Mostrando entradas con la etiqueta Técnicas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Técnicas. Mostrar todas las entradas

viernes, 1 de mayo de 2020

Lectura plena

Buenos días a todos.

He vuelto de nuevo a la carga con mis posts (y su tono) habituales. ¡Hoy toca libro!


APRENDER A PRACTICAR MINDFULNESS | VICENTE SIMON | Comprar libro ...


Autores: Vicente Simón, con la colaboración de Christopher Germer.
Título: "Aprender a practicar mindfulness".
Editorial: Sello Editorial.
Edición: 14ª (2016). 
ISBN: 978-84-15132-04-2
La decimocuarta edición es la que yo me compré hace cuatro años, pero seguro que hay ediciones más recientes.

En la contraportada del libro se especifica que Vicente Simón es catedrático de psicobiología y psiquiatra. Por su parte, Christopher Germer es psicólogo clínico y da clases de esta ciencia en Harvard... ¡ahí es nada!

Los que sepáis de la existencia del mindfulness y en qué consiste quizás tengáis curiosidad por la obra. Y los que no sepáis qué es os lo estaréis preguntando, supongo. Así que creo que lo primero es explicar de qué va la historia.
Ya en el primer capítulo de "Aprender a practicar mindfulness" lo definen. Es una palabra inglesa que no tiene traducción literal al español, pero puede entenderse como "atención plena" o "conciencia plena". Hay varias formas de explicar lo que es, pero yo me quedo con dos de las que se recogen en estas páginas.
La primera es de Jon Kabat-Zinn -que fue el que lo "descubrió" a finales de los 70, por así decirlo: el mindfulness existe y es practicado desde hace mucho tiempo en la India como forma de meditación (1)-. Para él, "mindfulness" significa:
"Prestar atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar".

Otra definición interesante y sencilla es la que aporta Guy Armstrong. Sostiene que el mindfulness es:
"Saber lo que estás experimentando mientras lo estás experimentando".

Así que la idea general y llevada a la vida práctica es hacer cosas (leer, escribir, pasear, relajarte, ¡incluso comer o ducharte!) fijándote en que lo estás haciendo; que no pongas el piloto automático, tengas los cinco sentidos y la mente puestos en la tarea... y seas objetivo.
En principio así leído parece fácil. Pero no, no lo es ¡jajaja!
Al principio, cuando empiezas a hacer algo con atención plena te acabas despistando y pensando en otras cosas, te distraes con cualquier circunstancia -como un ruido-, o calificas la situación ("qué aburrido", "está entretenido esto", etc.). La buena noticia es que con la práctica estos despistes y esta subjetividad se tienen cada vez menos.
También escribí un post sobre el mindfulness, aunque tiene ya unos añitos. Por si os interesa leerlo, lo enlazo aquí.


Hasta aquí la noción básica. Ahora, vamos al texto.
El libro consta de 7 capítulos que abarcan distintos aspectos. Son, a saber:
  1. Qué entendemos por mindfulness.
  2. La instrucción fundamental y sus consecuencias.
  3. La actitud apropiada.
  4. Las emociones.
  5. Compasión y autocompasión.
  6. La presencia.
  7. Recomendaciones finales.
Consta también de referencias bibliográficas, índices y links para ampliar información relativa al mindfulness.
Dentro de cada capítulo hay varios subapartados, definiciones e incluso dibujos y esquemas a veces. Y lo que más me gusta de todo: al final de cada uno hay una autoevaluación que te permite ver si has entendido los conceptos básicos del capítulo... y ejercicios para practicar mindfulness con dos versiones, larga y corta.

El libro está pensado para que lo lean tanto personas familiarizadas con el tema como legas (aunque quizás lo podrán entender un poco mejor los del primer grupo... no lo sé realmente porque yo me lo compré cuando estaba acabando la residencia y todo me sonaba bastante).

En lo tocante a mi opinión personal, puedo deciros que en general los capítulos están muy "desmenuzados", en el sentido de que se encuentra todo muy bien detallado, delimitado y claro. Y sin duda lo de tener ejercicios para poder practicar es un puntazo.
Por supuesto puede leerse como un libro de lectura normal, como cualquier otra novela. Sin embargo yo lo leí (y releo) desde el punto de vista profesional, ya que mi idea es usarlo con determinado tipo de pacientes: tomo notas, pongo post-its, profundizo más en conceptos que quizás no he comprendido... No llego al nivel de estudiarme el texto, pero sí es cierto que mi lectura es más analítica que "ociosa".
De igual forma admito que no he sido capaz de pasarme dos horas leyéndolo sino que lo hago a ratos, para poder procesar la información mejor. Si se pretende leerlo de una forma continuada puede hacerse muy denso, bajo mi punto de vista.

En resumidas cuentas, "Aprender a practicar mindfulness" es un texto recomendable tanto para personas que quieran adentrarse en este tipo de meditación como para gente que ya controle un poco más y quiera ampliar, más que conocer por primera vez. Aunque me parece que lo disfrutará más este segundo grupo. Incluso puede servir para la faceta profesional, como me sucede a mí.
Los ejercicios finales del libro están muy bien y suponen un primer paso para seguir buscando más y así aumentar las opciones en cuanto a la práctica del mindfulness. Hay ejercicios para todos los gustos, y abordan unos sectores u otros. Por ejemplo, existen relacionados con la respiración, con los sentidos, con el cuerpo en general...


Espero que esta reseña os sea útil y os animéis a conocer esta disciplina, puesto que puede venir bien en varios ámbitos de la vida.
¡Un saludo!


Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
1) Liétor Villajos, N.; Fortis Ballesteros, M.; Moraleda Barba, S.: "Mindfulness en medicina". Med fam Andal, 2013; 14, (2): 166-179. Disponible en:

domingo, 15 de marzo de 2020

Consejos para el confinamiento (ACTUALIZADO)

Buenas tardes.

Esta entrada es totalmente improvisada, y la iré actualizando conforme vaya encontrando más información. También ruego difusión, por si a alguien puede serle útil.

POST ACTUALIZADO A 23 DE MARZO DE 2020.

No os digo nada nuevo si os informo de que estamos en estado de alarma debido al coronavirus. Ello implica, entre otras muchas cosas, que no se puede salir de casa si no es EXTREMA NECESIDAD O URGENCIA.

Lo he comentado en Twitter: me ofrezco a resolver dudas relativas a la salud mental en caso de que no podáis acudir a un Centro de Salud Mental, Urgencias, etc. Puedo ayudaros también si habláis italiano, más o menos me manejo.

Además de reiterar mi ofrecimiento, quiero dejaros en este post consejos y recursos para sobrellevar mejor estas dos semanas que nos quedan a nivel mental.
Pueden hacerse muy largas, así que nunca está de más tener toda la información disponible a mano para estar lo menos incómodos posible.

Algunos documentos recogen el mismo punto, por lo que procederé a un hiperresumen al final de la entrada.


