ya escribí un post sobre este problema de salud mental; podéis leerlo aquí si queréis.



Hay más cosas y detalles escondidos en "Midsommar" pero no quiero que el post se quede largo de más -y ya es bastante extenso-. Así que lo acabaré con mi opinión personal de la película, también con algún spoiler.
La vi el día después del estreno a finales de julio; ya había visto "Hereditary" antes y me gustó una barbaridad, así que las expectativas eran muy altas.
Salí del cine con una mezcla de varias cosas: horrorizada, asqueada, angustiada, muerta de risa (porque sí, hay un par de escenas sin pies ni cabeza que provocaron la carcajada general de lo absurdas que eran), aliviada... la pregunta que mis amigos y yo nos hicimos fue básicamente "¿qué clase de FUMADA monumental acabamos de ver?", seguida de la conclusión de que habíamos sido estafados: queríamos ver una película de terror, y no vimos el terror por ninguna parte.
Lo mejor viene ahora: tras dejar pasar todos estos meses he logrado apreciarla e incluso me gusta; espero que los amigos con los que fui no lean esto porque me echan las cruces, ¡jajajajaja! No me parece una obra maestra pero es seguro que la veré más veces. Lo gracioso es que tampoco sé explicar por qué al final me ha acabado gustando. Supongo que porque a su manera la peli es catártica, te ayuda a liberarte e incluso puedes identificarte con Dani; entiendes cómo se siente y por qué al final decide sacrificar a Christian.
Al margen de eso la fotografía es una preciosidad y hay una gran labor de documentación detrás no sólo a nivel del Midsommar real sino de las tradiciones, leyendas y runas antiguas.
Lo de la banda sonora es otro tema... bonita pero inquietante.

De todas formas una cosa no quita la otra: "Midsommar" me gusta, si bien no se pueden negar varios hechos. El primero es que se trata de una ida de olla bestial de principio a fin; seguimos con que la última media hora es un cúmulo de escenas sin sentido -igual que pasó con "Hereditary", lo que le quita puntos-. Por otro lado, para mi gusto le sobra media hora. Y esto ya es muy personal: me reafirmo en que Ari Aster me parece un director muy pretencioso, con muchas ínfulas. Esto es algo que ya barajé al ver su primera película y que confirme con ésta. Así que en caso de que haga nuevos trabajos los veré, claro... pero no en el cine.



Y esto es todo. Perdonad el tocho, pero había bastantes cosas que me parecía importante comentar. ¡Espero no haberos aburrido mucho! ¡Hasta el próximo post!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013

miércoles, 30 de enero de 2019

Lectura del mes

¡Hola a todos!
Hace mucho que no me paso por aquí... perdonad la tardanza. Como siempre, he tenido bastante lío de turnos y el poco tiempo que me quedaba libre lo he invertido en descansar y desconectar, que siempre es necesario.

Retorno al blog con un libro que llevaba mucho tiempo queriendo leer y que por fin he acabado: "Misery", de Stephen King. Fue escrito en 1987. De igual forma se hizo una película en 1990 que aún no he visto, aunque sé que la gran Kathy Bates se llevó el Oscar.
Cuando la vea actualizaré este post.

Ésta es la edición que yo tengo.

Por si alguien no lo conoce, aquí dejo el argumento presentado de forma muy somera: Paul Sheldon es escritor, autor de una saga de novelas románticas cuya protagonista se llama Misery Chastain. Sufre un accidente de coche bastante grave y Annie Wilkes, enfermera retirada, lo encuentra y cuida de él. Resulta que Annie es MUY FAN de las novelas de Misery, que para ella encontrarse a este hombre es una de las mejores cosas que ha podido pasarle... y que no notifica el accidente ni avisa a nadie de que lo tiene en su casa. Como colofón, la cosa se complica para Paul cuando el último tomo de la serie no es del gusto de la mujer... A partir de aquí la historia va cuesta abajo y sin frenos. 
Aporto también el tráiler en VOSE.



Creo que hasta aquí a todos nos suena "Misery". Ahora viene LA pregunta. La gran pregunta:

¿Qué le pasa a Annie Wilkes?

Es algo que yo también me he ido preguntando conforme iba leyendo. Tenía tres hipótesis principales, aunque hay una que para mí cobra más fuerza.
Por supuesto, cualquier mentalero puede dar su opinión sobre el tema y la incluiré encantada en el post ^^. También añado que esta vez dejo de lado los tiempos de las enfermedades, ya que Annie Wilkes no se encuentra bien desde hace años.

A partir de aquí estáis pisando un campo de spoilers. Vosotros decidís si seguís leyendo o no.

Primera hipótesisEsquizofrenia desorganizada o hebefrénica. Es lo que más cuadra con la conducta de Annie tal y como refleja la CIE-10 (1):
Criterio A: Cumple criterios generales de esquizofrenia.
Criterio B2: presenta afecto inapropiado (lo mismo le dice a Paul que lo quiere, como que le remata la rodilla, le amputa un pie y un pulgar...), y a veces salta a la mínima por cualquier nimiedad.
Criterio C1: comportamiento errático -de repente "desconecta" quedándose como ida, y no siempre sus acciones se dirigen a un fin concreto, o se comporta forma muy inadecuada-.
El criterio D no lo cumple del todo, ya que en el caso de esta mujer los síntomas positivos SÍ dominan el cuadro clínico. Pero además Annie Wilkes no puede tener esta esquizofrenia por su edad. La esquizofrenia hebefrénica es propia de gente joven, no de personas que ya rebasan la barrera de los cuarenta como es su caso.



