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martes, 27 de abril de 2021

Mitos farmacológicos

Buenas noches.

Tras muchos meses —más de los que debería—, con el blog en standby, vuelvo a la carga.
Y lo hago con un post donde pretendo desmentir mitos relativos a la farmacología; más concretamente, al uso de antidepresivos.

Justo ayer, una chica hizo un hilo en Twitter donde contaba su experiencia con la asistencia telefónica en Atención Primaria. Según ella misma cuenta, por un problema de salud mental. Hasta aquí, todo bien.

El problema llega cuando asevera que el antidepresivo que le pautó por teléfono el médico crea drogodependencia. Palabras textuales.

Esto estaría muy bien avisarlo si fuera cierto. Pero es que no lo es. Por eso escribo la entrada del blog.

Para empezar, quiero explicar qué son los antidepresivos y para qué sirven. Según dice la propia SEP (Sociedad Española de Psiquiatría), son los fármacos destinados a tratar no solo la depresión, sino también otras patologías como el TOC, la ansiedad severa, los trastornos de la conducta alimentaria... (1).

Hay diferentes tipos o "familias" de antidepresivos: los tricíclicos; los inhibidores de la monoaminooxidasa también llamados inhibidores de la MAO o IMAO; los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina y noradrenalina IRSNs—; antagonistas e inhibidores de la recaptación de serotonina (o AIRSs)...

Por otra parte, y según se desprende de la Encuesta Nacional de Salud en España (ENSE) más reciente, hecha en 2017, casi el 10% de la población padece depresión de forma declarada y diagnosticada (2). Os dejo aquí la tabla, que también aparece en el documento:



De igual forma, no podemos negar la eficacia de los antidepresivos. Pero esto ya no está respaldado únicamente por la evidencia científica, sino también por la pura lógica: si no funcionasen bien, no existirían personas que dijeran que la medicación junto con otros aspectos, por supuesto, como psicoterapia o una vida saludable y tranquila— les ha ayudado a estar mejor. De hecho, ni se comercializarían: ¿para qué sacar a la venta algo que no sirve? No tiene sentido.

Un informe de 2020 (donde se analizan datos de 2017) en España estima que, en nuestro país, una cantidad nada desdeñable de población ha tomado antidepresivos en el marco clínico de Atención Primaria (3). Repito: es de 2017. Me juego un brazo y no lo pierdo a que, debido a la pandemia, estos datos serán actualmente muy superiores. De nuevo os dejo una tabla, sacada del mismo documento:



Y una vez establecido todo esto, vamos al tema de que "los antidepresivos crean drogodependencia". Spoiler: No.

Lo que sí creo es que hay un cacao importante con la terminología y la retirada de este tipo de fármacos. Voy a intentar explicarlo lo mejor que pueda.

Lo primero es la terminología. Hemos de conocer, por tanto, el concepto de drogodependencia. Este se asimila al de adicción. ¿Y qué es la adicción? Pues según la ASAM (American Society of Addiction Medicine) es una enfermedad primaria, crónica y que afecta al circuito de recompensa cerebral, la motivación, la memoria y los circuitos relacionados (4).

La adicción está, a su vez, íntimamente relacionada con los conceptos de tolerancia que es el hecho de necesitar cada vez más dosis de la sustancia para lograr el mismo efecto que te hacía al empezar a consumir; y de dependenciaentendida esta última como necesidad de consumir para evitar el malestar que provoca el no hacerlo. Hay, a su vez, dos tipos de dependencia:
1) La fisiológica, manifestada a través del síndrome de abstinencia (que son todos los síntomas físicos que tiene la persona cuando no consume); llamado coloquialmente "mono".
2) La conductual, relacionada con el entorno, y que está en
 la línea de las actividades destinadas o relacionadas con consumir.

Y una vez clarificados los términos, el quid de la cuestión con los antidepresivos radica en que no crean dependencia porque (1)

a) No presentan tolerancia: No se necesitan cada vez más dosis para lograr una mejoría anímica. 
b) No tienen efectos inmediatos: tardan 2 o 3 semanas en empezar a hacer efecto. En cambio, cuando consumes cualquier droga (cocaína, heroína, alcohol o tabaco), notas sus efectos al poco tiempo.
c) No causan síndrome de abstinencia: si se te olvida o no puedes tomarte un día el antidepresivo no vas a ponerte fatal ni a sentirte mal, ni vas a ir corriendo a la caja del fármaco para tomártelo "porque te lo pide el cuerpo" mediante una serie de signos y síntomas. Ahora, cambiad "antidepresivo" por "cigarrillo" y contadme qué pasaría.