1) Documento de la OMS que recoge algunas consideraciones sobre la salud mental durante esta epidemia; os lo podéis descargar aquí.
Se divide en varios grupos: trabajadores de la salud, cuidadores de niños y aislados, gente con menos relaciones sociales... Como está en inglés, os traduzco lo más básico: 
  • Hay que cuidar la alimentación, las horas de sueño, los turnos de descanso (sí, estamos en una situación excepcional pero la gente que lo está dando todo tiene que intentar para aunque sea un minuto), no dejarse llevar por el pánico...
  • Lo mejor es usar maneras eficaces de comunicarse con gente con discapacidad para informarlas, tanto en el fondo como en la forma y en la cantidad de información.
  • También habla sobre el estigma que pueden sentir quienes estén infectados o tengan posibilidades. Es muy importante contar con el apoyo de familia, amigos, compis... en definitiva, con el apoyo de gente que te aprecie, y que esté pasando por lo mismo que tú (es decir, que también estén enfermos o en cuarentena). Todo vale: whatsapp, skype, videollamadas, mails, llamadas de teléfono como a la antigua usanza... lo crucial es sentirse apoyado. Ésta es la más relevante, porque parece de perogrullo y no se le da toda la importancia que merece. Porque no es útil sólo para casos posibles y confirmados: es para todos, sanos también.

2) Enlace a la web del Consejo General de Psicología de España, que recoge en español las recomendaciones de la APA (siglas en inglés de la Asociación Americana de Psicología). Podéis acceder aquí.

3) Comunicado del Colegio Oficial de Psicología de Madrid, donde se abordan diversos escenarios y se dan pautas para cada uno de ellos. Se puede consultar y descargar aquí. Se divide de nuevo en tres grupos:
  • Sanos: si una persona sana se nota nerviosa, preocupada o ansiosa le recomiendan apoyo, ayuda, no estar atento a las noticias y RRSS las 24h del día ni permitir que la bombardeen con ello -lo que se conoce como infoxicación-, y evitar el estigma hacia las personas en cuarentena o diagnosticadas.
  • Riesgo/Cuarentena: seguir indicaciones sanitarias, no trivializar ni magnificar ("ni tanto, ni tan calvo", vaya), seguir una rutina...
  • Enfermos: intentar ver la situación con objetividad. Si estás en casa es porque no estás tan mal como para necesitar ingreso, te vas a curar y además tienes a tu familia relativamente cerca. Si estás ingresado, ten por seguro que te están cuidando al 200%, no lo dudes.
4) NUEVO RECURSO, ACTUALIZADO A 23 DE MARZO DE 2020: Documento de la Sociedad Española de Psiquiatría -SEP- con recomendaciones para el cuidado de la salud mental durante la cuarentena por coronavirus. Hay consejos tanto para personal sanitario como no sanitario, siendo el material totalmente recomendable.

5) NUEVO RECURSO, ACTUALIZADO A 23 DE MARZO DE 2020: De igual manera la Asociación Española de Enfermería de Salud Mental (AEESME) ha elaborado recomendaciones para el cuidado de la salud mental del individuo y la familia en este confinamiento. Podéis verlas o descargarlas aquí.

6) No se me han olvidado los peques. Esto para ellos es una situación nueva. Los primeros días, precisamente por ser algo anómalo, es probable que estén algo más tranquilos: no podrán salir a la calle pero harán cosas que normalmente no realizan, como jugar a juegos de mesa, quedarse más tiempo viendo la tele o jugando. Pero la "magia" de esos primeros días al final decaerá y se acabarán subiendo por las paredes -y los adultos que vivan con ellos, también ^^'-.
De nuevo se insiste en la importancia de las rutinas: si por ejemplo desayunáis o coméis todos juntos, hay que mantenerlo. O si les leéis un cuento antes de dormir, también. Preguntadles a ellos, pedidles opinión en la medida de lo posible en cuanto a alternativas para hacer en casa (vamos, cosas razonables y que no supongan un riesgo, pero si les dais a elegir por ejemplo entre 3 opciones para pasar el tiempo, que ellos elijan)... Y por supuesto, informadles de un modo acorde a su edad sobre esta situación tan excepcional. No me refiero sólo al lavado de manos; también a qué es el coronavirus, a quién afecta más y que ellos vean lo necesario que es quedarse en casa.

6) También está bien intentar seguir unos consejos básicos para preservar nuestra salud mental como si estuviéramos en condiciones normales. O sea, que esto que voy a decir debería hacerse normalmente, no sólo en el estado de alarma y el confinamiento en casa.
  • La higiene del sueño, por favor, importantísima. Tener un horario fijo para acostarse y levantarse (sí, incluso en el confinamiento ha de mantenerse), no utilizar pantallas antes de dormir, hacer actividades que ayuden a conciliar el sueño como una ducha caliente, tomar leche o una infusión, cenar poco, no permanecer en la cama si ves que el sueño no llega, intentar no pensar en nada en el momento de dormir... Dejo aquí una tabla que recoge todo esto -si no la veis bien, está en la página 57 de este documento-:

  • Mantener una alimentación saludable, y más ahora que tenéis de todo en casa (sí, reproche encubierto a los histéricos que han arrasado en los supermercados creyendo que esto es el fin del mundo): 3 comidas grandes -desayuno, comida, y cena-, y 2 pequeñas como son el almuerzo y la merienda. Dieta equilibrada, variada y suficiente, donde no pueden faltar frutas y verduras. ¡Y pocos caprichos! Este link del Sacyl está muy bien y es muy completo, quizás os ayude. Os dejo foto/pantallazo de lo más básico:
  • Intentar mantener una actitud positiva. Vale, no es fácil con la que está cayendo, lo admito. Pero debemos pensar en que es por un bien mayor, que nos permite hacer cosas que teníamos postpuestas (como leer, ver esa peli o serie que lleva tanto tiempo muerta de risa, retomar el estudio de un idioma, desarrollar ese hobby que nos encanta pero para el que no teníamos tiempo)... y que es una buena oportunidad para conocernos mejor: qué nos gusta hacer y qué no, nuestros mecanismos de afrontamiento de la situación, pasar tiempo con nuestra familia, también podemos hacer ejercicio, nos volveremos más creativos, no tenemos por qué perder el contacto con la gente -a las RRSS me remito: quien no habla con otro que esté lejos es porque no quiere, jajajaja-... Y a mí hay algo que me está ayudando muchísimo: el humor. Me está dando la vida ver todos los memes, vídeos, fotos, tweets... que estáis haciendo sobre esto. De verdad que me paso gran parte del día recibiéndolos y reenviándolos, y me estoy riendo a carcajadas.
  • No está de más conocer alguna técnica no farmacológica que nos ayude a disminuir la ansiedad. A mí la que más me gusta es la que supone combinar la respiración abdominal (también se la conoce como "respiración diafragmática") con la relajación muscular progresiva. Dejo a continuación un vídeo de cada una de las dos cosas, respectivamente:





También he encontrado un programa autoaplicado de la Universidad de Almería y el Ministerio de Educación donde se desarrolla mejor la relajación muscular progresiva; podéis verla aquí.