Debido a ello, pasamos a la...

Segunda hipótesis: Trastorno esquizoafectivo de tipo bipolar (2). Se cumple el criterio A de la esquizofrenia: delirios  de tipo paranoide -"todo el mundo está contra mía", "los pajoleros Roydman no me soportan", "no me van a dejar nunca tranquila"...-, y místico religiosos posiblemente, ya que parecer ser una católica bastante arraigada pese a todo lo que ha hecho.

"Es por tu bien, Paul..." ¡Pues menos mal!

También presenta comportamiento y discurso desorganizados -en momentos de crisis esta mujer se autolesiona con bofetones y arañazos-, en ocasiones incapacidad para una vida normal (recordemos que Annie está retirada a la fuerza)... y el criterio B: tiene episodios afectivos mayores maníacos y depresivos.
- En el caso de los episodios maníacos es innegable que se aprecian muchas veces ánimo irritable y disforia (sobre todo cuando el señor Sheldon le señala su actitud o le hace notar cosas que no le parecen del todo bien, como el tipo de papel que le ha comprado)... y a veces también intenta cautivarle y engatusarle si bien no llega a un punto tan seductor.
- Annie sufre también un episodio depresivo en el que verbaliza ideas suicidas y se aprecian apatía, anhedonia, aplanamiento afectivo, se autoagrede de nuevo... Y presenta un muy mal aspecto físico: sucia, cansada, triste, ojerosa. Por otra parte Paul hace una escapada fuera del cuarto donde está confinado aprovechando que ella se ha marchado, y se da cuenta de que pasa olímpicamente de limpiar la casa y los restos de comida, no tiene horarios, no se ducha...

Sin embargo a esto yo le pondría una objeción. En el trastorno esquizoafectivo NO se dan los síntomas afectivos y los psicóticos al mismo tiempo, sino que son excluyentes: cuando una cosa está, la otra no aparece. Y creo que con la señorita Wilkes no es exactamente así: en ella tienen lugar ambas a la vez.


Esto último nos lleva a la...

Tercera hipótesis: Trastorno bipolar tipo I con síntomas psicóticos congruentes con el estado de ánimo (a modo de recordatorio, tened en cuenta que el tipo I es el de las fases maníacas; el tipo II el de las hipomanías).
Esto me parece algo más probable ya que se ven bien los episodios maníacos... Siguiendo los criterios del DSM-V y tal como he comentado en el trastorno esquizoafectivo (2), Annie se muestra en ocasiones muy irritable (los "tengo que enjuagar, Paul" y "esto es culpa tuya"/"mira lo que me has hecho hacer" están metidos en lo más profundo de mi cerebro, y las agresiones y amenazas también)... y en otros momentos está eufórica en relación al pobre hombre y lo cuida con mucho mimo. También me da la impresión de que duerme poco, pero no puedo asegurarlo.
También es importante recordar que esta mujer tiene al menos el episodio depresivo anteriormente mencionado: ideas suicidas, apatía, anhedonia, aplanamiento afectivo, dejadez física.
Por otro lado en cuanto a los síntomas psicóticos podemos observar los delirios paranoides y místico-religiosos que he comentado en la segunda hipótesis... al mismo tiempo que las fases maníacas.




Pese a que éste es el grueso principal de teorías, tampoco podría descartarse un trastorno de conducta cuando era (pre)adolescente... que finalmente ha derivado en un trastorno de personalidad antisocial: falta de empatía, uso de la mentira, ausencia de remordimiento... Además de todo lo que le hace a Paul, también lo obliga por ejemplo a hacer cosas en contra de su voluntad mediante amenazas y manipulaciones varias. Sin ir más lejos lo obliga a escribir una novela en la cual Misery resucite porque ¿cómo es posible que su personaje literario favorito muera? ¡No, por Dios!
También pensé en un trastorno límite de personalidad (TLP) por los cambios de afecto, problemas de impulsividad, un presumible sentimiento crónico de vacío, relaciones interpersonales alteradas y por la autolesiones que Annie se hace a sí misma.
También es evidente que presenta ideas obsesivas hacia Paul, pero no llegan al nivel de erotomanía ya que Annie no cree que Paul esté enamorado de ella... es al revés: Annie es la que está obsesionada con Paul y el mundo de Misery. Y es consciente de ello, lo que es crucial en este sentido.

Por otra parte, hay momentos en los que la enfermera presenta unas cotas de inteligencia brutales: tiene previsión, es organizada y milimétrica en sus planes, tiene claro lo que que quiere y cómo conseguirlo, presenta ideas razonables, coherentes y consecutivas, y los asesinatos anteriores le han salido prácticamente redondos porque no da puntada sin hilo. Esto fue lo que me hizo valorar un trastorno de personalidad antisocial también.