De igual manera, creo que es importante explicar que la diferencia entre sustancia psicoactiva y psicofármaco (como es el caso), la encontramos en el hecho de que el segundo está ampliamente estudiado, sobre todo de cara a su uso principal —el sanitario, y se decide su utilización cuando hay una enfermedad, siempre con la menor dosis posible. La sustancia psicoactiva, en cambio, se usa con o sin enfermedad, y en contextos diferentes, como el lúdico (4).

Ahora vamos al otro punto polémico: la abstinencia a los antidepresivos.
Hay muchas personas que piensan que si se quitan estos fármacos la persona se va a encontrar muy mal. Y esto es cierto, aunque con un pero: es verdad que puedes encontrarte muy mal... pero esto sucede cuando los antidepresivos se quitan de golpe. Eso no debe hacerse nunca, nunca, nunca. Al revés: tiene que ser poco a poco y comprobando cómo va esta retirada paulatina del fármaco. ¿Por qué?

Porque si los retiramos de golpe, se corre el riesgo de provocar lo que se ha venido en llamar síndrome de discontinuación o síndrome de retirada; es lo mismo, se llame de una forma o de otra. De nuevo cabe preguntarse por qué pasa esto. Algunas de las posibles causas son dependiendo del antidepresivo que se tome rebotes de los neurotransmisores, disminución de la serotonina, síntomas secundarios mediados por otros neurotransmisores... (5).

Los síntomas de este síndrome de discontinuación (conocidos con las siglas FINISH), son los siguientes (6):


Suele pasar cuando los antidepresivos se quitan de golpe. Pero también en algunos casos con la retirada paulatina si el paciente muy sensible a los cambios de dosis, o cuando se cambia de antidepresivo.

Otro ejemplo muy claro de lo mal que puede encontrarse una persona cuando deja de tomar un fármaco de golpe lo encontramos en los corticoides. Sí, en ese Urbason o en ese Dacortín. También han de quitarse poco a poco por lo mismo: porque puedes tener problemas con la producción adrenal de estas sustancias si los dejas tal cual. Y no he visto que se haya montado tanto revuelo en Twitter con ellos.

No quiero alargar mucho más la entrada. Lo que sí quiero que quede claro, a modo de resumen, es que:
1.- Los antidepresivos están más que estudiados.
2.- Son seguros.
3.- A la vista está que funcionan.
4.- Los síntomas físicos que presentan no conforman un síndrome de abstinencia, porque NO CREAN DEPENDENCIA. Se deben a su retirada radical y brusca; por eso se quitan progresivamente.

Espero haber ayudado a clarificar el problema y desmontar el mito que les rodea. No descarto, incluso, ampliar información si encuentro algún artículo relevante 
Como siempre, gracias si habéis llegado hasta aquí y ¡nos leemos pronto!

Nurse Lecter

(3) Ministerio de Sanidad, Subdirección General de Información Sanitaria. Salud mental en datos: prevalencia de los problemas de salud y consumo de psicofármacos y fármacos relacionados a partir de registros clínicos de Atención Primaria (2020; p.12). Disponible en:
(4) Waisman M., Benabarre A. Adicciones. Uso de sustancias psicoactivas y presentaciones clínicas de la enfermedad adictiva. Capítulo 1: aspectos generales. (2017). Panamericana.
(5) Baeza S., Quijada J., Santander J. Síndrome de discontinuación de antidepresivos. Rev. chil. neuro-psiquiatr. [Internet]. (2002); 40(1): 56-66. Disponible en:
(6) INFAC. Tratamiento de la depresión en Atención Primaria: cuándo y con qué (2017); 25(1): 10. Disponible en:

miércoles, 16 de septiembre de 2020

Película del mes

 ¡Hola!

¿Cómo estáis? Los nuevos R1 empezáis este mes la aventura, ¿verdad? No os preocupéis que seguro que irá bien. Tened confianza en vosotros mismos, recordad que estáis para aprender, y sobre todo a los resis cuyo EIR supone también su primer trabajo: estáis tutorizados y supervisados. Tranquilidad, que además los adjuntos y resis mayores suelen echaros un cable extra ;)


Por mi parte, os traigo la reseña y argumento de uno de los estrenos de Netflix: la película "Estoy pensando en dejarlo", basada en la novela homónima de Iain Reid; no la he leído pero lo más seguro es que lo haga en cuanto pueda.
También os dejo la ficha técnica y el tráiler, que sabéis que me encanta.