Así que a modo de hiperresumen de todo esto:
1) Crucial sentirse apoyado por los seres queridos. Si están lejos se puede paliar la falta manteniendo contacto por teléfono o redes sociales. 
2) Nada de infoxicarse. Es horrible y no ayuda en nada, crea más angustia y ansiedad; hay que recurir a fuentes oficiales. Esto también se aplica en la difusión de bulos.
3) Hay que intentar tener la mente ocupada, y todo vale: pasatiempos, leer, comunicarte con tu gente, estar con los niños...
4) Mantener tus rutinas en la medida de lo posible, y dormir y comer bien.
5) Nada de estigmatizar al personal sanitario que trabaja con pacientes contagiados, a los casos sospechosos y a los diagnosticados. Esta enfermedad en alguien sano y fuerte es leve la mayoría de las veces. El problema es que es muy contagiosa y la población vulnerable puede morir.
6) No dejar de lado a los niños. Son pequeños pero no tontos, y se enteran de todo lo que ocurre. Información veraz y adecuada a su capacidad de comprensión es lo más adecuado.
7) Hay que intentar mantener una actitud positiva.

Y esto es todo por el momento. Repito que volveré a actualizar el post si encuentro más documentos.
Si has llegado hasta aquí sin desfallecer, gracias por leerme. Por favor, difunde, puede servirle a alguien.
¡Muchas gracias!

Nurse Lecter

miércoles, 23 de agosto de 2017

Relax, take it easy...

¡¡Buenaaaaaaaaaaaaas!!

¿Qué tal está yendo el verano?
De nuevo perdonadme por actualizar cada largo tiempo... lo creáis o no, estoy algo liada en el trabajo y en verano siempre salen planes por todas partes, jajajajaja.
Por otro lado y como sabéis, yo he estado trabajando en el mismo sitio que el año pasado y no puedo estar más feliz. Es un sitio que me gusta, con profesionales maravillosos y el ambiente es ahora distinto, más familiar y yo me veo mucho más segura aunque durante el año he trabajado como especialista muy pocos meses.

En la entrada de hoy quiero presentaros una de las cosas que más me gustan (si no la que más), de una consulta tipo de Salud Mental: las técnicas de relajación. Una en concreto que es la que más he usado y controlo. Me refiero a la relajación muscular progresiva de Jacobson.

Seré breve, sólo es explicaros en qué consiste y cuándo usarla.

Este señor ideó su técnica de relajación en la década de 1920 (1), y es muy útil. Tanto que como veis se sigue usando hoy día.

Consiste básicamente en tensar y destensar grupos musculares por turnos, para notar la diferencia entre tensión y relajación. El objetivo es no sólo lograr un nivel óptimo de relajación, sino aprender a distinguir cuándo estamos tensos y cuándo no, y actuar en consecuencia (1).
Personalmente, conozco y uso dos modalidades: con y sin tensión. En la primera, como he explicado antes, se tensan los músculos durante unos segundos, para ser conscientes de dicha tensión, y luego se destensan de golpe (2). En la segunda directamente se pide relajar los músculos, sin el paso previo de contraerlos.
Además puede combinarse con respiración abdominal, imaginación guiada y música relajante de fondo, que es como normalmente lo hago.
Si clickáis aquí podéis ver cómo se practica, lo explican de forma muy detallada. Quién sabe, a lo mejor si la usáis os va bien :)

Si abordamos la pregunta "¿para qué se usa?", lo más habitual es que se utilice en casos de ansiedad, estrés... (3). A veces también complementaria en otras patologías como puede ser la depresión o las fobias.

En una consulta de CSM el paciente hace las dos modalidades, primero con tensión en las primeras citas, y luego sin tensión. Durante la sesión el ambiente es sin estímulos de luz o ruidos, y la persona debe estar o sentada en una silla cómoda o tumbada. La enfermera va indicándole lo que tiene que hacer y cómo tiene que hacerlo, con un tono de voz suave y neutro.
Además, antes de empezar la faena se proporciona psicoeducación en cada sesión -qué es la ansiedad, características, signos y síntomas de la misma, alternativas complementarias a la relajación, nociones sobre el estrés y las fobias, higiene del sueño...-, y entre cita y cita es recomendable que la practique en casa.
Al terminar la relajación es recomendable que la persona se quede durante unos minutos tranquila, siendo consciente del estado de relajación, y luego, muy poco a poco, ir "despertando" con movimientos de tobillos, rodillas, muñecas, brazos, cuello... Yo lo comparo a desperezarse cuando uno se levanta de la cama por la mañana, cuando se toma contacto de nuevo con el mundo.

Por supuesto, también se hacen grupos de relajación, que suelen ir muy bien y cuya dinámica es la misma: psicoeducación y luego la sesión de relajación en sí.


En base a mi experiencia puedo decir que va genial  y que a la gente suele gustarle más la modalidad sin tensión. A mí por el contrario me gusta más la primera... porque la segunda me causa cefalea. Y no, no es broma. No sé por qué será, pero desde que la hice por primera vez -durante la residencia mi enfermera del CSM me dijo que la hiciera yo para ver lo que se sentía y lo bien que sentaba la relajación-, me ocurre. En cambio, la relajación de Jacobson con tensión me va muy muy muy bien y de hecho la utilizo en ocasiones, cuando veo que no puedo dormir o estoy nerviosa.

Y esto es todo.  Espero que os haya gustado el post y podáis sacarle provecho.
Antes de despedirme, por hacer la gracia...


Ahora sí, ¡hasta la próxima!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) Argotty Ruales K.D. Efectividad de las técnicas de relajación: entrenamiento de la relajación progresiva, basado en Jacobson y el escaneo corporal ("body scan"), en los cantantes del Coro de la Pontificia Universidad Católica del Ecuador, para disminuir el estrés y la ansiedad [Trabajo Fin de Carrera]. Quito: Pontificia Universidad Católica del Ecuador, 2016. 62 páginas. Disponible en:
http://repositorio.puce.edu.ec/bitstream/handle/22000/12544/Tesis%20Karen%20Argotty.pdf?sequence=1&isAllowed=y

(2) Promoción de la Salud en Personas con Trastorno Mental Grave. Análisis de situación y Recomendaciones sobre Alimentación Equilibrada y Actividad Física Junta de Andalucía. Consejería de Salud. 2011. Anexo 11: Relajación muscular progresiva de Jacobson. Disponible en:
https://equipotecnicoorientaciongranada.files.wordpress.com/2016/11/anexo-11-relajacic3b3n-muscular-progresiva.pdf

(3) Ramírez Sánchez, A., Espinosa Calderón C., Herrera Montenegro A.F., Espinosa Calderón E., Ramírez Moyano A. Beneficios de la psicoeducación de entrenamiento en técnicas de relajación en pacientes con ansiedad.  Revista Enfermería Docente 2014; (102): 6-12. Disponible en:
 http://www.revistaenfermeriadocente.es/index.php/ENDO/article/view/10/pdf_8

martes, 14 de marzo de 2017

¿Qué hacemos?

