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sábado, 1 de diciembre de 2018

Libro de consulta

¡Bueeeeeeeeenas tardes!

¿Qué tal estáis? Yo después de un mes bastante liado vuelvo a la carga con el blog.

Traigo de nuevo otro libro de consulta/"formativo". Como el anterior (y todos los que tengo, la verdad, ¡jajaja!), fue un regalo. Se trata del Manual Oxford de Psiquiatría. ¡Vamos a verlo!


La referencia completa es:
Autores: David Semple, Roger Smyth, Jonathan Burns, Rajan Darjee, Andrew McIntosh.
Título: "Manual Oxford de Psiquiatría".
Editorial: Grupo Aula Médica (España), Oxford University Press (Reino Unido).
Edición: 1ª (2009)
ISBN: 978-84-7885-430-1

Siendo sinceros, creo que este libro le sería más útil a los estudiantes y resis, y no tanto a los especialistas/adjuntos. Además está más enfocado a los médicos que a las enfermreas; ellos pueden sacarle más provecho que nosotras, lo cual no quita para, si lo necesitamos, consultarlo. Sanitarios somos todos al fin y al cabo.

Se divide en varios capítulos y tiene cosas muy curiosas. El capítulo I por ejemplo contiene una breve Historia de la Psiquiatría y reflexiones sobre esta disciplina, así como consideraciones éticas y un apartado sobre el estigma.
El capítulo II versa sobre la entrevista psiquiátrica; da claves para saber cómo preguntar sobre ciertos aspectos que en los primeros tiempos de la profesión son complicados porque no sabes cómo hacerlo. Luego encuentras tu estilo, cierto es; pero este capítulo te da un pequeño empujoncito.
Por otra parte el capítulo 3 tiene un glosario -el cual me encanta y consulto con relativa frecuencia para posts del blog-,  de síntomas psiquiátricos. Muy útil si eres estudiante o R1, estás en un apuro y necesitas una solución rápida, ¡jajaja!
Hacia el final del manual también hay capítulos llamativos, como la Psiquiatría de enlace, la legislación en varios países, urgencias psiquiátricas...
Y por supuesto, hay varios capítulos dedicados a la psicopatología. En este caso te explican la perspectiva histórica, signos y síntomas, diagnóstico diferencial, subtipos (si la enfermedad en cuestión los tiene), epidemiología, etiología, curso y pronóstico, manejo, diversas opciones en lo que a tratamiento se refiere, valoración de si el paciente precisa ingreso o no... Es muy completo en este aspecto.

Así que, como breve resumen del Manual Oxford de Psiquiatría...
Pros: útil para futuros profesionales o profesionales en formación. Muy completo, con información sintetizada.
Contras: Es de mera consulta. Una vez llevas varios años en esto, no necesitas consultarlo demasiado.

Espero postear pronto un nuevo libro, que seguro que os interesará ^^
¡Un saludo!

Nurse Lecter

miércoles, 14 de marzo de 2018

Libro de consulta

¡Buenas noches a todos!

Hace mucho tiempo ya que no hablo sobre libros en el blog. Y además nunca lo he hecho sobre textos "formativos", sino que siempre han sido de lectura ociosa.

Varias veces me han propuesto en Twitter que trajese al blog alguno de esos libros formativos, así que con éste se inaugura la sección. Se trata de una obra escrita por una referencia obligada de la Salud Mental española (Joana Fornés).

Resultado de imagen
Ésta es la portada.

La referencia completa es:
Autora: Joana Fornés.
Título: "Enfermería de Salud Mental y Psiquiátrica: Valoración y cuidados."
Editorial: Panamericana
Edición: 2ª (2016)
ISBN: 978-84-9835-389-1

Me lo regalaron este verano y la verdad, es un libro que va genial, apto tanto para residentes pequeños y mayores como enfermeros ya especialistas; ¡nunca está de más refrescar conocimientos!
El libro realmente no está escrito sólo por Joana Fornés, sino por más autores como Consuelo Carballal, María Teresa Lluch, Assumpta Rigol... Y muchos de ellos no son únicamente enfermeros especialistas, sino también psicólogos, antropólogos o docentes.
Consta de tres partes más o menos diferenciadas, a saber:
1) Valoración y registro enfermero en Salud Mental (capítulos del 1 al 3).
2) Distintos planes de cuidados para varias situaciones: TCA, ideación suicida, ansiedad, insight, patología mental crónica... (capítulos del 4 al 6).
3) Varios casos clínicos.
Por otra parte el libro también tiene preguntas de autoevaluación, para comprobar todo lo que has aprendido o profundizado en el tema, así como diversas referencias bibliográficas en cada capítulo, un anexo para hacer una valoración de Salud Mental y un índice; ambas cosas se encuentran al final del texto.

En general considero que es una obra muy completa y que deja los conceptos bastante claros

Lo más destacable de la primera parte es el capítulo 2, donde detallan los diversos tipos de valoración -inicial, de urgencia revaloración...-, los puntos más importantes a explorar y se dan sugerencias sobre cómo obtener datos e información de los diferentes patrones funcionales. Algo sin lugar a dudas muy interesante y orientativo.
Centrándome ahora específicamente en la segunda parte del mismo, mencionar que en cada patología concreta los autores "desgranan" las diversas alteraciones en los patrones funcionales de salud y dan algunas pautas y conceptos clave. Asimismo el texto en general viene apoyado por tablas y gráficos, lo que hace que los términos, parámetros y aspectos importantes queden bien clarificados. Y también me ha gustado mucho el hecho de que incluyan objetivos y resultados al alta con cada plan de cuidados.
En lo relativo a la tercera parte te describen el caso concreto así como los patrones disfuncionales, los objetivos y las intervenciones que se plantean.

Eso sí, si tuviera que sacarle un "pero" al libro, le veo sólo dos:
I) Se habla mucho de objetivos, pero no tanto de NOCs. Para mi gusto deberían tener algo más de presencia.
II) No se abordan las adicciones.

Reitero sin embargo que es una obra de consulta muy útil, dirigida sobre todo a los mentaleros. Con esto no quiero decir en absoluto que una enfermera generalista no deba leerlo si le interesa conocer más de la Enfermería de Salud Mental, ¡faltaría más! No tengo ninguna duda de que todas las enfermeras, sean especialistas o no, hemos tenido contacto alguna vez con un paciente psiquiátrico (por ejemplo, durante mis prácticas en la carrera topé con unos cuantos, y nunca roté por Psiquiatría), así que es interesante para todo el colectivo.

Por mi parte, post terminado. Podéis comentar o preguntar cualquier duda.
¡Un saludo!


Nurse Lecter

martes, 14 de marzo de 2017

¿Qué hacemos?

¡Hola!

¿Qué tal vais? ¿Bien? Venga, ¡que enseguida estáis en el Ministerio eligiendo plaza y tomando luego un bocata de calamares!
Yo, aprovechando precisamente esa tesitura de lo cerca que está la elección de plazas, voy a centrarme en este post en qué hacemos las enfermeras de Salud Mental.

Quizás debí escribirlo antes, durante la residencia o justo al acabar. Pero no lo he hecho por dos razones: la primera porque no se me había ocurrido. Y la segunda porque ahora que he tenido la experiencia desde los dos lados (el de residente y el de especialista), creo que puedo comparar un poquito mejor. Más aún cuando he dejado pasar algunos meses desde que acabé  la especialidad y trabajé.

La entrada está escrita para los opositores EIR en general, y para aquellos que no saben si Salud Mental puede gustarles o no en particular, o tienen dudas. Hay mucha gente que no lo tiene claro, o que tuvo una mala experiencia con este ámbito en las prácticas, o la teoría no le gustó... No pasa nada, no a todos nos gusta lo mismo.
Bueno, no tengo ni que decir que este post va dirigido también al resto de gente a la que le interese la salud mental y quiera conocer nuestro trabajo.