Quiero hacer una breve mención también a Paul Sheldon. ¡Muy rápida, no os preocupéis!
Es más que evidente que (en caso de que sobreviva a Annie Wilkes), desarrollará un trastorno de estrés postraumático o TEPT. Éste aparecerá 6 meses después o más, y consistirá en revivir el trauma y problemas de sueño, ansiedad... para lo que necesitará por ejemplo terapia de exposición (real o imaginaria), procesamiento del evento traumático, entrenamiento en inoculación del estrés o el manejo de las emociones. Y en cuanto a fármacos podría tomar benzodiacepinas o antidepresivos de perfil sedativo -estos últimos tienden a darse en casos concretos-.
Pero de igual forma, durante su cautiverio Paul se engancha a un potente analgésico: el Novril, que lleva codeína. Annie se lo da para mitigar el dolor que le causan las piernas fracturadas por mil sitios. De hecho le causa tolerancia: cada vez necesita más cápsulas para lograr el mismo efecto. Y lo peor es que Annie al ser enfermera lo sabe y en ocasiones lo deja horas enteras sin ellas. Así que al dolor físico hay que sumarle la abstinencia. Imaginaos el cuadro, que no es pequeño.
Aclaro asimismo que el Novril no existe; esto King también lo especifica antes de comenzar la novela, al igual que da a conocer a los sanitarios que lo asesoraron a la hora de perfilar a los protagonistas.

De igual forma tengo que añadir para los legos que esto NO es lo que sucede en las personas que tienen un problema de salud mental. No les da por cortar pies ni retener a nadie en casa contra su voluntad, y mucho menos matar gente. Para nada.
King le dio un puntazo de maldad pura y dura a una persona con un trastorno mental grave. El mismo puntazo de maldad que le podría haber dado a otra persona que no tuviera ninguna enfermedad de este tipo, que matara porque sí o por algún motivo (como venganza, por ejemplo).



Y ahora voy a la opinión personal.
Partiendo de la base de que es ficción pura y dura y que ha habido momentos en los que se me ha hecho algo lenta, en general es espectacular. Pese a que no es mi novela favorita de Stephen King, sí que ha sido la única (junto a "El resplandor") en la que me he metido de lleno ya no en la historia, sino en la misma habitación en la que Paul está secuestrado: era como verlo todo desde una de las esquinas del cuarto. Abría el libro y desaparecía el mundo que conozco, siendo sustituido por la casa de Annie. He experimentado mil cosas con esta novela y eso siempre es de agradecer.
Además también me ha parecido muy bueno que King escribiera fragmentos reales del nuevo libro de "Misery" que Paul Sheldon se ve obligado a crear -haciendo así una novela dentro de otra novela-... y que hayan tenido el detalle de rellenar con otra tipología las letras que le faltaban a la máquina de escribir Royal. ¡Un puntazo!



Otra cosa que he leído es que "El Rey" escribió esta novela en un periodo de su vida en el cual las adicciones a diversas sustancias estaban en todo su apogeo y realmente la obra es una metáfora: Annie Wilkes es la adicción (más concretamente a la cocaína), las mutilaciones y episodios vejatorios que sufre Paul son los estragos de la droga en el propio Stephen King, y el hecho de que el escritor estuviera secuestrado es la soledad que sintió.

Hasta aquí el post de "Misery". ¿Vosotros habéis leído el libro o visto la peli? ¿Qué os parecieron?
¡Os leo!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) OMS. CIE-10: Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y pautas para el diagnóstico. (1992) Madrid. Ed. Méditor.
(2) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013

viernes, 2 de noviembre de 2018

Sad baby

¡Hola a todos!
¿Cómo están yendo estos días? ¿Habéis podido pillar algún contratillo este puente? ¡Ojalá que sí!

Este post es complementario al anterior, en el cual hablé de la depresión -podéis leerlo aquí si queréis-. Será mucho más corto porque no se trata de complementar la patología en sí con más información, sino de enseñaros que la depresión afecta también a un grupo de edad muy concreto aunque suene raro: a los bebés.
Un poco más adelante y dentro de esta misma entrada ilustraré mejor esto con un par de vídeos de series, así que ¡cuidado spoilers! Os avisaré antes.


Ahora vamos a lo que vamos: la patología.
Existe una condición llamada depresión anaclítica, que se observa en niños de poco más de seis meses y se ven separados de su madre por un tiempo máximo de tres meses. Cabe destacar que el vínculo madre-hijo era estupendo hasta ese entonces, por lo que surge una deprivación emocional parcial (es decir, desaparece la figura de apego, pero aparecen otras que lo cuidan... si bien el "feeling" no es el mismo) a partir de separarles: el bebé llora sin consuelo, rechaza el contacto con otros adultos y poco a poco empeora. Aparecen insomnio, pérdida de peso, irritabilidad... sin causa física (1). En ese aspecto la sintomatología se parece a la de los adultos. También puedo comentar que surgen retraimiento, retraso en el desarrollo psicológico, rigidez afectiva... incluso el sistema inmune se ve afectado (2).

¡Ay, pobre! :(

El término fue acuñado por R. Spitz en 1946, que fue el primero que detectó estos cambios y sus síntomas en los niños tan chiquitines. También se le llama síndrome de hospitalismo (3).