¡Hola!

¿Qué tal vais? ¿Bien? Venga, ¡que enseguida estáis en el Ministerio eligiendo plaza y tomando luego un bocata de calamares!
Yo, aprovechando precisamente esa tesitura de lo cerca que está la elección de plazas, voy a centrarme en este post en qué hacemos las enfermeras de Salud Mental.

Quizás debí escribirlo antes, durante la residencia o justo al acabar. Pero no lo he hecho por dos razones: la primera porque no se me había ocurrido. Y la segunda porque ahora que he tenido la experiencia desde los dos lados (el de residente y el de especialista), creo que puedo comparar un poquito mejor. Más aún cuando he dejado pasar algunos meses desde que acabé  la especialidad y trabajé.

La entrada está escrita para los opositores EIR en general, y para aquellos que no saben si Salud Mental puede gustarles o no en particular, o tienen dudas. Hay mucha gente que no lo tiene claro, o que tuvo una mala experiencia con este ámbito en las prácticas, o la teoría no le gustó... No pasa nada, no a todos nos gusta lo mismo.
Bueno, no tengo ni que decir que este post va dirigido también al resto de gente a la que le interese la salud mental y quiera conocer nuestro trabajo.

En fin, ¡vamos al lío!
Lo primero de todo es deciros que esta especialidad es de las que menos técnicas enfermeras tiene; lo digo para el opositor EIR al que le guste hacer gasometrías, sacar sangre, suturar... En la planta puedes coger alguna vía, poner alguna sonda vesical o nasogástrica y con más frecuencia, sacar sangre. Pero no os esperéis hacer eso todos los días, en absoluto. Lo que sí se hace es poner mucha medicación intramuscular; tened en cuenta que muchos de los fármacos nuevos son de liberación prolongada, o que en la planta las agitaciones suelen tratarse con medicación intramuscular muchas veces.
Las analíticas pueden ser de control general (o sea, una bioquímica normal, un hemograma, una coagulación...), para monitorizar niveles de fármacos -litemias-, o saber si hay efectos adversos -véase la agranulocitosis en la clozapina o las alteraciones hepáticas en la agomelatina-.

A algunos puede parecerles aburrida Salud Mental por eso, e incluso hacerles cambiar de opinión porque se pensaban antes de leer este post que las cosas no eran así. Pero os prometo que es apasionante. ¿Por qué? Porque técnicas enfermeras aparte aquí lo que se hace es, sobre todo, hablar y escuchar. Y como todos sabemos, a veces ayuda mucho más eso que poner un suero con analgesia. Dentro de ese "hablar y escuchar" hay miles de variedades, y cada enfermero tiene la suya.
A mí personalmente es lo que más me gusta de esta especialidad. El poder hacer escucha activa, el confrontar al paciente... incluso me gustan las contenciones verbales. Ya dije en un post que para mí son como hacer magia: muchas veces las haces precozmente y son muy eficaces, te ahorras que la cosa vaya a más.
También os digo que todas esas técnicas en un día no se aprenden, se necesita mucho tiempo y mucha práctica para hacerlas al pelo. Pero para eso está la residencia, ¿no?

Y ahora vamos a los recursos propios de la especialidad. Voy a hablar específicamente de la Salud Mental Comunitaria.
Una enfermera de Salud Mental hace psicoeducación (qué es la salud mental positiva, qué problemas suponen una alteración de la misma, se le explica al paciente y su familia la enfermedad que tiene, los signos de alerta o de recaída, incide en la conciencia de enfermedad y la adherencia al tratamiento...), y Educación para la Salud, prevención de la enfermedad y del suicidio, lleva el seguimiento de la enfermedad junto con el psiquiatra, administra medicación intramuscular y en algunos casos usa técnicas específicas, como relajación -individual o grupal-, mindfulness... De igual forma y según dónde esté hace otro tipo de terapias y talleres o grupos relacionados con la salud mental, Educación para la Salud en general... y pasa distintas escalas. También intenta visibilizar la salud mental, ponerla en el mapa y desmontar los estigmas asociados.
Si hablamos de la planta aquí se estabiliza al paciente, se tratan las posibles agitaciones, se intentan sentar las bases de la psicoeducación en caso de ser un primer episodio de la patología en cuestión -tanto de conciencia de enfermedad primero como la adherencia al tratamiento después-, se inicia o ajusta el tratamiento, se vigila y actúa en caso de riesgo de suicidio... Concretamente en el caso de un primer episodio, al paciente se le da el alta y se le deriva al Centro de Salud Mental (CSM).
Por supuesto en ambos ámbitos se resuelven todas las dudas de pacientes y familiares dando información veraz.

Atiende a la persona desde la infancia hasta su muerte en cualquier ámbito, y también vela por los familiares/cuidadores informales de la persona enferma, enseñándoles a identificar pródromos o crisis, resolviéndoles a ambos -paciente y cuidador- las dudas que puedan tener, escuchándoles, apoyándoles...
La enfermera de Salud Mental Comunitaria tiene una relación súper bonita con los pacientes. Yo la comparo con la que tienen las enfermeras de Atención Primaria con los pacientes de su cupo. Son muchos años viéndolos, haciéndoles el seguimiento, previniendo sus recaídas... igual que ellas. Y es un "ten con ten" muy especial.
En cuanto a los sitios donde la enfermera de Salud Mental puede trabajar dentro de la especialidad tenemos los distintos recursos de hospitalización, no sólo Agudos -cosa que yo no sabía cuando empecé-. En muchos hospitales existen unidades específicas de Trastornos de la Conducta Alimentaria, Desintoxicación, Infanto-Juvenil, Media o Larga Estancia... Y obviamente también Salud Mental Comunitaria ofrece muchas posibilidades: Centro de Salud Mental, Rehabilitación, Drogodependencias, Centro de Salud Mental Infanto Juvenil, Hospital de Día... Y el bagaje que coges puedes usarlo luego en otros servicios: Pediatría, Obstetricia, Atención Primaria, Cirugía, Paliativos... ¡La verdad que es muy útil!

Si tenéis dudas en relación a los rotatorios no os preocupéis: están todos en el blog, con la etiqueta "Rotaciones".

Para acabar, considero que para hacer esta especialidad se necesita bastante amplitud de miras, dejar la mente abierta y tener en cuenta que las apariencias engañan y que a veces nada es lo que parece. Se necesita ser muy empático y saber manejar algunas situaciones que nos hacen sentir incómodos -por ejemplo, yo no llevo muy bien ver a la gente llorar porque no sé exactamente a veces qué hacer, pero en Salud Mental te curtes mucho en ese sentido-.
Durante la residencia cambió mi modo de ver ciertas cosas y me ha ayudado mucho a comprender a estos pacientes... y aprender de ellos. He dicho muchas veces que yo desconocía la Salud Mental porque no roté durante la carrera; y aunque la teoría me parecía interesante, me daba miedo -malditos estigmas-. Al final estoy totalmente enamorada de la especialidad, no me arrepiento para nada de haberla escogido, y de hecho quiero trabajar en ella toda mi vida.
Asimismo siempre lo he dicho: hay algunas cosas que se pueden aplicar en el día a día. Sin ir más lejos, las técnicas de relajación, o también la forma de comunicarte con otras personas -que también te dan muchas tablas en otras ramas de la profesión-.