Título: "Estoy pensando en dejarlo"
Título original: "I'm thinking of ending this"
Dirección: Charlie Kaufman.
País: Estados Unidos.
Año: 2020
Duración: 134 minutos
Género: Drama, psicológico.
Reparto: Jesse Plemons, Jessie Buckley, Toni Collette, David Thewlis, Guy Boyd
Música: Jay Wadley
Productora: Likely Story



El argumento a priori parece muy fácil de exponer: chica conoce a chico y cuando llevan pocas semanas juntos él la invita a cenar a la granja -en mitad de la nada- en la que vivía de niño, para que conozca a sus padres. La chica acepta, pero no las tiene todas consigo... porque está pensando en dejarlo. Para más inri, el tiempo no acompaña ya que hay una fuerte nevada.
A simple vista se presiente que algo no irá bien. Es algo que el subconsciente detecta como raro: vivienda aislada, mal tiempo... suena a encerrona.
Y efectivamente, algo no va bien... pero no de la forma en la que uno se imagina. No es una peli de terror, o yo no la calificaría como tal.




A partir de aquí el post es un campo de spoilers, así que si lees de aquí en adelante es bajo tu propia responsabilidad.

No me equivoco si digo que "Estoy pensando en dejarlo" es una de las películas más delirantes que he visto en mi vida. Delirante en el sentido literal de la palabra. Y confieso que muchas veces no entendía nada.
Al poco de empezarla no tuve ninguna duda de que la chica (que no tiene nombre, o al menos no uno concreto), tenía algún tipo de problema de salud mental. Por su forma de hablar, su "desconexión"... de hecho llegué incluso a pensar que sufría un trastorno del pensamiento conocido como lectura del pensamiento (1). Y cuando se acaba el largo viaje y llegan a casa de los padres de él, ya tuve clarísimo que tenía un trastorno mental grave: a mi modo de ver, la más probable era esquizofrenia paranoide. Se objetivan claramente alucinaciones visuales -como por ejemplo un perro que aparece de la nada cuando la muchacha lo menciona y se queda "pillado" sacudiéndose-, cambios en su ropa y peinado, historias delirantes que le cuenta su chico sobre unos animales que tenían en la granja y que ella interpreta de una manera extraña...
Pero lo mejor está por llegar. Lo mejor son los padres de Jake, el novio: una ENORME Toni Collette a la que los papeles de madre con un halo de oscuridad y problemas familiares le vienen como anillo al dedo, y un aceptable y al mismo tiempo inquietante David Thewlis. En ellos también hay detalles que te hacen darte cuenta de que algo falla. Por ejemplo, el peinado de Toni cambia de una escena a otra, así como el lugar de la frente donde David lleva una tirita.
También cambia el aspecto físico de todos... salvo el de una persona. Pero en esto entraré más tarde.

Una vez acabada la cena, Jake y su chica vuelven a casa. Y es aquí donde sigo reafirmándome en que la muchacha no está bien, ya que le dice a Jake: "quiero irme a casa". Él responde: "¿A la granja?", y ella contesta muy irritada que no; que quiere ir a SU casa.
Pasan más cosas (¿cómo es posible que haya abierta una heladería en mitad de la noche, sin viviendas habitadas en kilómetros a la redonda y en plena ventisca/nevada? ¿Cómo es que hay un instituto cerca y encima se puede entrar, está abierto e iluminado y con un conserje trabajando?), pero no llegué a entenderlas, o no del todo.

En cualquier caso asumí desde el principio que el problema lo tenía ella. Parecía que todo giraba a su alrededor. Estaba claro.

Pero cuando terminó la película necesitaba ayuda para clarificar algunas cosas. Decidí buscar por Internet algo: críticas, artículos, vídeos, análisis, lo que fuera. Y me encontré con uno que hizo que mi visión de las cosas saltara por los aires.
He comentado antes que cambia el aspecto físico de todo el mundo salvo el de una persona. El único que gran parte de la película permanece impasible en ese sentido es Jake.
De pronto todo cuadró: el que tenía un problema psiquiátrico era él, no la chica. De hecho él es también el único que tiene nombre propio. Por eso la muchacha parecía tener lectura del pensamiento y nunca se la llama por su nombre correcto. Por eso los mensajes de voz que recibe ella en su móvil son una voz masculina que se pregunta si está loco. Por eso el cuarto de Jake tiene películas como por ejemplo "Una mente maravillosa". Es entonces cuando te das cuenta de que ella es (o parece ser), una alucinación, al igual que todo lo vivido en la cena... hasta sus padres. A mí personalmente ni siquiera me quedó muy claro si son personas vivas que rondan la cincuentena, son ancianos actualmente o incluso si la madre ha llegado a fallecer.