Lo curioso -y bonito- de esto, es que si no han pasado más de tres meses y el bebé y la madre se reúnen de nuevo, el peque mejora a una velocidad de vértigo (4). Así que realmente no hay un tratamiento farmacológico como tal, sino que es tan fácil como restaurar el vínculo. Si se puede, claro; obviamente hay situaciones en las que no, como fallecimiento de la madre o que el niño esté internado en algún sitio tipo institución y esas cosas.

Es importante también dar un breve apunte sobre John Bowlby y su "Teoría del apego". Resumidamente consiste en que un bebé se apega a una persona (creándose así un vínculo con ella), con la cual se desarrolla una relación social que sentará las bases de relaciones futuras a todos los niveles, tanto para bien como para mal.
¿Por qué meto a Bowlby en esto? Porque su teoría complementa todo lo expuesto por Spitz en relación a la depresión anaclítica. Para que haya apego se necesita una figura relativamente constante en la vida del peque, y ya hemos visto que en la patología que nos ocupa esto no sucede.


¡Atención que ahora vienen los spoilers!

No recordaba que existía una depresión de estas características hasta que vi el capítulo 2x08 de "El cuento de la criada". Si habéis visto la serie conoceréis a Janine y a su bebé, al que ella puso por nombre Charlotte. También -si habéis llegado a este episodio-, recordaréis que la niña se pone muy enferma de pronto y sin motivo aparente. Tan mal está que la dan por perdida, así que June  mueve sus hilos para que Janine pueda despedirse de su pequeña y pasen su última noche juntas:


Pero gracias a Dios, se obra el milagro (o se restaura el vínculo): en cuanto Charlotte detecta que la que está con ella es su madre biológica mejora de la noche a la mañana, literalmente. Aquí el vídeo:


Mentiría si dijera que no lloré como una condenada con esta escena que os pongo porque me pasé todo el capítulo sufriendo -"¡Ay Dios mío que la cría se va a morir! ¡¡Que alguien haga algo por Dios y por la Virgen!!"- y haciendo cábalas sobre lo que podría pasarle a la bebé para:
1) Haberse puesto tan malita de golpe y porrazo.
2) Que la neonatóloga no supiera la causa, y por ende no tuviera un diagnóstico con sus consecuentes pronóstico y tratamiento.

Luego, ya más tranquila, me acordé de que existía algo así y me empezó a cuadrar todo. Cierto es que no se trata de una entidad muy común y cuesta caer en el detalle, pero una vez que lo haces todo encaja.



Doy por terminada la entrada, ¡ya os dije que sería breve! Si encuentro más información la actualizaré, prometido.
Espero que os haya gustado.
¡Nos leemos pronto de nuevo!


Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) Collazos Cifuentes D., Jiménez Urrego A.M. Depresión infantil: una caracterización teórica. Revista Gastrohnup 2013, 15(2): 15-19. Disponible en: 
(2) Gómez de la Calzada Ruiz C. El duelo en la infancia: elaboración, intervención y relación con la depresión. Trabajo Fin de Grado. 2015. Disponible en:
(3) Diccionario médico de la Clínica de la Universidad de Navarra: https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/depresion-anaclitica
(4) Betancourt M, L. Autismo, depresión anaclítica y prevención en salud mental infantil. Revista Colombiana de Psiquiatría. 2009;38(1):110-124. 



jueves, 18 de octubre de 2018

So sad

¡Buenas tardes!
¿Qué tal estáis? Espero que bien ^^. Siento de nuevo la tardanza, pero he estado muy liada. ¡Prometo volver al blog con las pilas cargadas!


El post de hoy trata sobre una enfermedad psiquiátrica muy prevalente -4'4% a nivel mundial, con una escalada preocupante en pocos años (1)-, ya que la padecen aproximadamente 322 millones de personas (1). Pese a eso, es una gran desconocida dado que mucha gente tiene ideas erróneas o preconcebidas sobre ella, las cuales no ayudan en nada. Se trata de la depresión.

1.- ¿Qué es? (2)
La depresión consiste en un estado de tristeza vital que supone un cambio en relación a cómo se encontraba anteriormente el sujeto.
Según nos cuenta el DSM-V, los síntomas clave y que siempre deben estar son el ánimo triste y la anhedonia (que es la incapacidad para sentir placer o disfrutar con cosas que antes te encantaban). Hay más criterios, a saber: pérdida de peso importante, problemas de sueño, cognición, enlentecimiento, culpabilidad, dificultades cognitivas -como olvidos, pérdidas de memoria, disminución de la capacidad de concentración y pensamiento-, fatiga, sentimientos hacia uno mismo de ser inútil, insignificante, no servir para nada, ser un estorbo... e ideas de muerte o suicidas.
Es importante asimismo saber unas cuantas cositas más:
A) Que el ánimo no es sólo triste, también puede ser irritable; sobre todo en niños y adolescentes.
B) Que puede haber hipersomnia o aumento del apetito, al contrario de lo que podría pensarse. Incidiré luego en esto.
C) Que los sentimientos de culpa o inutilidad pueden llegar a ser delirantes. Luego entraremos mejor aquí también.
D) Que estos síntomas tienen que estar presentes casi todos los días durante sólo dos semanas. Esto puede ser que os choque igual que a mí en su momento, ya que hay otros trastornos que ponen como condición que haya síntomas durante mínimo seis meses, o incluso años -como es el caso de la distimia-, para diagnosticarse como tal. Pero aquí y a priori, con dos semanas basta.