Espero que os haya sido útil este post, ésa era la intención.
¡Un abrazo grande!

Nurse Lecter

domingo, 13 de marzo de 2016

Don de palabra

¡Hola a todos!

Antes de meterme en faena con esta entrada, dedicar unas palabras a todos los que os habéis presentado al -IR.
Lo primero de todo, enhorabuena a los que lo han conseguido. Ya habéis visto que no es fácil, que a veces cuesta horrores y hay días que lo mandarías todo a freír espárragos. Pero al final compensa, las angustias y los desvelos se olvidan cuando pisáis vuestro hospital o Unidad Docente el primer día.
En cuanto al resto que no lo habéis logrado, no penséis ni por un momento que no ha servido para nada. En el fondo y aunque en un principio no se vea, presentarse aunque no se obtenga plaza tiene cosas buenas: es un muy buen entrenamiento para técnicas de test varias, durante ese año de estudio habéis aprendido un montón (y a veces incluso lo último de lo último en lo que a evidencia respecta), conocéis gente vía Twitter o academia, y lo más importante: le tomáis el pulso a este examen tan horroroso para estar a punto el año próximo. Sí, vale, esto no os consuela ahora mismo, pero es útil también si se ve en perspectiva.


Y ahora sí, vamos al post. Es breve, pero espero que os sirva.
No sé si recordaréis que hace unos meses posteé algunas nociones básicas sobre contención mecánica. Esta vez toca mi contención favorita, la más difícil, la que ahorra más disgustos... y a la que aún no le tengo pillado el punto del todo: la contención verbal.
Es la primera medida de contención que debe usarse, y se buscan principalmente la alianza terapéutica con el paciente y la disminución de la agresividad. (1)

Las técnicas verbales son, sin duda alguna, la razón principal por la que Salud Mental me enamora. Muchas veces es como hacer magia. Con paciencia y hablando se entiende la gente, y los pacientes se tranquilizan una barbaridad. Además puede usarse en casi cualquier contexto -si están muy agitados no, porque no van a atender a razones-, es gratis y muy efectiva si se hace bien. Eso sí, se necesita muuuuuuuucha práctica. Igual que con la contención mecánica puedes practicar una y otra vez poniendo y quitando imanes y correas con tus compañeros (o con alguien que se preste a ser contenido y no sea paciente), sin prisas, la contención verbal tiene que ser con personas que la necesiten. Y estás tú solo frente al paciente. Tus únicas armas son tu don de palabra y lo que transmitas con el paralenguaje. La verdad que es todo un arte.

Os voy a ser sincera: no hay una Guía de Práctica Clínica ni un protocolo para contenciones verbales. Sí que hay unas pautas básicas, pero más de eso no se puede pedir. Cada profesional sanitario tiene un estilo para contener verbalmente. Algunos os gustarán más, otros os gustarán menos, pero así han aprendido.
Recuerdo los primeros meses de R1 en Agudos. En mi planta hay concretamente dos enfermeros que hacen que las contenciones verbales parezcan facilísimas cuando no es así. Y no es sólo por las palabras que usan, sino porque transmiten tranquilidad al paciente. Era atravesar el umbral de la puerta, mostrar actitud de escucha y de "aquí estamos para ayudarte" y cambiaba la atmósfera. Yo me quedaba muda, flipaba muchísimo.
A día de hoy me veo capaz de iniciar sin problemas una contención verbal. El problema es mantenerla. Estos enfermeros que os digo calman al paciente enseguida. Yo tardo un poco más, y alguna vez necesito ir acompañada por si no lo hago del todo bien. Pero para eso está la residencia: para aprenderlo. Y cuando se termina y eres especialista no dejas nunca de perfeccionar la técnica. Nunca. Es como todo: cuanto más lo hagas, mejor te saldrá.

Ahora paso a comentar las pautas mínimas, aprendidas en las clases y en el hospital:
1) Ambiente seguro, tanto para el profesional como para el paciente. Nada de objetos que puedan arrojarse o tirarse, como bandejas o mesitas de noche. Y la puerta siempre cerca y detrás del profesional que realiza la contención, por si fuera necesario salir.
2) En general el lenguaje no verbal ha de ser tranquilo y pausado: gestos lentos, que no puedan ser interpretados como una amenaza -brazos cruzados o en jarras rotundamente NO-, contacto ocular frecuente (aunque no fijo), y algo que suena a perogrullo pero que es muy efectivo: estar a la misma altura que el paciente. Si él está sentado o acostado, tú te sientas. Si está de pie, te quedas de pie. Pero no es recomendable estar físicamente por encima, porque se siente amenazado.
3) Uso de la técnica del volumen fijo, que a mí personalmente me encanta. "¿Qué es esto?", diréis. Pues consiste básicamente en mantener siempre el mismo tono de voz: tranquilo, pausado y suave. Da igual que el paciente grite, llore o esté enfadado. Si tú mantienes el mismo tono de voz, al final él también lo baja y eso contribuye a tranquilizarlo.
4) No rebatir al paciente. Recordad que vamos a escucharlo, no a enmendarle la plana. Con eso conseguiríamos justo lo contrario: que se ponga peor. Además ya sabéis que en general cuando uno está nervioso no se muestra receptivo. ¿Por qué no va a pasarles lo mismo a los pacientes?
5) Unido al punto 4), adaptarse al paciente -hasta un cierto límite, claro-, es muy adecuado. Si necesita desahogarse, vamos a dejarle. Si prefiere pasear con nosotros mientras nos lo cuenta, ¿por qué no?
6) Si vemos que la contención verbal no está siendo efectiva, lo mejor es no insistir. Según el caso se procederá a otro tipo de contención. Pero lo mejor es no seguir si vemos que la cosa no va bien. No obstante también puede ofrecerse medicación oral: ¿que la lleva pautada? ¡Estupendo! ¿Que no? Se consulta con el psiquiatra.
Anotación importante a este respecto: la medicación oral se ofrece, no se impone. Se sugiere con cariño, tacto, mano izquierda. Así el paciente también siente que sus opiniones son tenidas en cuenta y se contribuye a empoderarlo. Al fin y al cabo, es él el que tiene la última palabra.

Esto, repito, es lo mínimo que hay que hacer. Si hay algún enfermero especialista o psiquiatra que quiera aportar más o dar su opinión, libre es de hacerlo.
Luego dependiendo del paciente, de la patología y del estado abordaremos unos temas u otros. Pero por favor, no hay que perder de vista el aspecto no verbal.