En fin, ¡vamos al lío!
Lo primero de todo es deciros que esta especialidad es de las que menos técnicas enfermeras tiene; lo digo para el opositor EIR al que le guste hacer gasometrías, sacar sangre, suturar... En la planta puedes coger alguna vía, poner alguna sonda vesical o nasogástrica y con más frecuencia, sacar sangre. Pero no os esperéis hacer eso todos los días, en absoluto. Lo que sí se hace es poner mucha medicación intramuscular; tened en cuenta que muchos de los fármacos nuevos son de liberación prolongada, o que en la planta las agitaciones suelen tratarse con medicación intramuscular muchas veces.
Las analíticas pueden ser de control general (o sea, una bioquímica normal, un hemograma, una coagulación...), para monitorizar niveles de fármacos -litemias-, o saber si hay efectos adversos -véase la agranulocitosis en la clozapina o las alteraciones hepáticas en la agomelatina-.

A algunos puede parecerles aburrida Salud Mental por eso, e incluso hacerles cambiar de opinión porque se pensaban antes de leer este post que las cosas no eran así. Pero os prometo que es apasionante. ¿Por qué? Porque técnicas enfermeras aparte aquí lo que se hace es, sobre todo, hablar y escuchar. Y como todos sabemos, a veces ayuda mucho más eso que poner un suero con analgesia. Dentro de ese "hablar y escuchar" hay miles de variedades, y cada enfermero tiene la suya.
A mí personalmente es lo que más me gusta de esta especialidad. El poder hacer escucha activa, el confrontar al paciente... incluso me gustan las contenciones verbales. Ya dije en un post que para mí son como hacer magia: muchas veces las haces precozmente y son muy eficaces, te ahorras que la cosa vaya a más.
También os digo que todas esas técnicas en un día no se aprenden, se necesita mucho tiempo y mucha práctica para hacerlas al pelo. Pero para eso está la residencia, ¿no?

Y ahora vamos a los recursos propios de la especialidad. Voy a hablar específicamente de la Salud Mental Comunitaria.
Una enfermera de Salud Mental hace psicoeducación (qué es la salud mental positiva, qué problemas suponen una alteración de la misma, se le explica al paciente y su familia la enfermedad que tiene, los signos de alerta o de recaída, incide en la conciencia de enfermedad y la adherencia al tratamiento...), y Educación para la Salud, prevención de la enfermedad y del suicidio, lleva el seguimiento de la enfermedad junto con el psiquiatra, administra medicación intramuscular y en algunos casos usa técnicas específicas, como relajación -individual o grupal-, mindfulness... De igual forma y según dónde esté hace otro tipo de terapias y talleres o grupos relacionados con la salud mental, Educación para la Salud en general... y pasa distintas escalas. También intenta visibilizar la salud mental, ponerla en el mapa y desmontar los estigmas asociados.
Si hablamos de la planta aquí se estabiliza al paciente, se tratan las posibles agitaciones, se intentan sentar las bases de la psicoeducación en caso de ser un primer episodio de la patología en cuestión -tanto de conciencia de enfermedad primero como la adherencia al tratamiento después-, se inicia o ajusta el tratamiento, se vigila y actúa en caso de riesgo de suicidio... Concretamente en el caso de un primer episodio, al paciente se le da el alta y se le deriva al Centro de Salud Mental (CSM).
Por supuesto en ambos ámbitos se resuelven todas las dudas de pacientes y familiares dando información veraz.

Atiende a la persona desde la infancia hasta su muerte en cualquier ámbito, y también vela por los familiares/cuidadores informales de la persona enferma, enseñándoles a identificar pródromos o crisis, resolviéndoles a ambos -paciente y cuidador- las dudas que puedan tener, escuchándoles, apoyándoles...
La enfermera de Salud Mental Comunitaria tiene una relación súper bonita con los pacientes. Yo la comparo con la que tienen las enfermeras de Atención Primaria con los pacientes de su cupo. Son muchos años viéndolos, haciéndoles el seguimiento, previniendo sus recaídas... igual que ellas. Y es un "ten con ten" muy especial.
En cuanto a los sitios donde la enfermera de Salud Mental puede trabajar dentro de la especialidad tenemos los distintos recursos de hospitalización, no sólo Agudos -cosa que yo no sabía cuando empecé-. En muchos hospitales existen unidades específicas de Trastornos de la Conducta Alimentaria, Desintoxicación, Infanto-Juvenil, Media o Larga Estancia... Y obviamente también Salud Mental Comunitaria ofrece muchas posibilidades: Centro de Salud Mental, Rehabilitación, Drogodependencias, Centro de Salud Mental Infanto Juvenil, Hospital de Día... Y el bagaje que coges puedes usarlo luego en otros servicios: Pediatría, Obstetricia, Atención Primaria, Cirugía, Paliativos... ¡La verdad que es muy útil!

Si tenéis dudas en relación a los rotatorios no os preocupéis: están todos en el blog, con la etiqueta "Rotaciones".

Para acabar, considero que para hacer esta especialidad se necesita bastante amplitud de miras, dejar la mente abierta y tener en cuenta que las apariencias engañan y que a veces nada es lo que parece. Se necesita ser muy empático y saber manejar algunas situaciones que nos hacen sentir incómodos -por ejemplo, yo no llevo muy bien ver a la gente llorar porque no sé exactamente a veces qué hacer, pero en Salud Mental te curtes mucho en ese sentido-.
Durante la residencia cambió mi modo de ver ciertas cosas y me ha ayudado mucho a comprender a estos pacientes... y aprender de ellos. He dicho muchas veces que yo desconocía la Salud Mental porque no roté durante la carrera; y aunque la teoría me parecía interesante, me daba miedo -malditos estigmas-. Al final estoy totalmente enamorada de la especialidad, no me arrepiento para nada de haberla escogido, y de hecho quiero trabajar en ella toda mi vida.
Asimismo siempre lo he dicho: hay algunas cosas que se pueden aplicar en el día a día. Sin ir más lejos, las técnicas de relajación, o también la forma de comunicarte con otras personas -que también te dan muchas tablas en otras ramas de la profesión-.

Espero que os haya sido útil este post, ésa era la intención.
¡Un abrazo grande!

Nurse Lecter

domingo, 19 de junio de 2016

Post materno-filial

¡Buenas tardes y feliz domingo!

¿Os acordáis de mis "posts patológicos"? Los originales, no los tronistas o los relacionados con las películas y libros. Sabréis que los he dejado aparcados un tiempo. ¿Por pereza? No. ¿Por agobios o problemas de tiempo? ¡Tampoco!
Los abandoné por el simple y mero hecho de que ninguna patología me parecía a la altura y por más que buscaba no encontraba nada. También es por todos vosotros sabida mi afición a presentaros problemas de salud mental no tan conocidos como la esquizofrenia o el trastorno bipolar y demás... ¡con lo cual la dificultad era doble!

Pero ahora creo que he encontrado una patología para el blog -y que a mí personalmente también me gusta-. Si bien es conocida, creo que la gente tiene una idea un poquito equivocada sobre ella. ¡Eso hay que apañarlo!

¿De qué enfermedad hablo, entonces?
De la psicosis postparto o puerperal. Así que matronas y resis de matrona, ¡esto también podría interesaros a vosotras!

El formato es el habitual. Vamos a desgranar esta patología poco a poco, como siempre.

1) ¿Qué es?
Pues lo primero de todo, aclarar que no es una entidad nosológica como tal. O sea, no está clasificada en el DSM-V como una enfermedad independiente, sino que aparece dentro del trastorno psicótico breve.
En dicho trastorno encontramos, entre otras características, presencia de uno o más síntomas concretos (delirios, alucinaciones, discurso o comportamiento desorganizado); duración de más de un día pero de menos de un mes; y no hay otra enfermedad que explique todo esto -tipo trastorno bipolar, trastorno depresivo, esquizofrenia...- (1)
Ahora bien, ¿qué tiene que ver el postparto con esto? Pues en el mismo apartado de trastorno psicótico breve hay una nota que lo aclara. Se considera psicosis puerperal si comienza en el embarazo o en las 4 semanas posteriores al parto. Si no, nada. (1)
Puede además pensarse en esta patología si en la puérpera se observan cambios rápidos en el nivel de conciencia, en el comportamiento o en el lenguaje... (2)