Por supuesto, para que una persona sea diagnosticada de depresión no puede haber tenido nunca un episodio maníaco o hipomaníaco; en ese caso sería trastorno bipolar tipo I o II, respectivamente. Y la depresión no puede deberse tampoco a un trastorno del espectro psicótico, a los efectos fisiológicos de una enfermedad médica o ser secundario a alguna sustancia.


2.- ¿Cuáles son sus causas?
La primera es la más evidente: predisposición genética/antecedentes familiares previos. De igual forma hay factores externos que aumentan el riesgo de padecer depresión como traumas, pérdidas significativas, estrés, abusos, negligencia... Además también hay factores personales; es decir, propios del sujeto (3).
Pero la causa principal en sí es la desregulación serotoninérgica. Esto traducido y muy simplificado quiere decir que la serotonina (la cual es un neurotransmisor) o 5-HT no está en los niveles adecuados (4). Ya veis lo importante que es la serotonina no sólo para la depresión, sino para todo. En cuanto se desajusta, ¡se lía!


3.- ¿Y su comorbilidad con otras patologías?
La depresión suele ir prácticamente de la mano con los trastornos de ansiedad, de pánico... No es para nada raro que una persona tenga un cuadro ansioso-depresivo (5). También se asocia con consumo de sustancias, trastornos adaptativos... Y existe incluso la depresión postpsicótica o postesquizofrénica, la cual va inmediatamente después de un episodio propio de estos trastornos.
Es algo lógico también pensar que el hecho de tener una depresión aumenta el riesgo de suicidio de manera considerable; de hecho es el factor más determinante para la conducta suicida. El 80% de los pacientes con depresión pueden tener ideación autolítica, de muerte o suicida en algún momento, y del 14% al 50% de los pacientes hacen intentos (6). Intentos serios, no llamadas de atención ni con previsión de rescate.


4.- ¿Existen diferentes tipos de depresión? (7)
Pues mirad por dónde, sí. Lo he comentado en el apartado 1 y aquí viene la explicación. Eso sí, todos estos tipos los contempla la CIE-10, no el DSM-V.
Tenemos para empezar que la depresión tiene distintos grados según este manual: leve, moderada y grave. Que la depresión sea de un grado o de otro dependerá fundamentalmente del número de síntomas que tenga el paciente y cómo interfieran en su vida diaria.
Seguimos con esta clasificación. Aparece en este caso la depresión con síntomas psicóticos. Aquí tanto los delirios como las alucinaciones son más light que en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Las alucinaciones no son las típicas voces que insultan o comentan lo que va haciendo la persona, se limitan a infravalorarla; y los delirios no son del todo inverosímiles. Eso sí, pueden ser congruentes con el estado de ánimo o no. Los más habituales son los hipocondríacos, los de ruina, los nihilistas...
Luego tenemos -siempre según la CIE-10-, la depresión atípica, que es la comentada en el apartado 1.B: en vez de haber insomnio y pérdida de apetito sucede justo al revés.
Y para finalizar tenemos el trastorno depresivo recurrente, que a su vez puede ser también leve, moderado o grave.


5.- ¿Cuál es su epidemiología?
Aparte de la prevalencia comentada anteriormente, es muy llamativo que la depresión se vea sobre todo en África y América (8).
Si nos referimos al sexo, la padecen bastante más las mujeres (9). Y en lo tocante a la edad, lo más ha habitual es que a mayor edad, mayor prevalencia de depresión (10). Aunque siempre hay excepciones que ponen a prueba la regla, claro.


6.- ¿Y su tratamiento?
El principal y habitual son los antidepresivos, más concretamente los conocidos como ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina). Seguro que algunos os suenan: sertralina, paroxetina, citalopram... por nombrar unos cuantos (11).
Antes se usaban los inhibidores de la MAO y los antidepresivos tricíclicos, pero han quedado algo anticuados, ¡jajaja!
De todas maneras hay que saber que los efectos no empiezan a notarse hasta pasadas 2-3 semanas desde que empezaron a tomarse, y que no pueden dejarse de golpe, sino de forma gradual. Si se hace repentinamente puede tener lugar lo que se conoce como "síndrome serotoninérgico". La verdad, puede llegar a ser muy serio. Algunos de los síntomas son los que aparecen en esta tabla que os enseño, en inglés pero muy completa (12):

Además algún coadyuvante se puede tomar, tipo benzodiacepina... sobre todo por dos razones: el insomnio y la más que probable ansiedad comórbida (5).

Fármacos aparte, también son muy importantes la psicoterapia y cómo no, el seguimiento por parte de Enfermería: control del peso, psicoeducación sobre la enfermedad en sí, dieta y sueño, expresión de sentimientos, apoyo familiar, relajación...