Hasta aquí la contención verbal. Espero haber despejado dudas en este sentido, porque realmente es la mejor medida de contención que puede hacerse. Es totalmente personalizada y el paciente siente que se le tiene en cuenta y se le aprecia como persona. No lo encadenamos a la cama ni le ponemos un pinchazo que lo va a dejar KO más de ocho horas.
También es un buen comienzo para dar a conocer la salud mental y eliminar el estigma asociado.

¡Besos y hasta pronto!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
(1) Fernández Gallego, V., Murcia Pérez, E.,Sinisterra Aquilino J., Casal Angulo C., Gómez Estarlich, M.C.: "Manejo inicial del paciente agitado".  Emergencias, 2009; 21: 121-132.

martes, 24 de noviembre de 2015

Fuerza

¡Buenas noches a todos!

La técnica que me ocupa hoy creo que puede seros útil, aunque sea propia de salud mental. Por ejemplo, en Urgencias o UCI es relativamente frecuente.
Con lo cual es una entrada muy práctica, espero.

¿A qué técnica me refiero?
Chan chan chaaaaan...

A la contención. Hay cuatro (verbal, ambiental, farmacológica y la que os voy a explicar), pero me centraré en la que más estereotipos posee: la contención mecánica -siglas CM-.
Conforme avancé en la residencia vino la inevitable pregunta de mis amigos (enfermeros y no enfermeros): "¿se usan camisas de fuerza?". Respuesta tajante: "No, se contienen en la cama".
Ante eso, me volvieron a preguntar: "¿De verdad? ¿Están atados a la cama? ¿Cuánto tiempo? ¿Todo el día? ¿Y cuándo los soltáis? ¿Y por qué los atáis? ¿Son agresivos? ¿Os da miedo? ¿Se resisten a ser atados?"
Así que si alguno de vosotros se pregunta lo mismo que ellos, voy a sacaros de dudas.

Primero es importante saber lo que es la contención mecánica -lo podemos intuir, su propio nombre lo indica; pero por si acaso...-. Consiste en la inmovilización del paciente con medios físicos y restrictivos. El objetivo de limitar al paciente en lo que a libertad de movimientos se refiere es protegerlo a él o a los demás. (1)
¿Y cuándo se dan estos casos en los que es preciso proteger al paciente de sí mismo o proteger a los demás?
Por ejemplo, en la agitación psicomotriz (es una urgencia psiquiátrica), ya sea por causa orgánica como demencias, enfermedades, la propia desorientación en un paciente geriátrico, consumo de tóxicos... o psiquiátrica -fase de angustia psicótica, riesgo de heteroagresividad...-. Y por supuesto, en casos de riesgo autolítico/autoagresivo (2). (Los que no hayáis trabajado nunca en Salud Mental no perdáis de vista que cualquier cosa puede ser potencialmente letal en un paciente con riesgo parasuicida. Cualquiera: las sábanas, los barrotes de la cama, las mesillas de noche, los enchufes, incluso los cubiertos y los vasos de plástico. Obviamente no a todos se les contiene, pero alguna vez puede ocurrir que se necesite CM).
Lo ideal es mantener al paciente contenido el tiempo justo y necesario. Y por supuesto, la descontención dependerá de cada caso. Normalmente, en mi planta se tiende a hacer descontención progresiva: primero soltamos una parte, luego otra y ya se descontiene del todo al paciente. Alguna vez se ha pasado de contención a descontención total; pero en los casos en los que el paciente llevaba ya un tiempo considerable así, o por orden del psiquiatra.

Ahora viene una de las cosas que más os interesan: ¿qué cuidados enfermeros hay que darle al paciente contenido? (3)
El primero es el más obvio: vigilancia. Hay que entrar cada poco tiempo para valorarlo (por ejemplo, cada cuarto de hora), y llevar a cabo actividades como valorar consciencia/sedación, nivel de agitación, cómo están las sujeciones para que no le rocen y provoquen heridas, edemas... Conforme pasen las horas se irá espaciando el tiempo entre visita y visita. Aunque hay que tener en cuenta que depende también del paciente, cómo evolucione, etc.
Luego viene todo lo demás: toma de constantes, aseo en cama, eliminación (con pañal o cuña)... y vigilar que no hay nada peligroso a su alcance -creedme, aunque estén contenidos muchos se las apañan para coger cosas de la mesita de noche-. Parece que no pero hay muchos escapistas, muchos Houdinis que consiguen descontenerse; alguno que otro he conocido en la planta y es digno de admirar.
Otro tema es el de la alimentación, con dos opciones principales:
  1) Darle de comer alguno de los profesionales.
  2) Soltarle la mano dominante para que coma él solo bajo supervisión de algún profesional.
Y no se nos puede olvidar nunca explicarle al paciente lo que le vamos a hacer, sea lo que sea (constantes, toma de medicación, revisión). De acuerdo, el sujeto en cuestión no está en su mejor momento y puede mostrarse reacio, agresivo o asustado si está delirando; pero no debemos perder los nervios.

Toda esta chicha está muy bien, pero puede que algunos os preguntéis: "Vale, sí... ¿pero cómo se contiene, Lecter?"
¡Aaaaaaaaamigo! Varían muchas cosas (ya se sabe, cada maestrillo tiene su librillo), pero de forma general las premisas básicas son:
  1) Organización: uno dirige y los demás contienen. Generalmente son 5 personas: una por cada extremidad, y el que se coloca en la zona de la cabeza del paciente (éste último es el que dirige).
  2) Poca gente: Los 5 que contengan y listo. Nada de observadores extras. Sin embargo a veces puede hacer falta la presencia de personal de seguridad; los pacientes suelen colaborar al verlos aparecer.
  3) Rapidez:
  4) Silencio: Hablar nada más que lo imprescindible, y muy importante aunque suene raro: no hablar con el paciente mientras se le contiene.
Y como explicarlo se hace muy pesado y me eternizaría, mejor os dejo un vídeo que está bastante bien:



Las contenciones que usan son igual que las de mi planta; los botoncitos negros son muy efectivos, apenas se sueltan. Se quitan con un imán, que es esa especie de tapón de botella rojo que llevan en las manos.


Es importante saber que la CM tiene implicaciones legales (3): si a un paciente que ingresa voluntariamente se le tiene que contener, su ingreso pasa a ser involuntario, y además hay que notificarlo al Juzgado -eso lo hace el psiquiatra- antes de las primeras 24 horas. El juez además debe visitar al paciente durante las primeras 72 horas para ratificar la involuntariedad del ingreso. Todo eso aparte de registrar la contención (cuándo y cómo se hizo), y su seguimiento.

Como última cosa, comentar algo que ya se sabe o se intuye: una CM no sólo es estresante y tensa para el paciente, sino también para los profesionales. Es desagradable, más todavía cuando el sujeto opone resistencia. 

Y con esto y un bizcocho, espero que os haya gustado este post.
¡Saludos!