Añado además que hay otro tipo de afectación en puerperio, como el maternity blues, baby blues o tristeza postparto. Este caso en principio se resuelve solo, no precisa asistencia y es muy breve -a lo sumo de 2 a 4 días-(3). Es el típico que la gente excusa con un "son las hormonas"... y se quedan tan frescos.
Después tenemos la depresión postparto (que a la larga podría desembocar en una psicosis postparto), con la sintomatología propia de un cuadro depresivo habitual... a la que se le suman problemas con el bebé, como no querer cuidarlo, no poder vincularse con él, o cuidados con rasgos obsesivo-compulsivos. Lo habitual es el rechazo al pequeño. (3)


2) ¿Cuáles son las causas? ¿Hay factores predisponentes?
Hay bastantes, como parto distócico o  por cesárea, ser primípara, madre soltera o que el bebé sea niño (sí... yo me he quedado boquiabierta al leerlo). (2) Otras causas que se barajan son las alteraciones metabólicas o problemas de sueño. (4)
Y podríamos comentar como factores predisponentes el padecer un trastorno del ánimo, trastorno esquizoafectivo o esquizofrenia, consumo de tóxicos... y por supuesto, psicosis puerperales en partos previos.(2)


3) ¿Y los síntomas?
La sintomatología más llamativa es obviamente la positiva. Si aparece por el servicio una mujer sin antecedentes previos de problemas de salud mental, que ha dado a luz hace poco, y diciendo que oye voces que la incitan a matar al niño, o sus familiares verbalizan comportamiento extravagante... ¡cuidado!
Puede haber incluso accesos maníacos, o episodios de corte esquizofrénico, con toda la sintomatología propia de los mismos.(4)
Es muy importante comentar, asimismo, que la psicosis postparto se considera una emergencia psiquiátrica. (5)


4) ¿Cuál es el tratamiento? (5)
Como pasa siempre en Psiquiatría/Salud Mental, hay muchas formas de tratamiento: psicoeducación, farmacología, terapia de soporte, asesoramiento... Cada una tiene su momento y sus características. Pero yo voy a centrarme brevemente en la farmacología, ya que es la primera de las opciones porque las pacientes ingresan en fase aguda y eso hay que solventarlo rápido.
Los fármacos utilizados son normalmente antipsicóticos atípicos o de segunda generación -risperidona, olanzapina, aripiprazol, palmitato de paliperidona... los nuevos, vaya-. También podemos mencionar los fármacos eutimizantes (litio, o ácido valproico). En un momento dado, la terapia electroconvulsiva -de ahora en adelante TEC- también podría valer.

Por la experiencia durante estos dos años de resi -en los cuales he visto alguna que otra psicosis postparto-, os digo que a las pacientes les va bien ver al niño durante las visitas. En un sitio tranquilo, sin gente, sólo con su pareja delante. No el primer día, obviamente; pero cuando empiezan a mejorar es beneficioso. Como un coadyuvante muy fuerte. Además, todas las que he visto han querido amamantar al niño. Muchas usaban un sacaleches para que el bebé tuviera leche materna en casa y no sólo durante la visita.
Ahora bien, supongo que muchos os lo habréis preguntado: ¿Qué pasa entonces con el tema de los fármacos y la lactancia materna? Pues en ocasiones se prefiere dar TEC a fármacos(6). Pero si al final se opta por tratamiento farmacológico, se busca la optimización: dar la mínima dosis terapéutica posible.


Bueno... con esto creo que es suficiente para el post. Al menos, para dar a conocer un poco más esta patología. No es muy habitual, pero podría suceder que os toparais de frente con alguna.
Matronas y resis de matrona, no os asustéis. Si en vuestra consulta de Primaria o en el paritorio veis algún síntoma así, comentadlo con el gine o con el médico de cabecera. Si bien no tiene por qué ser una psicosis puerperal, a lo mejor conseguís poner en alerta sobre una posible depresión postparto.

Como siempre, gracias una vez más por leerme, y espero que os haya gustado el post.
¡Hasta pronto!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013
(2) García López M. T., Otín Llop R.: Sobre la psicosis puerperal. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. 2016;  27(2): 229-234. Disponible en:
(3) Medina-Serdán E.: Diferencias entre la depresión postparto, la psicosis postparto y la tristeza postparto. Perinatol. Reprod. Hum. 2013;  27(3): 185-193. Disponible en: 
http://www.scielo.org.mx/pdf/prh/v27n3/v27n3a8.pdf
(4) Borrego Espárrago V.: La presencia de Enfermería como intervención principal ante un episodio de psicosis puerperal. Nure Investigación, 2014; (72). Disponible en:
http://www.nure.org/OJS/index.php/nure/article/view/32/24
(5) Shehu CE, Yunusa MA. Obstetric Characteristics and Management of Patients with Postpartum Psychosis in a Tertiary Hospital Setting. Obstetrics and Gynecology International. 2015:386-409. Disponible en:
(6) Focht A, Kellner C. Electroconvulsive therapy in the treatment of postpartum psychosis. Journal of ECT. 2012; 28(1):31–33.

sábado, 14 de mayo de 2016

Séptima (y última) rotación: UTCA

¡Hola a todos!

Esta entrada es la última que escribo en lo que respecta a rotaciones de la residencia, porque es la que pone el punto y final a la misma.
Para mí resulta algo duro redactarla. Es como tomar conciencia de que sí, de que ya está. De que estos dos años han pasado en un suspiro y además han supuesto una de las mejores etapas de mi vida. He sido muy feliz durante la especialidad. Mucho.
Pero enseguidita viene otra época que será igual de emocionante o incluso más.


En fin, voy a dejarme de sentimentalismos, que no me gustan. Vamos al meollo del asunto.
Actualmente estoy rotando por la Unidad de Trastornos de la Conducta Alimentaria (UTCA). Siendo sincera, me la habían pintado fatal: "es muy aburrida", "Enfermería ahí no hace nada", "qué lata". Y la lindeza más grande: "todas ésas son unas histéricas".
Qué queréis que os diga, me indigné. Lo primero de todo, porque parece que la gente se olvida de que esas personas están enfermas. No han dejado de comer "por la tontería de querer estar delgadas". Hay mucho más en juego, como por ejemplo la autoestima baja, o cosas más serias. Y lo segundo, porque no son maneras de hablar así de nadie -aunque no es mentira que hay un componente de personalidad importante. Pero no es lo mismo eso que "unas histéricas"-. Me da igual que el que lo haya dicho sea profesor, médico, picapedrero, enfermero, mecánico o el Presidente Supremo del Mundo.

Y tras esto, aclaro que estoy encantada de estar rotando aquí. Me parece una pasada, y puntualizo que Enfermería sí hace cosas. Pero claro, es como todo: hace más el que quiere que el que puede. Si tienes ganas puedes trabajar muchas cosas con estos pacientes. Porque pese a la desnutrición con la que a veces ingresan, cognitivamente están mejor que los pacientes de Agudos.

Muy bien. Ahora viene la pregunta crucial: ¿qué se hace en una jornada normal de UTCA?
La mañana comienza con el aseo, y la toma de constantes y peso. Esto último se hace a diario, y los pacientes no saben lo que pesan. Luego, en la terapia semanal específica del peso, es cuando se les informa y se trabaja sobre cómo se sienten en ese aspecto.
Puedes asistir a psicoterapia, y cómo no, pasar tiempo con ellos. Además de preparar y administrar medicación, y revisar y supervisar todas las ingestas y descansos tras las mismas.
Esto es importante. Con la comida se es muy estricto. Tienen un tiempo determinado para comérselo todo y para reposar la comida. Y como no lo cumplan a rajatabla, no se lo coman bien (es decir: trozos adecuados, no comer con las manos, seguir un orden con los platos, sin protestar o poner mala cara, etc), o vomiten/hagan ejercicio, se les da ese combinado de "ingesta+descanso" como no válido.
¿Y qué significa que esa toma no sea válida? Que pierden privilegios.