Tampoco pretendo alargar mucho el post porque no pretendo aburriros, sino sólo dar unas pinceladas básicas.
Sin embargo sí que quiero comentaros que, aunque parezca que los profesionales de la salud mental estemos muy acostumbrados a estas cosas y no dejamos que nos afecten, hay algunos pacientes depresivos de los que a mí personalmente me resulta muy difícil "protegerme". Recuerdo un caso concreto siendo resi; era la primera entrevista con la persona en cuestión y decía que estaba tan triste que no podía ni llorar. Luego, al preguntarle cuántos hijos tenía, no se acordaba. No se acordaba de absolutamente NADA: ni de cuántos, ni de sus nombres o edades, ni de cuántos se habían independizado... Me quedé muy sorprendida, y cuando salió de mi consulta me di cuenta de que me había chupado la energía. Literal. Esa entrevista me dejó para el arrastre. Así que es muy importante aprender a que eso no te afecte, a poner un poco una barrera en ese sentido.

Acabo con una canción de The Boss, ¡que eso nunca está de más!



Espero que os haya gustado el post, ¡y podéis comentar lo que queráis!
¡Un saludo!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
1) World Health Organization: Depression and another common mental disorders. Global health estimates. 2017. Pág. 8. Disponible en:
2) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013
3) Klengel T.; Binder E.B. Gene–Environment Interactions in Major Depressive Disorder.
CanJPsychiatry 2013;58(2):76–83. Disponible en:
http://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/070674371305800203
4) Salomon R. M.; Cowan R.L. M.D. Oscillatory Serotonin Function in Depression. Synapse. 2013 November ; 67(11): 801–820. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3786873/pdf/nihms504110.pdf
5) Aragonès E., Piñol J.L.; Labad A. Comorbilidad de la depresión mayor con otros trastornos mentales comunes en pacientes de atención primaria. Aten Primaria. 2009; 41(10): 545–551. Disponible en:
https://ac.els-cdn.com/S0212656709001905/1-s2.0-S0212656709001905-main.pdf?_tid=b9bbb337-a19b-459e-9dbd-5ad9b1f85bf7&acdnat=1531657279_54cd81d45f8761183a6ba5d8d5635ce0
6) Navío Acosta M., Villoria Borrego L. Factores de riesgo de la conducta suicida. En: Anseán A., director. Suicidios. Manual de prevención, intervención y postvención de la conducta suicida. 2ª edición, revisada. Madrid: Fundación Salud Mental España, para la prevención de los trastornos mentales y el suicidio; 2014. 117-194
7) OMS. CIE-10: Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y pautas para el diagnóstico. (1992) Madrid. Ed. Méditor.
8) World Health Organization: Depression and another common mental disorders. Global health estimates. 2017. Pág. 12. Disponible en:
http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/254610/WHO-MSD-MER-2017.2-eng.pdf;jsessionid=C312F32780DD02B379D2F1CAE4D12E57?sequence=1
9) Cardila Fernández F., Martos Martínez A., Barragán Martín A.B., Pérez-Fuentes M.C., Molero Jurado M.M., Gázquez Linares J.J. Prevalencia de la depresión en España: Análisis de  los últimos 15 años. European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education  2015. 5 (2): 267-279.
10) Riquelme, Martín Carbonell M., Ortigosa Quiles J.M., Meda Lara R.M., Pérez Díaz R. y López Navas A.I. Implicaciones de la edad y el país de pertenencia en la relación entre apoyo emocional percibido y depresión: un estudio transcultural. Anales de Psicología, 2016. 32(2): 393-404. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/ap/v32n2/psicologia_clinica1.pdf
11) Pérez Padilla E.A., Cervantes Ramírez V.M., Hijuelos García N.A., Pineda Cortés J.C., Salgado Burgos H. Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión mayor. Rev Biomed 2017; 28:89-115
12) Bartlett D. Drug-Induced Serotonin Syndrome.  CriticalCareNurse 2017. 37(1): 49-54.
Disponible en: http://ccn.aacnjournals.org/content/37/1/49.full.pdf+html

domingo, 18 de septiembre de 2016

Cambio radical

¡Hola a todos!

Espero que estéis bien, dándole caña a los estudios, al trabajo... o a ambas cosas, ¿por qué no? Si uno se organiza todo es posible.
Bueno, abordamos post patológico. Hice incluso una encuesta en Twitter para ver de qué os apetecía que escribiese. Como veis sin clickáis en el link, ganaron de una forma muy ajustada los trastornos del ánimo.
Me ha costado mucho elegir entre tantas opciones, la verdad. Pero al final me he decantado por uno más habitual de lo que creemos: el trastorno bipolar (abreviado como TB).
Hay cosas que no cambian, entre ellas el formato de mis posts. Así que como ya sabéis mi modus operandi, vamos a él directamente.


1) ¿Qué es?
Explicación llana y somera: cambios muy radicales del estado de ánimo; se alternan la depresión y la manía, o la depresión y la hipomanía(1). En base a si hay manía o hipomanía, el trastorno bipolar puede ser de tipo I ó II respectivamente (2).
Ahora la gente que no está muy familiarizada con la terminología o no es sanitaria se preguntará qué es la manía, la hipomanía y todo eso. No, no es tenerle tirria a algo o a alguien -cosa que yo también pensaba antes de estudiar Salud Mental en la carrera, ¡jajajajaja!-. Por ello vamos a aclararlo. Recurro al DSM-V, tan socorrido él.