Nurse Lecter

(1) Carcoba Rubio N., García Barriuso C., Guevara Jiménez C.: "Contencion mecánica en urgencias". NURE Inv. [Internet]. 2012; 9(60):. Disponible en:
http://www.nureinvestigacion.es/OJS/index.php/nure/article/viewFile/592/582
(2) Fernández Gallego, V., Murcia Pérez, E.,Sinisterra Aquilino J., Casal Angulo C., Gómez Estarlich, M.C.: "Manejo inicial del paciente agitado".  Emergencias, 2009; 21: 121-132.
(3) Negro González, E., García Manso M.: "El paciente agitado:  Planificación de cuidados". Nure Investigación, 2004. (6).

domingo, 8 de marzo de 2015

Conciencia plena

Buenas noches a todos.

En este post quiero mostraros una práctica que a mi parecer cada vez se conoce más. En el recurso en el que estoy rotando ahora mismo se usa bastante, pero no es exclusiva de Salud Mental. Puede hacerla cualquier persona sin importar la edad, el sexo o el estado de salud.
Hablo del mindfulness.

Es un término que realmente no tiene traducción literal al castellano, pero una de las que más se aproxima es la que le da título a esta entrada: "conciencia plena"; lo mismo podemos decir de "atención consciente".
A mí me costó un poco entender el concepto, no por la dificultad que entraña, sino por lo que supone. ¿Y qué es lo que supone, o en qué consiste?
En ser conscientes del aquí y del ahora, del momento presente (1). Se trata de poner TODA nuestra atención en este momento, sin interferencias, sin la intrusión de otros pensamientos, sin etiquetar y sin juzgar absolutamente NADA. Es concentrarnos 100% en lo que estemos haciendo o sintiendo, cerrándonos a todo lo demás.
Parece sencillo, ¿no? Pues para mí no lo es, os voy a ser franca. 

Esta técnica es muy antigua: surgió en la India, a partir del budismo y de la meditación que caracteriza a esta religión (2). Pero fue "oficializada" por Jon Kabat Zinn en 1979. (3)
En la teoría es fácil, ya os digo. Pero las primeras veces que lo hice no conseguí "desconectar" de otros pensamientos y otras cosas que me iban y me venían. Realmente eran pensamientos normales y corrientes tipo "madre mía, tengo mil cosas que hacer cuando llegue a casa"; "se me ha olvidado llamar a no-sé-quién"... Vale que cuando te das cuenta de que te has dispersado vuelves, pero al principio cuesta.

¿Y para qué puede usarse? Bueno, en sus inicios Jon Kabat Zinn la utilizaba como método para reducir el estrés. Pero actualmente vale también para depresión, ansiedad, aparece en programas para la mejora de la salud... Y aún más interesante: puede sernos útil para mejorar la calidad de la atención. Eso por no decir, claro, que es un coadyuvante del tratamiento farmacológico. (4)
Además, existe una escala que cuantifica la disposición y motivación del paciente para practicar mindfulness, llamada Mindful Attention Awareness Scale (MAAS). Asimismo, la MAAS está adaptada al español -si queréis, podéis verla clickando aquí-.

En el caso de mi actual rotación, aplicamos el mindfulness en trastorno mental grave y en trastorno límite de la personalidad (TLP).
Si bien es interesante en todos, en este último problema de salud mental merece más atención todavía por sus especiales características. Tienen varias, pero las que más se trabajan con el mindfulness son la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración y la "desconexión" rápida; no pueden mantener mucho tiempo la atención. Sobre todo por esto último, el mindfulness es una técnica perfecta para pacientes de este tipo.

Si hablo de ejercicios de mindfulness, hay muchos, muchísimos, y de varias clases. Algunos de los más conocidos trabajan con los sentidos, con la respiración, y con la plena conciencia de nuestro cuerpo. A continuación, y por si os ha picado la curiosidad, dejo unos cuantos; para conocerlos, clickad en el nombre:
1.- Atención en la respiración (uno de los míticos: "grandes clásicos del mindfulness").
2.- Escáner corporal, de mis preferidos.
3.- Observación consciente. Aquí yo añado una variación: observar sin etiquetar, sin juzgar. Como si fueras un niño pequeño que explora el objeto sin saber ni lo que es ni para qué sirve.

Y hasta aquí el post de mindfulness.
Repito que puede usarse en muchas patologías, con diversas finalidades. No es difícil para el terapeuta que guíe a los pacientes; aunque sería recomendable que, si vais a llevarlo a cabo, lo practiquéis antes. Sobre todo, para poder saber lo que se siente y lo que les estáis pidiendo a los pacientes que hagan; para que veáis qué supone el hacerlo, medir la dificultad en la consecución de la atención plena -no para todos es la misma-... Las primeras veces os costará (yo me enfadaba cuando me daba cuenta de que me había despistado), pero de hecho eso es lo normal. Cuanto más practiquéis, menos os dispersaréis.
Espero que os haya gustado la entrada.
¡Hasta otra!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1), (3), (5) Liétor Villajos, N.; Fortis Ballesteros, M.; Moraleda Barba, S.: "Mindfulness en medicina". Med fam Andal, 2013; 14, (2): 166-179. Disponible en:

(2) Mañas Mañas, I.: "Mindfulness (atención plena): la meditación en Psicología Clínica". Gaceta de Psicología, 2009, (50): 13-29. Disponible en:

(4) Miró, M.T.; Perestelo-Pérez, L.; Pérez, J.; Rivero, A.; González, M.; de la Fuente, J.; Serrano, P.: "Eficacia de los tratamientos basados en mindfulness para los trastornos de ansiedad y depresión: una revisión sistemática". Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 2011; 16 (1):1-14. Disponible en:

lunes, 29 de diciembre de 2014

Electric Shock

¡Hooola!

¿Cómo lleváis las últimas semanas preEIR?
¡Valor y al toro, chiquillos y chiquillas! Que no se diga que no nos dejamos la piel luchando por lo que queremos :)

Hoy traigo una entrada (la última del año) centrada en el tratamiento, y no en la patología. Vamos a saber un poquito más sobre la Terapia Electroconvulsiva o TEC... llamada de forma generalizada electroshock.
La estructura de este post es igual que las de patología: preguntas y respuestas. ¡Vámonos!

1) ¿Qué es? (1)
La TEC es una forma de tratamiento consistente en aplicar una corriente eléctrica de un determinado voltaje al paciente a fin de originar una crisis convulsiva. Tal y como me explicó el médico encargado de hacerlas: "es como inducir un ataque epiléptico". Se colocan unos electrodos en la cabeza del paciente y la corriente atraviesa su cerebro.
Esta técnica data de 1938, y como pasa casi siempre, tuvo su auge, su caída y su nueva era. Esto se debe a que al principio iba muy bien. Pero posteriormente alguien dijo que provocaba daños cerebrales graves y dejó de utilizarse; además aparecieron diversos fármacos, con lo cual este tratamiento quedó "aparcado" allá por los cincuenta. Y finalmente, en los años setenta se retomó porque se vio que en los desórdenes depresivos iba muy bien. De hecho los pacientes pegaron (y pegan aun hoy), un cambio tal que es como la noche y el día.