En UTCA se trabaja con refuerzos. Eso se traduce en lo siguiente: "si tú haces bien las comidas y los descansos se te permiten ciertas cosas". Actos y acciones que para nosotros son habituales -hablar por teléfono, oír música, arreglarse el pelo o las uñas, recibir visitas...-, ellos tienen que ganárselos. Y sobre todo al principio les cuesta. Algún caso ha habido que en su segundo o tercer día tras el ingreso se ha puesto a llorar como una magdalena porque le daba un ataque de ansiedad al ver la bandeja llena. También es verdad que los primeros días se es un poco más permisivo, y se asume que no se van a poder acabar la comida o hacer adecuadamente el reposo.
Conforme van pasando los días la cosa mejora. Se lo comen todo por regla general dentro del tiempo estipulado sin problemas. Y los descansos también los cumplen.
Los baños están cerrados todo el día, y sólo se abren para las duchas y justo antes y después de las comidas.
En la normativa del servicio se contempla que ciertos temas son tabú: en UTCA no puede hablarse del peso, de la moda, de la comida, de las modelos... en fin, de todo lo relacionado con estas patologías. De igual forma no podemos permitir que los pacientes intercambien "trucos" para no comer y derivados. Sobre todo porque hay de todas las edades, y no queremos que "los pequeños" aprendan de "los mayores". ¡Hay que tener mil ojos y mil oídos!
Ahora ya no tanto, pero yo iba con pies de plomo los primeros días. No sabía muy bien de qué podía hablar y de qué no.

Conforme van avanzando en el ingreso y haciendo las cosas bien, los privilegios van aumentando y llega una de las cosas que más ambivalentes les hace sentir: los permisos. Que pueden ir muy bien... o pueden ser catastróficos. Luego vemos por qué.
Se empieza pudiendo salir una hora por los alrededores del hospital, vestidos con ropa de calle. Luego pueden irse más tiempo, o pasar casi toda la tarde fuera (merienda incluida). Después se marchan de permiso fin de semana. Y al final llega un momento en que los permisos son bastante largos y pasan más tiempo fuera que dentro del servicio. Es entonces cuando se plantea el alta si todo va como debe durante dicho permiso.
Esto a priori a los pacientes les encanta, les da la vida. Pero también supone una prueba de fuego. ¿Por qué? Porque ése es el mundo real, el mundo al que se van a enfrentar tras el alta. UTCA es una "burbuja", por decirlo así, donde están protegidas de la gente de fuera. Sí, esa gente que les dice: "¡Ay, pero qué bien estás!", "¡Mírate, que carita tan redonda y qué curvitas tan graciosas!" "¡Esos kilitos que has cogido son justo los que necesitabas!". Muchas veces lo hacen con buena intención, pero se equivocan. Aunque ése es otro tema.
Es por eso por lo que ellos se sienten así y es posible que vuelvan al servicio bastante nerviosos.

En general con lo que son los pacientes no suele haber problemas, salvo casos extremos. "De libro", que se les llama.
Ahora mismo estoy muy a gusto. Y pese a tener un caso grave, nos lo tomamos con filosofía. El resto genial, son pacientes muy cumplidores y adecuados de manera general. Por otra parte, yo también paso mucho tiempo con ellos, les propongo actividades para hacer, temas de los que hablar... Tened en cuenta que son ingresos largos, los permisos no se les dan pronto y las horas allí se arrastran.
Les pregunté a las enfermeras si también ingresan pacientes con bulimia, y la respuesta es afirmativa. Si bien la anorexia y la bulimia son los TCA más conocidos, hay muchos más. Y puede ser que requieran ingreso, ¿por qué no?

Para finalizar, querría recordar a todo el que lea este post que por favor, no se frivolice con el peso. Que la anorexia y la bulimia no son tonterías. Aunque ahora, con lo de los tallajes y la ropa se crea que estar delgada hasta ese extremo es lo que se lleva.
Se pasa mal porque es de esas enfermedades que te destruye sin que te des cuenta. Vas perdiéndolo todo poco a poco, y el riesgo de volver a caer es muy grande. No sé si os sonará el caso de Isabelle Caro, pero en su momento levantó ampollas y es algo a tener en cuenta.

En fin... creo que ya he acabado, que no me dejo nada importante.
Os recomiendo que, si podéis, rotéis por una Unidad como ésta. Os enseñará mucho, no sólo sobre TCA, sino también sobre los propios pacientes que los sufren. Es donde más se les escucha, donde más se les puede ayudar.

¡Muchos besos!

Nurse Lecter

domingo, 13 de marzo de 2016

Don de palabra

¡Hola a todos!

Antes de meterme en faena con esta entrada, dedicar unas palabras a todos los que os habéis presentado al -IR.
Lo primero de todo, enhorabuena a los que lo han conseguido. Ya habéis visto que no es fácil, que a veces cuesta horrores y hay días que lo mandarías todo a freír espárragos. Pero al final compensa, las angustias y los desvelos se olvidan cuando pisáis vuestro hospital o Unidad Docente el primer día.
En cuanto al resto que no lo habéis logrado, no penséis ni por un momento que no ha servido para nada. En el fondo y aunque en un principio no se vea, presentarse aunque no se obtenga plaza tiene cosas buenas: es un muy buen entrenamiento para técnicas de test varias, durante ese año de estudio habéis aprendido un montón (y a veces incluso lo último de lo último en lo que a evidencia respecta), conocéis gente vía Twitter o academia, y lo más importante: le tomáis el pulso a este examen tan horroroso para estar a punto el año próximo. Sí, vale, esto no os consuela ahora mismo, pero es útil también si se ve en perspectiva.


Y ahora sí, vamos al post. Es breve, pero espero que os sirva.
No sé si recordaréis que hace unos meses posteé algunas nociones básicas sobre contención mecánica. Esta vez toca mi contención favorita, la más difícil, la que ahorra más disgustos... y a la que aún no le tengo pillado el punto del todo: la contención verbal.
Es la primera medida de contención que debe usarse, y se buscan principalmente la alianza terapéutica con el paciente y la disminución de la agresividad. (1)

Las técnicas verbales son, sin duda alguna, la razón principal por la que Salud Mental me enamora. Muchas veces es como hacer magia. Con paciencia y hablando se entiende la gente, y los pacientes se tranquilizan una barbaridad. Además puede usarse en casi cualquier contexto -si están muy agitados no, porque no van a atender a razones-, es gratis y muy efectiva si se hace bien. Eso sí, se necesita muuuuuuuucha práctica. Igual que con la contención mecánica puedes practicar una y otra vez poniendo y quitando imanes y correas con tus compañeros (o con alguien que se preste a ser contenido y no sea paciente), sin prisas, la contención verbal tiene que ser con personas que la necesiten. Y estás tú solo frente al paciente. Tus únicas armas son tu don de palabra y lo que transmitas con el paralenguaje. La verdad que es todo un arte.

Os voy a ser sincera: no hay una Guía de Práctica Clínica ni un protocolo para contenciones verbales. Sí que hay unas pautas básicas, pero más de eso no se puede pedir. Cada profesional sanitario tiene un estilo para contener verbalmente. Algunos os gustarán más, otros os gustarán menos, pero así han aprendido.
Recuerdo los primeros meses de R1 en Agudos. En mi planta hay concretamente dos enfermeros que hacen que las contenciones verbales parezcan facilísimas cuando no es así. Y no es sólo por las palabras que usan, sino porque transmiten tranquilidad al paciente. Era atravesar el umbral de la puerta, mostrar actitud de escucha y de "aquí estamos para ayudarte" y cambiaba la atmósfera. Yo me quedaba muda, flipaba muchísimo.
A día de hoy me veo capaz de iniciar sin problemas una contención verbal. El problema es mantenerla. Estos enfermeros que os digo calman al paciente enseguida. Yo tardo un poco más, y alguna vez necesito ir acompañada por si no lo hago del todo bien. Pero para eso está la residencia: para aprenderlo. Y cuando se termina y eres especialista no dejas nunca de perfeccionar la técnica. Nunca. Es como todo: cuanto más lo hagas, mejor te saldrá.