Y lo que riza el rizo es que la propia alucinación está pensando en dejar a Jake; precisamente es esto lo que nos hace sospechar de la condición mental de la muchacha, y no se nos pasa por la cabeza tener en cuenta al muchacho.
Por ese mismo motivo él habla y la distrae cuando oímos su pensamiento. Porque el propio Jake se imagina el pensamiento de la muchacha e intenta disuadirla; es su alucinación, en teoría puede manejarla como quiera.

Otro punto aparte es el conserje. Pero dejo a vuestro juicio que valoréis qué papel juega: ¿es una alucinación? ¿Es una persona real? Y si este último supuesto fuera el correcto, ¿quién es?

Hasta aquí los spoilers. Tranquilos, ¡que está acabando la entrada ya!


También he leído críticas que relatan que "Estoy pensando en dejarlo" recuerda al cine de David Lynch. Personalmente esto no lo puedo afirmar ni negar, porque no he podido ver más de 25 minutos de "Carretera perdida" (me aburrí soberanamente); es por tanto el único contacto que he tenido con este director.
Lo único que puedo decir de esta peli de Netflix en concreto es que se necesita tener la mente despejada para verla y entenderla, y aun así no os aseguro que quede todo claro. Si os gusta el tema de la salud mental es más que probable que os guste; en ese caso os animo a verla, pero con la advertencia de que se acaba embrollando un poco a partir de la mitad.
Tengo que añadir también que es un film con mucha carga filosófica, unos pocos monólogos largos y relativos a esto, y que puede hacerse pesada en ocasiones. Admito que en esas disertaciones desconectaba; pero en general no creo que el estar atento o no suponga perderte algo indispensable para comprender la peli.

Si has llegado hasta aquí, ¡muchas gracias por leer! ¡Espero postear de nuevo pronto!



Nurse Lecter



Bibliografía consultada:
1) J. Pifarré. Capítulo 45: Trastornos del pensamiento y del lenguaje. Elsevier, 2011. Pág. 703.

miércoles, 30 de enero de 2019

Lectura del mes

¡Hola a todos!
Hace mucho que no me paso por aquí... perdonad la tardanza. Como siempre, he tenido bastante lío de turnos y el poco tiempo que me quedaba libre lo he invertido en descansar y desconectar, que siempre es necesario.

Retorno al blog con un libro que llevaba mucho tiempo queriendo leer y que por fin he acabado: "Misery", de Stephen King. Fue escrito en 1987. De igual forma se hizo una película en 1990 que aún no he visto, aunque sé que la gran Kathy Bates se llevó el Oscar.
Cuando la vea actualizaré este post.

Ésta es la edición que yo tengo.

Por si alguien no lo conoce, aquí dejo el argumento presentado de forma muy somera: Paul Sheldon es escritor, autor de una saga de novelas románticas cuya protagonista se llama Misery Chastain. Sufre un accidente de coche bastante grave y Annie Wilkes, enfermera retirada, lo encuentra y cuida de él. Resulta que Annie es MUY FAN de las novelas de Misery, que para ella encontrarse a este hombre es una de las mejores cosas que ha podido pasarle... y que no notifica el accidente ni avisa a nadie de que lo tiene en su casa. Como colofón, la cosa se complica para Paul cuando el último tomo de la serie no es del gusto de la mujer... A partir de aquí la historia va cuesta abajo y sin frenos. 
Aporto también el tráiler en VOSE.



Creo que hasta aquí a todos nos suena "Misery". Ahora viene LA pregunta. La gran pregunta:

¿Qué le pasa a Annie Wilkes?

Es algo que yo también me he ido preguntando conforme iba leyendo. Tenía tres hipótesis principales, aunque hay una que para mí cobra más fuerza.
Por supuesto, cualquier mentalero puede dar su opinión sobre el tema y la incluiré encantada en el post ^^. También añado que esta vez dejo de lado los tiempos de las enfermedades, ya que Annie Wilkes no se encuentra bien desde hace años.

A partir de aquí estáis pisando un campo de spoilers. Vosotros decidís si seguís leyendo o no.