2) ¿Para qué enfermedades se usa?
Funciona divinamente en la esquizofrenia (incluso en las que no responden a tratamiento) y los trastornos anímicos, sobre todo en los depresivos; aun así, en los maníacos también suele ir bien (2). Lo mismo ocurre en los estados catatónicos (3).
Eso sí, la TEC por sí sola no basta, mantenemos la estabilidad con farmacología.

3) ¿Tiene efectos secundarios?
En cuanto a los que yo he visto en la planta, son leves y transitorios: cefaleas y pérdida de la memoria reciente, que se recupera pronto. Esto último asusta mucho a los pacientes, pero se les explica que es temporal y cuando lo corroboran se tranquilizan bastante.
Pero hay otros más considerables: fallo cardiovascular, apnea, aumento del tiempo de convulsión, arritmias... (4)


4) ¿Cómo se hace? 
Bueno... es importante saber que la TEC no se hace "a pelo". Para vuestra tranquilidad, comentar que antes sí, pero que ahora se usan fármacos como sedantes y relajantes musculares -imaginaos si no llega a usarse nada...-. De hecho, se emplean los relajantes para evitar efectos colaterales desagradables como golpes, caídas... o fracturas(5).
Y es importante también tener en cuenta que en las horas previas no deben administrarse ácido valproico o lamotrigina.
(Es conocido por todos los sanitarios que me están leyendo que tanto un fármaco como otro son anticonvulsivos... pero también tienen efecto eutimizante(6), y por eso son muy comunes en Psiquiatría. Pero ésa es otra historia).

De forma general, el paciente tiene que estar en ayunas. Se le pone un pañal por posibles pérdidas y se le coge una vía. Además se les administra un suero también. Suero sin ClK ni nada, fisiológico.
Luego se monitoriza al paciente -EKG y electromiograma- y se le toman las constantes, además de limpiarle con alcohol la zona en la que se pondrán los electrodos.
Una vez se les administra la medicación se les ventila con ambú un poco y se procede a dar la descarga.
Después hay que esperar media hora, por si hubiera complicaciones.


5) ¿Cada cuánto se dan las sesiones de TEC? ¿Y cuántas se dan?
Realmente eso depende de cada paciente. Pero la frecuencia de aplicación suele ser días alternos. En cuanto al número total de sesiones, por lo menos en mi Área de Salud se programan unas ocho o diez normalmente. El viraje (es decir, el inicio de la mejoría que se objetiva en el paciente), suele producirse sobre la sexta sesión.
Muchas veces también se dan sesiones de mantenimiento, mensuales generalmente.


6) Primeras impresiones:
Os advierto de que si lo que esperáis es ver al paciente convulsionando como si no hubiera mañana o incrustado en el techo por los botes que da, os vais a desilusionar. No pasa NADA de eso. NADA.
El paciente contrae los músculos de la cara (perdonad que sea tan gráfica: como si estuviera estreñido), parece que tiembla un poquillo -realmente está convulsionando-, y para cuando quieres darte cuenta ha terminado ya.

¡Si el TEC fuera así sería más divertido!

A mí me supo a poco... me esperaba eso que os acabo de describir, pero qué va. Ni por asomo. La enfermera con la que fui la primera vez se rió al ver mi cara de decepción acompañada de un triste: "Ay, ¿pero es que ya está?"
El que avisa no es traidor, así que ya sabéis.


Y por el momento, post finalizado.
Espero que os haya gustado, gracias por dedicar parte de vuestro tiempo a echarle un ojo, y perdonad la extensión (mira que lo intento, pero me salen siempre unos post larguísimos u.u).
Nos leemos enseguida de nuevo.
Pero antes de despedirme del todo...

¡¡¡FEIRLIZ 2015!!!
Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1), (5): Tharyan P, Adams CE. "Electroconvulsive therapy for schizophrenia". Cochrane Database of Systematic Reviews 2005, Issue 2. Disponible en: 
(2): Bertolín Guillén, J.M.; Peiró Moreno, S.; Hernández de Pablo, M.E.; Sáez Abad, C.: "Variabilidad en actitudes y condiciones de utilización de la terapia electroconvulsiva. Resultados de un estudio preliminar". Actas Esp Psiquiatr 2001;29(6):390-395.
(3): Rodríguez-Sosa, J.T.; Suárez-Lovelle, A.; Navarrete-Betancort, E.; González-Hernández, A.: "Terapia electroconvulsiva en la demencia". Actas Esp Psiquiatr 2013;41(3):204-7. Disponible en:
(4): Chuquizuta Ramos, C.M.; Vidal Miranda, A.M.; Luna Matos, M.L.: "Efectos secundarios de la administración de Terapia electroconvulsiva (TEC)". Rev. Psiqu. y Salud Mental Hermilio Valdizan, 2006; 7 (1): 59-64. Disponible en:
(6): Marín, J.L.; Fernández Guerrero, M.J.: "Tratamiento farmacológico de los trastornos de personalidad". Clínica y Salud, 2007; 18 (3): Págs. 259-285. Disponible en:

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Guardiana

¡Alóoo!

Hoy hago post corto. Relacionado con la residencia por otra parte.
A mí me encanta explicar las rotaciones, lo que hago en ellas y demás... pero después de seis meses he caído en la cuenta de que me he dejado sin contar una parte importante: las guardias.

En el caso de nuestra Unidad Docente se nos permiten como máximo cinco guardias al mes. Todas de tarde, eso sí. Noches y festivos no, y además no las cobramos. Porque sí, queridos lectores: las guardias se cobran aparte. No es un dineral, pero te ayuda con cosas como la gasolina o los gastos de los congresos.
En cuanto a los días, mi co-R y yo nos ponemos de acuerdo con nuestras "R mayúsculas" para no coincidir dos o tres el mismo día -aunque a veces nos ha pasado y han sido guardias muy divertidas, jajajaja-.
¿Y dónde las hacemos? En Agudos. Antes existía una unidad específica de Urgencias Psiquiátricas; no era un cubículo dentro de Urgencias generales, sino una sala grande, con diez camas normales y dos habitaciones individuales con camas de contención mecánica por si se daba el caso. Pero gracias a los recortes (nótese la ironía) ya no disponemos de esa Unidad y vamos a la planta a hacerlas.

Lo que se hace por la tarde no dista mucho de la mañana: medicación de la merienda, administración de heparina a los contenidos, preparación de los fármacos que se darán a las once de la noche (la pauta en nuestra unidad de Psiquiatría normalmente es desayuno-merienda-23h), constantes vitales a los que lo precisen, y estar un poco "a lo que surja".
Como todo, hay guardias tranquilas, guardias horribles, guardias aburridas, normales... no sé, hay variedad. Ayer tuve y fue algo movidita, pero en cambio la anterior fue muy tranquila.


Y poco más en este aspecto.
Entrada muy breve en comparación con las que he llegado a escribir, ¡pero menos da una piedra!

¡Nos leemos enseguida!


Nurse Lecter