Ahora paso a comentar las pautas mínimas, aprendidas en las clases y en el hospital:
1) Ambiente seguro, tanto para el profesional como para el paciente. Nada de objetos que puedan arrojarse o tirarse, como bandejas o mesitas de noche. Y la puerta siempre cerca y detrás del profesional que realiza la contención, por si fuera necesario salir.
2) En general el lenguaje no verbal ha de ser tranquilo y pausado: gestos lentos, que no puedan ser interpretados como una amenaza -brazos cruzados o en jarras rotundamente NO-, contacto ocular frecuente (aunque no fijo), y algo que suena a perogrullo pero que es muy efectivo: estar a la misma altura que el paciente. Si él está sentado o acostado, tú te sientas. Si está de pie, te quedas de pie. Pero no es recomendable estar físicamente por encima, porque se siente amenazado.
3) Uso de la técnica del volumen fijo, que a mí personalmente me encanta. "¿Qué es esto?", diréis. Pues consiste básicamente en mantener siempre el mismo tono de voz: tranquilo, pausado y suave. Da igual que el paciente grite, llore o esté enfadado. Si tú mantienes el mismo tono de voz, al final él también lo baja y eso contribuye a tranquilizarlo.
4) No rebatir al paciente. Recordad que vamos a escucharlo, no a enmendarle la plana. Con eso conseguiríamos justo lo contrario: que se ponga peor. Además ya sabéis que en general cuando uno está nervioso no se muestra receptivo. ¿Por qué no va a pasarles lo mismo a los pacientes?
5) Unido al punto 4), adaptarse al paciente -hasta un cierto límite, claro-, es muy adecuado. Si necesita desahogarse, vamos a dejarle. Si prefiere pasear con nosotros mientras nos lo cuenta, ¿por qué no?
6) Si vemos que la contención verbal no está siendo efectiva, lo mejor es no insistir. Según el caso se procederá a otro tipo de contención. Pero lo mejor es no seguir si vemos que la cosa no va bien. No obstante también puede ofrecerse medicación oral: ¿que la lleva pautada? ¡Estupendo! ¿Que no? Se consulta con el psiquiatra.
Anotación importante a este respecto: la medicación oral se ofrece, no se impone. Se sugiere con cariño, tacto, mano izquierda. Así el paciente también siente que sus opiniones son tenidas en cuenta y se contribuye a empoderarlo. Al fin y al cabo, es él el que tiene la última palabra.

Esto, repito, es lo mínimo que hay que hacer. Si hay algún enfermero especialista o psiquiatra que quiera aportar más o dar su opinión, libre es de hacerlo.
Luego dependiendo del paciente, de la patología y del estado abordaremos unos temas u otros. Pero por favor, no hay que perder de vista el aspecto no verbal.


Hasta aquí la contención verbal. Espero haber despejado dudas en este sentido, porque realmente es la mejor medida de contención que puede hacerse. Es totalmente personalizada y el paciente siente que se le tiene en cuenta y se le aprecia como persona. No lo encadenamos a la cama ni le ponemos un pinchazo que lo va a dejar KO más de ocho horas.
También es un buen comienzo para dar a conocer la salud mental y eliminar el estigma asociado.

¡Besos y hasta pronto!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
(1) Fernández Gallego, V., Murcia Pérez, E.,Sinisterra Aquilino J., Casal Angulo C., Gómez Estarlich, M.C.: "Manejo inicial del paciente agitado".  Emergencias, 2009; 21: 121-132.

sábado, 27 de febrero de 2016

Apoyo mutuo

¡Hola!

Espero que estéis más tranquilos ahora que el _IR se ha alejado y ya va avanzando la cosa... para bien o para mal ya se va sabiendo todo y podéis planificar.


El post de hoy es exclusivo de la residencia, no trato patología, ni pelis ni libros. Hoy toca hablar de los co-R EIR.
Es algo totalmente distinto a tus compañeros de la carrera. Bajo mi punto de vista no tiene nada que ver una cosa con la otra. Con tus compañeros de la universidad quizás la relación es más fría, no los conoces a todos a fondo porque son muchos. De hecho yo con algunos de mi clase no hablé en los cuatro años del Grado...
Cuando haces la residencia los intereses son más parecidos, se buscan metas comunes generalmente. Además son menos y las clases se dan de forma conjunta, con lo que se va aprendiendo a la par. Y lo más importante: suele haber mucho apoyo porque nos comprendemos. La vía de entrada a la especialidad es la misma, y en ocasiones los intentos son numerosos. Todos los resis sabemos lo mal que se pasa durante esos meses de estudio y lo que hemos tenido que bregar, amén de competir por una plaza con más de quince mil personas. Así que, bien mirado, toda esa batalla nos ha unido mucho.
Una de las primeras cosas que me ilusionó tras la toma de posesión fue conocer al resto de compañeros. Mediante la web del Ministerio me puse en modo detective para ponerles nombre a las que iban a aprender conmigo durante estos dos años.
La primera vez que nos vimos -en la reunión con la coordinadora EIR-, la sensación fue muy rara: "por fin les pongo cara... veremos a ver qué tal". Resulta que a dos de ellas las conocía porque iban en el mismo horario que yo a la academia, aunque no llegamos a hablar nunca. A las otras no las conocía de nada. Pero la primera impresión tras presentarnos fue muy positiva: estábamos todas igual de ilusionadas y de nerviosas por conocernos. Tras la reunión estuvimos hablando lo menos una hora, no había manera de que nos fuéramos.
He tenido mucha suerte suerte con ellas: mis chiquis son un amor, muy divertidas aunque con cabeza y sentido común, y dispuestas a ayudar en lo que haga falta... Además, el tema de combinarnos como autoras de pósters lo llevamos muy bien, y los congresos ya ni contarlo, ¡jajajaja!
Imaginaos el palo que supondría que una de nosotras fuera engreída, egoísta o tonta rematada... hubiera sido todo muy incómodo e incluso difícil. ¡Doy gracias por ir todo genial con ellas!
Con el resto de -IRes (MIR y PIR), también sin problema. Damos muchas clases juntos y la verdad que pese a ser cada uno de un hospital distinto hemos formado un muy buen equipo. Tampoco hay ningún residente disruptivo aquí... más bien ocurre justo lo contrario. Muchas veces en clase ha habido que parar por un ataque de risa generalizado.

Ya estáis viendo que es súper importante llevarse bien con los co-R en general, y con los de tu profesión en particular. Vais a aprender juntos codo con codo durante dos años, y vais a pasar por momentos buenos, regulares y malos. Nunca está de más poder hablar con alguien de eso, alguien que esté pasando por lo mismo que tú y te entienda. Es un desahogo. Y por supuesto, sabes que puedes contar con ellos si hiciera falta. Si bien estaréis en hospitales diferentes, la esencia es la misma: todos rotáis por Agudos, CSM, ETAC, Rehabilitación... son experiencias similares.
Y qué decir de tu co-R de hospital. Si con el resto de resis ya tienes contacto continuo, en este caso parece de tu familia, casi como un hermano o hermana. Pasas muchas horas con él o ella, y hacéis muchos trabajos conjuntos: sesiones, presentaciones, memorias, grupos...
De nuevo reitero que he tenido muuuuuuuuucha suerte con mi compi: es muy prudente, asertiva, sincera, nos ayudamos en todo, nos repartimos el trabajo y nos echamos un cable o cubrimos las espaldas en lo que a trabajos se refiere :P. Además ya nos hemos ido de comida unas cuantas veces... ¡toda una experiencia cuando nos juntamos el par de alocadas!


Otro punto esencial que quiero abordar aquí son los R mayores. Si es crucial llevarse bien con tu promoción, no es menos importante la previa. En mi caso y en el de mi co-R también tuvimos una suerte brutal: las mayores de nuestro hospital nos arroparon un montón, nos allanaron el camino, nos resolvieron dudas de la residencia en sí y estaban muy pendientes de ayudarnos si se lo pedíamos. Además, claro está, de lo cariñosas que son y lo bien que nos acogieron al empezar.
A día de hoy nos seguimos viendo y quedando de vez en cuando, y lo sentimos como si no hubiera pasado el tiempo.
Tened en cuenta que los resis mayores os pueden hacer la vida  más fácil y ser en parte el modelo a seguir, o convertir la especialidad en un infierno si no os lleváis bien o una de las dos promociones es "especialita". Conviene llevarse bien en general, ¿no creéis?


Así que ya sabéis: paz y amor con el resto de resis, y mucha suerte con mayores y pequeños -sí, también es importante una buena acogida a gente que va detrás; quizás sea su primer trabajo o su primera residencia y se vean asustados o perdidos.. como me pasó a mí, jajajaja-.

¡Besotes a todos!

Nurse Lecter

miércoles, 3 de febrero de 2016

Arranque de sinceridad

Buenas noches.