La depresión consiste en un estado de ánimo muy bajo: el sujeto está triste, apático, no tiene alegría ni ilusión ni motivación por nada, no le apetece relacionarse ni ver a nadie, descuida su alimentación y su higiene, pierde peso, presenta insomnio... (2). En los casos extremos puede cometerse incluso suicidio, que es una de las causas de muerte principales en estos pacientes.
La manía es justo lo contrario: ánimo muy exaltado, eufórico o disfórico (irritable, vaya), autoestima por las nubes, la sensación de que se es invencible y se puede con lo que le echen a uno, distracción fácil y hay un aumento de la actividad a todos los niveles: social, laboral, sexual...(2). También considero importante recalcar que en la manía hay -igual que en la depresión-, insomnio y falta de apetito; pero las causas son muy distintas: mientras que en la primera al sujeto le falta motivación, en la segunda no percibe la necesidad de alimentarse y dormir. Tan animado está que cree que no le hace falta. Este estado conlleva muchísimo riesgos también, porque no perciben la sensación de peligro; se ven imbatibles. Por tanto aquí pueden aparecer conductas sexuales de riesgo o actividades que entrañen peligro. Y no menos importante es que pueden arruinarse gastando todo su dinero.
Y en cuanto a la hipomanía, una manera fácil de explicarla es que es como la manía, pero más corta -en la manía es mínimo una semana y en la hipomanía cuatro días- y leve (2).

Pero es que además puede rizarse más el rizo. Hay ocasiones en las que se debuta con sintomatología afectiva... y sintomatología psicótica (3). Esto dificulta mucho las cosas, ¿verdad? La línea que separa ambos problemas es taaaaaaaan fina...
Yo siempre me pregunto en estos casos cómo es posible diferenciar un episodio afectivo con síntomas psicóticos de un trastorno esquizoafectivo -ya descrito en este blog- que debuta. Si hay algún psiquiatra que pueda ayudar a esclarecer esto ¡le estaré muy agradecida!

Por supuesto, cada caso es distinto. En base a mis vivencias con estos pacientes puedo decir (y por favor, no me malinterpretéis), que la fase hipomaníaca en algunas ocasiones es muy divertida si el paciente está eufórico. Repito: no me malinterpretéis. Es divertida en el sentido de que en ocasiones la persona no ha hecho nada grave -no ha dilapidado sus ahorros, no ha cometido ningún acto delictivo ni su integridad física o la de otros ha corrido riesgos-, y además está chispeante y ocurrente dentro de un límite, claro: tiene réplicas ingeniosas para todo, se ríe por cualquier cosa... el asunto en todo caso no pasa de ahí. En cambio, un maníaco disfórico es otra cosa: irritable, querulante, a veces hasta agresivo. Y por supuesto ya no hablamos de la fase depresiva.


A veces el diagnóstico está muy claro, como en este caso

2) ¿Cuáles son sus causas? (4)
La más fuerte es la herencia genética; hablamos del 80% de probabilidades. Pero tampoco podemos olvidar que el ambiente influye: un entorno que no sea saludable, donde no haya apoyo, no se siga un patrón organizado... es importante para desarrollar o no esta patología. De hecho existe un término especial para ello, el conocido como "kindling": el TB aparecería en gente que tiene cierta vulnerabilidad o predisposición genética debido a un estímulo psicosocial y poco a poco iría cogiendo autonomía. Es algo parecido a la sensibilización.
A nivel "físico" tampoco es desdeñable la alteración de neurotransmisores y hormonas.


3) ¿Cómo se producen los diferentes episodios?
En este caso no me refiero a los mecanismos que lo desencadenan, sino a su ciclaje (cambio de un estado a otro). Hay ciclajes rápidos, que implican 4 episodios afectivos al año, sin importar si son depresivos o maníacos (5). También hay ultrarrápidos e incluso el ultraultrarrápido; aunque aquí no sé segura la duración. (6)
Sí que puedo comentaros que siendo estudiante hace unos años y durante mi rotación de Urgencias vi un caso que me dejó de piedra y a día de hoy no sé muy bien qué era. Se trataba de un paciente que llegó al servicio muy muy muy muy mal de ánimo: lloraba a gritos, decía que se iba a suicidar, se arañaba la cara de pura desesperación, se daba golpes en la cabeza con los puños... Me despisté un momento para hacer otra cosa, fue menos de un minuto. Y cuando volví... cuando volví me quedé ojiplática. Ese mismo paciente estaba maníaco: carcajadas histéricas, aullidos de alegría, corría por todo el servicio, gritaba que nunca antes se había sentido tan bien...
Han pasado años y no se me ha olvidado todavía. Para que veáis. Eso sí, no he vuelto a ver una cosa igual.


4) ¿Cómo es el trastorno bipolar en lo referente a epidemiología?
Podemos comentar en este aspecto que en el caso del TB tipo I la prevalencia oscila entre el 0,4 y el 1,6%. En el caso del TB tipo II hablamos del 0'5%. También es curioso cuanto menos que la comorbilidad varíe entre sexos. Las mujeres que padezcan TB tienen riesgo de sufrir también somatización y otros trastornos psiquiátricos, mientras que en los hombres son frecuentes los trastornos de personalidad y el consumo de tóxicos(7)
La enfermedad puede aparecer en cualquier momento de la vida, pero lo normal es que surja a partir de los 20 años. (4). Además lo más frecuente según me contaron en las clases de la residencia es que se debute con un episodio depresivo (3), con lo cual no siempre se diagnostica trastorno bipolar a la primera.