Primera hipótesisEsquizofrenia desorganizada o hebefrénica. Es lo que más cuadra con la conducta de Annie tal y como refleja la CIE-10 (1):
Criterio A: Cumple criterios generales de esquizofrenia.
Criterio B2: presenta afecto inapropiado (lo mismo le dice a Paul que lo quiere, como que le remata la rodilla, le amputa un pie y un pulgar...), y a veces salta a la mínima por cualquier nimiedad.
Criterio C1: comportamiento errático -de repente "desconecta" quedándose como ida, y no siempre sus acciones se dirigen a un fin concreto, o se comporta forma muy inadecuada-.
El criterio D no lo cumple del todo, ya que en el caso de esta mujer los síntomas positivos SÍ dominan el cuadro clínico. Pero además Annie Wilkes no puede tener esta esquizofrenia por su edad. La esquizofrenia hebefrénica es propia de gente joven, no de personas que ya rebasan la barrera de los cuarenta como es su caso.



Debido a ello, pasamos a la...

Segunda hipótesis: Trastorno esquizoafectivo de tipo bipolar (2). Se cumple el criterio A de la esquizofrenia: delirios  de tipo paranoide -"todo el mundo está contra mía", "los pajoleros Roydman no me soportan", "no me van a dejar nunca tranquila"...-, y místico religiosos posiblemente, ya que parecer ser una católica bastante arraigada pese a todo lo que ha hecho.

"Es por tu bien, Paul..." ¡Pues menos mal!

También presenta comportamiento y discurso desorganizados -en momentos de crisis esta mujer se autolesiona con bofetones y arañazos-, en ocasiones incapacidad para una vida normal (recordemos que Annie está retirada a la fuerza)... y el criterio B: tiene episodios afectivos mayores maníacos y depresivos.
- En el caso de los episodios maníacos es innegable que se aprecian muchas veces ánimo irritable y disforia (sobre todo cuando el señor Sheldon le señala su actitud o le hace notar cosas que no le parecen del todo bien, como el tipo de papel que le ha comprado)... y a veces también intenta cautivarle y engatusarle si bien no llega a un punto tan seductor.
- Annie sufre también un episodio depresivo en el que verbaliza ideas suicidas y se aprecian apatía, anhedonia, aplanamiento afectivo, se autoagrede de nuevo... Y presenta un muy mal aspecto físico: sucia, cansada, triste, ojerosa. Por otra parte Paul hace una escapada fuera del cuarto donde está confinado aprovechando que ella se ha marchado, y se da cuenta de que pasa olímpicamente de limpiar la casa y los restos de comida, no tiene horarios, no se ducha...

Sin embargo a esto yo le pondría una objeción. En el trastorno esquizoafectivo NO se dan los síntomas afectivos y los psicóticos al mismo tiempo, sino que son excluyentes: cuando una cosa está, la otra no aparece. Y creo que con la señorita Wilkes no es exactamente así: en ella tienen lugar ambas a la vez.


Esto último nos lleva a la...

Tercera hipótesis: Trastorno bipolar tipo I con síntomas psicóticos congruentes con el estado de ánimo (a modo de recordatorio, tened en cuenta que el tipo I es el de las fases maníacas; el tipo II el de las hipomanías).
Esto me parece algo más probable ya que se ven bien los episodios maníacos... Siguiendo los criterios del DSM-V y tal como he comentado en el trastorno esquizoafectivo (2), Annie se muestra en ocasiones muy irritable (los "tengo que enjuagar, Paul" y "esto es culpa tuya"/"mira lo que me has hecho hacer" están metidos en lo más profundo de mi cerebro, y las agresiones y amenazas también)... y en otros momentos está eufórica en relación al pobre hombre y lo cuida con mucho mimo. También me da la impresión de que duerme poco, pero no puedo asegurarlo.
También es importante recordar que esta mujer tiene al menos el episodio depresivo anteriormente mencionado: ideas suicidas, apatía, anhedonia, aplanamiento afectivo, dejadez física.
Por otro lado en cuanto a los síntomas psicóticos podemos observar los delirios paranoides y místico-religiosos que he comentado en la segunda hipótesis... al mismo tiempo que las fases maníacas.