Os prometo que igual que acabo de postear esto, también lo acabo de escribir. Lo publico sin retocar, sin filtros ni revisiones, porque es lo que pienso y cómo me siento ahora mismo.

¿Ha pasado algo grave? No, en absoluto.

Pero esta noche hablo de que cualquier residencia, sea la que sea, tiene sus momentos de agobio o de no estar al 100%. Y tras pasar casi toda mi especialidad sin (demasiados) problemas en este sentido, llevo unos días "torcida".
Tengo muy claro que no es por la parte asistencial. No tengo ni una sola queja de ella.
En cuanto a la parte formativa, sólo comentar que creo que una pequeña parte del problema es ésa: pese a ser una residencia, hay bastantes trabajos que hacer. Sesiones clínicas, búsquedas bibliográficas, rellenar el Libro del Residente, investigaciones, cursos, días de docencia, el Programa Transversal y Complementario del Residente -PTCR para los amigos-, trabajos para congresos... Y al margen de la residencia tengo el máster para conseguir puntos en la bolsa de trabajo, y la EOI -los exámenes están ENCIMA... ¡agh!-.
Vale, eso último del máster y la EOI es gusto particular mío. Pero vamos adelante con todo.
También os digo que doy gracias por ser joven y no tener novio o marido ni niños, ni una casa que poner en orden cuando llego del trabajo.

Hay noches que acabo cansada y ¿por qué no decirlo? Un poquito quemada de todo eso. Se nota mucho en el ánimo. Voy con una sonrisa a mi CSM, encantada de la vida porque me pirra; es una rotación preciosa. Pero por la noche sale todo el cansancio. A veces hasta la sensación de rabia: "menuda pava, no llego a todo...", "madre mía qué harta estoy", "una cosa más y me da algo".
Es que no tengo ni ganas de leer. Eso en mí es preocupante. Grave incluso.

También puede ser en parte responsabilidad mía. Me explico: puede ser que yo no esté muy boyante de ánimo, por cualquier cosa. Quizás me encuentre más bajilla o nerviosa por el prácticamente inminente fin de la residencia, o por cualquier chorrada. (Locus de control externo ON*) Pero no le voy a quitar parte de culpa a todo lo comentado arriba (locus de control externo OFF*).

No pretendo desanimar a todos los que os examináis el sábado, ¡en absoluto es mi intención! Esto es simplemente un desahogo mío. Además creo que puede serviros para saber lo que podéis encontrar a partir de mayo. Conviene que vayáis precavidos a que os pille de sorpresa, creedme.

Momentos de duda ("¿Qué hago yo en Salud Mental? ¿Era esto lo que verdaderamente quería? ¿Me gusta tanto como para dedicar mi vida profesional a esto?"), no he tenido ninguno, gracias a Dios. Pero momentos de desesperación ("LOSTRABAJOSMEVANACOMERPORLOSPIES", "MÁTAME CAMIÓN", "NOMEDATIEMPOATODODIOSMÍO", "Esto va a poder conmigo"), sí. A montones. Y a vosotros os pasará, ¡claro que os pasará! Tarde o temprano a todos nos pasa. Pero podréis con ello. De verdad.

Recordad que todo pasa y todo llega. Lograr el sueño no es sencillo, pero sí será gratificante cuando lo tengáis del todo, creedme. Si atravesáis este momento por el que estoy pasando yo y contáis con apoyo -vuestras co-R serán un tesoro en este sentido-, será todo más sencillo.
Además vendrá bien para mejorar vuestra resiliencia.

Ya os dejo. Seguid estudiando y dadlo todo este sábado, porque la recompensa es increíble. Por estar dos años dedicándoos a lo que más os gusta para mejorar y poder hacerlo perfectamente durante el resto de vuestra vida merece la pena pasar unos días reguleros.

¡Muchos besos y ánimo!

Nurse Lecter

miércoles, 20 de enero de 2016

Patología del mes. Ideas fijas.

¡Buenas noches!

Tras un tiempo con los post directamente patológicos abandonados (¡¡perdonadmeeeeeeeeee!!), volvemos a la carga con ellos.
Patología ambulatoria, mi preferida sin duda.

Hoy toca el Trastorno Obsesivo Compulsivo, el famoso TOC.
Mucha gente que no sabe de salud mental cree que este problema es "una tontería", "se le pasará pronto", "¿pero tú ves normal ponerte así por esa chorrada?", "¿no ves lo ridículo que resulta que hagas *inserte conducta compulsiva llamativa*?", "estás paranoico ya...". No, señores, no es una tontería y los pacientes lo pasan muy mal. Ahora ahondaremos en el por qué.

Formato pregunta-respuesta, que comprende los siguientes puntos:

1) ¿Qué es? (1)
Como siempre, recurrimos al DSM-V para que nos saque de dudas. Según este liviano libro, el TOC consta de obsesiones, compulsiones o ambas cosas. ¿Y qué es cada una de ellas?
  - Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos fijos e involuntarios, que generan una ansiedad enorme. Y cuando digo "enorme" creo que me quedo corta. El paciente, por otra parte, intenta eliminarlas. ¿Cómo? Con la compulsiones, que ahora mismo explico.
  - Compulsiones: son actos o conductas cuyo fin es el de evitar o eliminar la ansiedad que crea la obsesión, o incluso evitar el hipotético mal aparejado a la misma.

Además, la obsesión o la compulsión ocupan mucho tiempo del día, llegando a incapacitar bastante. ¡Y ojo! El paciente puede ser consciente o no de que las ideas o las conductas no tienen una base lógica.
El ejemplo tipo, el que todos tenemos en mente, es de la contaminación. Claro, es el más conocido. Una persona se obsesiona con los microbios que hay en todas las superficies, y pasa más tiempo en el baño lavándose las manos que haciendo su vida normal. Está reflejado en libros, películas... en mil sitios.

Recalco: puede haber TOC sin compulsión. En este caso el paciente tiene una ansiedad que se muere, tremenda, porque no canaliza la idea con una conducta; se la queda toda para él.


2) ¿Cuál es la causa? (2)
En principio no parece haber una concreta, pero se barajan muchas opciones: genética, entorno, problemas en la infancia... Incluso desencadenantes ya en la edad adulta, que no tienen por qué ser enfermedades. Por ejemplo, problemas sentimentales.
Lo que sí se sabe es que suele empezar de forma gradual; no hay una idea que irrumpa por primera vez de un día para otro.


3) ¿Cómo se distribuye?
En cuanto a su prevalencia, ronda el 2% (3). Suele empezar en la adolescencia tardía; y a partir de los 30-35 años normalmente ya no surge. La distribución por sexos es más o menos igual, pero en el caso de las mujeres se ven más ataques de pánico asociados (4).


4) ¿Qué experimenta el paciente?
Lo primero es la idea obsesiva. Viene sola, sin que nadie le dé permiso, y agobia sobremanera al paciente. En el caso de la obsesión con la contaminación, el individuo no toca un objeto contaminado por miedo, ni siquiera permite que roce su cuerpo. Poco a poco la idea va "tomando copero", como decimos por mi tierra. Y va a más, a más y a más, llegando a la ansiedad -y a toda su sintomatología física, psicológica y conductual-. El sujeto se pone muy nervioso y acaba concluyendo con la compulsión: "Estoy contaminado, tengo que lavarme". Y allá que va al aseo a lavarse las manos, que incluso se las puede despellejar de todas las veces que lo hace al cabo del día.

Luego ocurre una cosa curiosa: cuando ya ha pasado la situación amenazante, el propio paciente puede hacer crítica de la obsesión y la compulsión -"si yo sé que esto no tiene sentido..."-. En un sitio seguro, el paciente se arma de valor y dice que la próxima vez se enfrentará al factor obsesivo y lo superará.
Llega ese momento y el paciente va muy dispuesto... pero al final aparece la ansiedad, la cual sube, sube, y sube... y el sujeto se rinde a la compulsión, como todas las otras veces.
Frustra, claro que frustra. El primero en sentirse mal es él, pero le resulta inevitable.