5) ¿Y el tratamiento? (8)
Obviamente y dado que el trastorno bipolar es afectivo, los psicofármacos serán de esta rama, como por ejemplo los estabilizadores del ánimo/eutimizantes y los antidepresivos. Sin embargo a veces se usan antipsicóticos -olanzapina, quetiapina, risperidona...- por la sintomatología explicada en la pregunta 1.
Los eutimizantes son, por ejemplo, el litio -fármaco estrella en este caso, disminuye incluso el riesgo suicida-, que vale para prevenir cualquiera de las dos fases del TB; el ácido valproico y la lamotrigina, que también son antiepilépticos; y la oxcarbacepina cuando el litio no es útil. Ésta además va muy bien para la manía.
Los antidepresivos son muy variados, hay de mil clases. Pero presentan un gran problema: como no se ande uno con ojo el paciente puede virar a manía en un pispás.
También se puede dar TEC -que sería una de las últimas opciones, para fases muy resistentes al tratamiento psicofarmacológico-, y psicoterapia, psicoeducación...


También y en cuanto a este problema es muy importante tener en cuenta un probable síndrome metabólico. Este problema consiste en una especie de "cóctel molotov" de obesidad, cifras tensionales altas, HDL bajo -para los no sanitarios, el HDL es el "colesterol bueno"-, triglicéridos altos e hiperglucemia.
Las cifras de pacientes con TB que lo padecen son preocupantes... del 30% al 40% (9). Todo esto, por suerte, puede prevenirse con ejercicio ligero (como puede ser caminar), e intentando llevar una vida lo más sana y normalizada posible.
¡Ojo! He hablado del síndrome metabólico aquí, pero aparece en otras patologías psiquiátricas también, ¿eh?



Para finalizar y desengrasar, os comento que hay muchos personajes famosos que actualmente padecen (o en su momento era lo más probable), esta enfermedad. Hay ejemplos conocidos, como Catherine Zeta Jones o Sinead O'Connor. Otros como mi amada Nina Simone o mi escritor favorito Edgar Allan Poe no lo son tanto, pero ahí están.



En fin, esto es todo por hoy. Espero que os haya gustado el post. ¡Besitos!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
1) Muñoz Zorrilla M. J., González Mesa F.J.: Paciente con trastorno bipolar: proceso de Enfermería. ENE. Revista de Enfermería, 2012; 6 (2): 81-88. Disponible en: http://ene-enfermeria.org/ojs/index.php/ENE/article/view/20/18

2) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013

3) Lolich M., Vázquez G., Leiderman E.A. Primer episodio psicótico en trastorno bipolar: diferenciación clínica e impacto funcional en una muestra argentina. VERTEX Rev. Arg. de Psiquiat. 2010, Vol. XXI: 418 - 427.
Disponible en: http://www.editorialpolemos.com.ar/docs/vertex/vertex94.pdf#page=19

4) Reinares M., González-Pinto A., Crespo J.M., Goikolea J.M., Guitérrez-Rojas L., Montes J.M., Benabarre A., Colom F., Vieta E. "Manual de psicoeducación para el trabajo con familiares de pacientes con trastorno bipolar". Guías Clínicas para el Sistema de Salud. J&C Ediciones Médicas. (2015). Barcelona.

5) Kupka R. W., Luckenbaugh D.A., Post R.M., Leverich G.S., Nolen W.A.  Ciclación rápida y no rápida del trastorno bipolar: un metaanálisis de estudios clínicos. J Clin Psychiatry 2003; 64(12): 1483-1494. Disponible en: http://www.psiquiatria.com/etiologia-110/ciclacion-rapida-y-no-rapida-del-trastorno-bipolar-un-metaanalisis-de-estudios-clinicos/#

6) Guitérrez C.: Tratorno bipolar infanto-juvenil. Curso vitrual interdisciplinario a distancia de Salud Mental, Psicología y psicpaotlogía del niño, el adolescente y su familia.
Disponible en: http://www.psicoadolescencia.com.ar/docs/3/final14.pdf

7) López Jaramillo C., Castaño Mejía A., Henao Velásquez A., Restrepo Palacio T.F., Julieta Osorio Zuluaga J. Síndrome metabólico y trastorno afectivo bipolar: una revisión de la literatura. Rev Colomb Psiquiat. 2013; 42(3): 283-291.
Disponible en: http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v42n3/v42n3a07.pdf

8) Tondo L. El tratamiento a largo plazo del trastorno bipolar. Psicodebate, 2014; 14 (2): 83-100.
Disponible en: https://dspace.palermo.edu/ojs/index.php/psicodebate/article/view/350/258

9) Vancampfort D., Sienaert P., Wyckaert S., De Hert M., Stubbs B., Kinyanda E., Probst M. The metabolic syndrome is associated with self-reported physical complaints in patients with bipolar disorderPsychiatria Danubina, 2016; Vol. 28, No. 2, pp 139-145. Disponible en: http://www.hdbp.org/psychiatria_danubina/pdf/dnb_vol28_no2/dnb_vol28_no2_139.pdf