5) ¿Cómo es el tratamiento?
Hay dos vertientes: la psicológica y la farmacológica.
La segunda se centra sobre todo en los antidepresivos conocidos como Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina (ISRS): fluoxetina, sertralina, citalopram, escitalopram... Este tratamiento debe mantenerse como mínimo 1 año (3). Mención especial a la clomipramina, que se ha visto que es muy buena. Además, si se abandona las recaídas son más frecuentes y peores. (6)
Por otro lado, en cuanto a la psicología se usa comúnmente la terapia de exposición con prevención de respuesta (5). Suena así como muy bonito, pero es muy radical ya que consiste en exponer al paciente a lo que le provoca la obsesión o la compulsión -por ejemplo, tocar un material, si seguimos con el ejemplo de la contaminación-. Obviamente se hace de forma paulatina. Ya veis que se parece mucho al tratamiento de las fobias.
El problema de esta terapia de exposición es que hay muchos rechazos y faltas de asistencia ("para pasar un mal rato no estoy yo", suelen pensar los pacientes).
Tampoco es desdeñable la Terapia de Aceptación y Compromiso, relativamente nueva.

Dejo aquí para ilustrar un poquito el post una escena de "Cuando menos te lo esperas". Ya la posteé precisamente por esta patología. Y la verdad que lo refleja perfectamente.





Y poco más, hasta aquí el TOC.
Espero que os haya gustado y os hayáis familiarizado un poco más con él. Y recordad: desde fuera puede dar una impresión equivocada ("menudo neuras"... "qué tío, siempre está igual..."); pero realmente es una cosa seria. Bastante seria. Puede inahbilitar mucho y aislar a la persona. Recordadlo.

Con esto me despido. ¡Saludos y sed buenos! ;)

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) American Psychiatric Association (APA): "Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM)". 5ª edición. EEUU. APA, 2013.


(2) Montaño González C.A.: Sobre la heterogeneidad del TOC. El Trastorno de Ansiedad del siglo XXI. Trabajo Final de Grado,  Facultad de Psicología, 2015. Universidad de la República (Uruguay). Disponible en
http://sifp1.psico.edu.uy/sites/default/files/Trabajos%20finales/%20Archivos/montano.pdf

(3) Brakoulias V. Managing obsessive compulsive disorder. Australian Prescriber. 2015;38(4):121-123. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC4653979/

(4) Organización Mundial de la Salud: "Tratamiento farmacológico de los trastornos mentales en la Atención Primaria de Salud", 2009. Página 43. Disponible en: 
http://www.who.int/mental_health/management/psychotropic_book_spanish.pdf?ua=1

(5) León Quismondo L., Lahera G., López Ríos F.: Terapia de aceptación y compromiso en el tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo. Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq. 2014, 34, (124): 725-740. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v34n124/original05.pdf

(6) Rosa Alcázar, A.I., Iniesta-Sepúlveda M., Rosa-Alcázar Á.: Los tratamientos farmacológicos en el Trastorno Obsesivo-Compulsivo en niños y adolescentes: Una revisión cualitativa. Actas Esp Psiquiatr 2013;41(3):196-203. Disponible en:
http://actaspsiquiatria.es/repositorio/15/83/ESP/15-83-ESP-196-203-487448.pdf

miércoles, 23 de diciembre de 2015

Esperienza triestina (I)

Ciao a tutti!! Come state?

Mañana Nochebuena... ¡descansad la tarde-noche por lo menos, que ya sabéis que eso también sube netas!

Por mi parte, bueno... no lo he pregonado por Twitter (y eso que sabéis que yo twitteo muchísimo), porque hasta el último momento tuve mis dudas, pero sí: esta semana pasada he estado de congreso en Italia. Concretamente en Trieste. En el mapa es la zona de color rojo.


¿Y qué se me ha perdido en ese congreso para ir? Pues hay varias razones: 
1) Era de Salud Mental, lo primero de todo.
2) Me iba con mis enfermeros adjuntos y otras resis (en total rondábamos la veintena y era la primera vez que yo hacía un viaje "de trabajo", por llamarlo de alguna manera).
3) No conocía Trieste.
4) Italia es un país que amo, adoro y reverencio. Lo visité por primera y única vez hace 7 años por estas fechas -viaje de estudios-. La verdad, me apetecía regresar aunque fuera unos días.

Y os puedo decir que ha sido un viaje inolvidable. Para recordar por muchos y diversos motivos, con muchas risas y algún que otro momento de apuro, pero de todo tiene que haber.
Al margen de eso, Trieste es una ciudad bastante grande y bonita, con muchos edificios antiguos y un puerto imponente.

Voy a poneros en antecedentes antes en relación al famoso congreso.
Trieste es la cuna de la antipsiquiatría en Italia -país en el que, por otra parte, la contención mecánica está prohibida por ley y ya no existen hospitales psiquiátricos como tal-. 
El movimiento antipsiquiátrico estuvo liderado por Franco Basaglia, un psiquiatra veneciano. Ejerció en Gorizia y luego en Trieste, y allí empezó con pequeños cambios: instauró talleres, terapias, promovió que los pacientes vendieran productos hechos por ellos mismos, les dio tareas remuneradas -limpiar espacios comunes, cuidar el jardín...-. Y poco a poco comenzó a rondarle la idea de cerrar definitivamente los manicomios y de tratar a los pacientes como lo que son: personas.
Eso sí que supuso una auténtica revolución, porque originó el sistema de puertas abiertas: los pacientes no se quedaban encerrados, sino que podían salir de la planta e incluso del hospital a darse un paseo o ¿por qué no?, a su casa.
Y como el que la sigue la consigue, Franco Basaglia logró cerrar el hospital de San Giovanni, y además fue posible establecer la ley 180 en Italia, por la cual quedaba prohibido el encierro involuntario de los pacientes de salud mental.
Al margen, por supuesto, de la victoria a nivel de los pacientes. Crearon un caballo de papel enorme, de color azul cielo, al que llamaron Marco Cavallo. Salieron con él del hospital de San Giovanni llegando a romper los cristales de la puerta, y fueron a pasearlo por Trieste junto a Basaglia, representando así metafóricamente su libertad.
Marco Cavallo es todo un símbolo de este movimiento a nivel nacional allí.

Parece pequeño pero no lo es, de verdad. Esta foto está tomada desde abajo.


Una vez llegados a este punto, vamos al congreso en sí.
Tuvo lugar el 16, el 17 y el 18 de diciembre; el 15 era una visita a un CSM y a la planta de Agudos. La estructura general era de conferencias la primera mitad de la mañana, y luego talleres y charlas hasta las 17h. aproximadamente.
El sitio en el que se celebró fue en uno de los cuatro CSM que tiene Trieste, en lo alto de una colina. Sí, son muchos para una sola ciudad, y cuando en el siguiente post os explique el funcionamiento os vais a quedar de piedra. 
Arriba había muchos edificios y casi todos (algunos pertenecen a la Universidad de Trieste) forman una especie de complejo: CSM, Centro de Deshabituación de Sustancias Legales, Departamento de Dependencia, una iglesia, un bar, la cooperativa donde los pacientes hacen trabajos manufacturados... Estar ahí arriba es como pasearte por una micro ciudad. Nosotros estábamos al lado justo del antiguo hospital psiquiátrico San Giovanni, ya cerrado al igual que los antiguos pabellones de hombres y mujeres. Aquí fotos:




A mí personalmente me recordaba mucho a la situación de los pacientes tuberculosos antiguamente: aislados en mitad de la nada. Así estaban los pacientes de salud mental hasta que el doctor Basaglia entró en escena.
Y los edificios en sí, a las antiguas escuelas que había en España: edificios pequeñitos, con ventanales grandes y muchas salas de suelo de madera, tipo años 30.

Las conferencias eran en inglés e italiano. Como yo para el primero soy una negada y además estoy estudiando el segundo, me ponía los auriculares en esta lengua. La verdad, muy fácil de comprender, hablaban a una velocidad adecuada.
Nos dijeron que había venido gente de 21 países: asiáticos, sudamericanos, europeos... la verdad era que estaba lleno hasta la bandera.

Puerta del edificio de la cooperativa
Mi acreditación. ¡Me hizo una ilu..!




















Las conferencias fueron muchas y muy variadas. Personalmente me gustó mucho una del último día, centrada en cómo evitar la contención mecánica en otros países donde sí está permitida. Fue realmente muy interesante.
También se expuso la experiencia en otros países que intentan llevar a cabo el modelo de Trieste: en qué punto están, las modificaciones que han añadido, los obstáculos que encuentran y cómo los solventan...

En cuanto a los talleres, la única pega es que (como pasa en muchos congresos), había que elegir a cuál entrabas. Algunos de los temas eran, por ejemplo, los derechos humanos en Salud Mental, talleres de contención, empoderamiento de los pacientes, aprendizaje global basado en la comunidad... todo muy enfocado a "liberar" a estos pacientes de las 4 paredes de un hospital. Además eran grupos reducidos, uno en cada sala del CSM, con lo cual todo era más acogedor y personal. Así se te quedaban mejor los conceptos e ideas principales.
Ha sido un congreso muy enriquecedor.

Además el hecho de que los pacientes están integrados en la sociedad es totalmente cierto: vimos a muchos por allí trabajando, e incluso llevando el barecito que hay cerca. Y todos muy simpáticos y agradables.

Algunas cifras sobre la salud mental en Trieste en 2009. Son alucinantes.

Ésa es otra: no os podéis imaginar lo normal que es para los triestinos tener un problema de salud mental. Igual que yo aquí he visto a la gente por la calle apartarse de los pacientes y mirarlos con miedo o asco, allí no hay ningún problema; forman parte plenamente de la sociedad y no son "bichos raros" o "locos". Me dio envidia, mucha. Muchísima. Queda mucho que hacer en este aspecto en España.
Desde luego se nota para bien todo lo que ha hecho Franco Basaglia por ellos.

Para que os quede más claro (y teniendo en cuenta que una imagen vale más que mil palabras) os dejo aquí cómo se organiza la red de SM en Trieste. Este mural lo hicieron en su momento los propios pacientes:


Ya estáis viendo que hay de todo: CSM, planta, asistencia a domicilio, servicio 24h...

Y ya para acabar, os dejo aquí la famosa jaula de contención que twitteé. Tenían también una silla de contención, que no es más que una especie de armadura sentada en la cual metían a los pacientes agitados. Una verdadera barbaridad, ¡me dieron hasta escalofríos al ver las dos cosas!


En unos días postearé la segunda parte, la que más me gustó: cómo son los CSM y la planta allí. Todo un mundo radicalmente distinto a España.

Ci leghiamo presto, ragazzi!
Buon Natale! :D
 Ciao!

Nurse Lecter

domingo, 6 de diciembre de 2015

Consulta específica

¡Hola a todos mis nursollowers!

Espero que estéis todos bien, y especialmente los opositores/futuros residentes, ¡hay que estar en la cresta de la ola a estas alturas del año! Pistones a tope, que no se diga.

El post que os traigo hoy es relativo al CSM. Es una rotación muy larga, le tengo el pulso tomado y la verdad, novedades hay pocas a lo largo de mi estancia. Como ya os comenté en el post que le dediqué -si no lo habéis leído podéis hacerlo aquí-, los pacientes son casi siempre los mismos. Hay gente nueva, sí, pero en esencia son paciente estables de años. Claro, llega un momento en que los conoces a todos, con sus más y sus menos, sus etapas buenas y malas.
Hay consultas de muchas clases, pero hoy quiero abordar una de las más (alarmantemente) recurrentes sobre una patología que no mencionado aún en el blog: los seguimientos de TCA -siglas de Trastornos de la Conducta Alimentaria-.

Os voy a ser sincera: de todas las consultas, éstas son las que menos me gustan -ojo, y no porque las considere "feas"-. Me explico: a mi modo de ver, un TCA es muy complejo no sólo por la parte física del asunto, sino también por la psicológica. Breve resumen:
1) Hay mucha autoestima baja de fondo, y eso cuesta trabajarlo siempre.
2) Existen muchas veces antecedentes previos de conflictos o humillaciones en el colegio/instituto y por parte de los novios.
3) Generalmente son edades difíciles.
4) Pese a mi edad (24 años como 24 soles), y mi aspecto de cría de 17 años, me cuesta muchas veces abordar a estas muchachas porque se suelen sorprender: una chica que aparenta su edad está al otro lado de la mesa y ha pasado hace relativamente poco por la misma época que ellas.

Es complicado, muy complicado. Ya en Infantil tuve a algunas niñas -con ciertas edades que si supieseis fliparíais-, pero eran consultas muy distintas a las de Adultos. A éstas últimas se les puede hablar con más franqueza.

Voy al grano, que ya sabéis que despliego todo mi discurso prolijo en los posts, ¡jajajaja! A ver, ¿qué se hace en la primera consulta con estas pacientes?
Bueno, huelga decir que hay que hacerlo con tacto, tiento y cariño. Pero eso ya lo sabéis :)

Por lo pronto y hechas las presentaciones, preguntarles por qué las han derivado a seguimiento de Enfermería, para darles pie a que te lo cuenten: "¿Qué ha pasado?" "¿Por qué te han derivado exactamente?" "¿Te importaría explicármelo?". Formulad la pregunta como queráis, pero lo importante es que ellas le pongan voz a lo que les pasa.
Luego vienen los orígenes del problema: "¿Cuándo empezaste a encontrarte así?". Unas te contestarán que desde el colegio; otras, hace unos meses; otras, cuando se echaron novio. Hay tantos orígenes como pacientes con TCA. Pero casi invariablemente el problema está en que alguien empezó a meterse con ellas, bien de manera indirecta -"con un par de kilos menos estarías mejor"-, bien sin cortarse -"gorda"... y cosas peores me han llegado a contar-. No importa la forma, el efecto siempre es devastador. Siempre.
En caso de que hayan ingresado en algun Unidad de TCA hay que explorar un poco el ingreso. Y muy muy muy importante, preguntarles el peso al ingreso y al alta.
Después se les pregunta cómo se sentían antes y cómo se sienten ahora. Eso es importante, a partir de ahí sabrás enfocar mejor cómo llevar la consulta.
Y pregunta final de la primera ronda; pregunta estrella:

"¿Cómo crees que podemos ayudarte?"

Una vez acabamos con estos preámbulos, viene el quid de la cuestión. Aquí una batería de preguntas que os pueden ayudar:
- Indagar la presencia de atracones o vómitos y los sentimientos que rodean estas situaciones. También cuándo lo hacen, qué suelen comer en el atracón...
- Explorar la imagen corporal, ver cómo se sienten al mirarse al espejo, y conocer si hay alguna parte específica de su cuerpo que no les guste.
- Frecuencia con la que se pesan, dónde lo hacen -en casa, en la farmacia...-, y peso ideal. La mayoría de chicas a las que llevamos en consulta me dicen que su peso ideal es 50 kg: "yo con llegar a 50 soy feliz", "50 es mi peso perfecto, no quiero más ni menos".
- Presencia de gestos autolesivos y finalidad de los mismos. No os podéis imaginar la de chicas que se hacen cortes con la única intención de canalizar su ansiedad.
- Características generales de su alimentación: cuántas comidas hacen al día, cuánto tardan, si los horarios de comida son regulares (todos los días más o menos a la misma hora), el tamaño de las raciones, si comen de todo, si comen solas o en compañía, si picotean, si en el desayuno sólo se toman el vaso de leche o también tostadas...
- Ingesta hídrica: qué líquidos toman al día y cuánto de cada uno de ellos, cómo los reparten, si toman café, té o excitantes varios...
- Eliminación vesical e intestinal.
- Sueño: cuánto duermen, si hacen siesta...
- Ejercicio: muchas de las chicas van o quieren ir al gimnasio, y cuando  cogen "peso muscular" se agobian -"me veo muy gorda, peso mucho más que antes de apuntarme..."-. Hay que indagar en todo eso.

Y finalmente, les tomo la tensión, las mido, las peso -generalmente de espaldas-, y les saco el IMC. ¡Ah!, y siempre suelo preguntarles por sus reglas: si las tienen regulares, si ha habido algún episodio de amenorrea en algún momento... Les da reparo, pero lo contestan.

En las siguientes consultas indago un poco más en cada caso, doy pautas específicas y trabajo lo que considero prioritario. No me gusta agobiarlas al empezar porque puedo provocar abandono del seguimiento.

Con esto doy la entrada por acabada. Espero que os sea útil y os haya gustado.

¡Hasta que volvamos a leernos!

Nurse Lecter