Pese a que éste es el grueso principal de teorías, tampoco podría descartarse un trastorno de conducta cuando era (pre)adolescente... que finalmente ha derivado en un trastorno de personalidad antisocial: falta de empatía, uso de la mentira, ausencia de remordimiento... Además de todo lo que le hace a Paul, también lo obliga por ejemplo a hacer cosas en contra de su voluntad mediante amenazas y manipulaciones varias. Sin ir más lejos lo obliga a escribir una novela en la cual Misery resucite porque ¿cómo es posible que su personaje literario favorito muera? ¡No, por Dios!
También pensé en un trastorno límite de personalidad (TLP) por los cambios de afecto, problemas de impulsividad, un presumible sentimiento crónico de vacío, relaciones interpersonales alteradas y por la autolesiones que Annie se hace a sí misma.
También es evidente que presenta ideas obsesivas hacia Paul, pero no llegan al nivel de erotomanía ya que Annie no cree que Paul esté enamorado de ella... es al revés: Annie es la que está obsesionada con Paul y el mundo de Misery. Y es consciente de ello, lo que es crucial en este sentido.

Por otra parte, hay momentos en los que la enfermera presenta unas cotas de inteligencia brutales: tiene previsión, es organizada y milimétrica en sus planes, tiene claro lo que que quiere y cómo conseguirlo, presenta ideas razonables, coherentes y consecutivas, y los asesinatos anteriores le han salido prácticamente redondos porque no da puntada sin hilo. Esto fue lo que me hizo valorar un trastorno de personalidad antisocial también.



Quiero hacer una breve mención también a Paul Sheldon. ¡Muy rápida, no os preocupéis!
Es más que evidente que (en caso de que sobreviva a Annie Wilkes), desarrollará un trastorno de estrés postraumático o TEPT. Éste aparecerá 6 meses después o más, y consistirá en revivir el trauma y problemas de sueño, ansiedad... para lo que necesitará por ejemplo terapia de exposición (real o imaginaria), procesamiento del evento traumático, entrenamiento en inoculación del estrés o el manejo de las emociones. Y en cuanto a fármacos podría tomar benzodiacepinas o antidepresivos de perfil sedativo -estos últimos tienden a darse en casos concretos-.
Pero de igual forma, durante su cautiverio Paul se engancha a un potente analgésico: el Novril, que lleva codeína. Annie se lo da para mitigar el dolor que le causan las piernas fracturadas por mil sitios. De hecho le causa tolerancia: cada vez necesita más cápsulas para lograr el mismo efecto. Y lo peor es que Annie al ser enfermera lo sabe y en ocasiones lo deja horas enteras sin ellas. Así que al dolor físico hay que sumarle la abstinencia. Imaginaos el cuadro, que no es pequeño.
Aclaro asimismo que el Novril no existe; esto King también lo especifica antes de comenzar la novela, al igual que da a conocer a los sanitarios que lo asesoraron a la hora de perfilar a los protagonistas.

De igual forma tengo que añadir para los legos que esto NO es lo que sucede en las personas que tienen un problema de salud mental. No les da por cortar pies ni retener a nadie en casa contra su voluntad, y mucho menos matar gente. Para nada.
King le dio un puntazo de maldad pura y dura a una persona con un trastorno mental grave. El mismo puntazo de maldad que le podría haber dado a otra persona que no tuviera ninguna enfermedad de este tipo, que matara porque sí o por algún motivo (como venganza, por ejemplo).



Y ahora voy a la opinión personal.
Partiendo de la base de que es ficción pura y dura y que ha habido momentos en los que se me ha hecho algo lenta, en general es espectacular. Pese a que no es mi novela favorita de Stephen King, sí que ha sido la única (junto a "El resplandor") en la que me he metido de lleno ya no en la historia, sino en la misma habitación en la que Paul está secuestrado: era como verlo todo desde una de las esquinas del cuarto. Abría el libro y desaparecía el mundo que conozco, siendo sustituido por la casa de Annie. He experimentado mil cosas con esta novela y eso siempre es de agradecer.
Además también me ha parecido muy bueno que King escribiera fragmentos reales del nuevo libro de "Misery" que Paul Sheldon se ve obligado a crear -haciendo así una novela dentro de otra novela-... y que hayan tenido el detalle de rellenar con otra tipología las letras que le faltaban a la máquina de escribir Royal. ¡Un puntazo!



Otra cosa que he leído es que "El Rey" escribió esta novela en un periodo de su vida en el cual las adicciones a diversas sustancias estaban en todo su apogeo y realmente la obra es una metáfora: Annie Wilkes es la adicción (más concretamente a la cocaína), las mutilaciones y episodios vejatorios que sufre Paul son los estragos de la droga en el propio Stephen King, y el hecho de que el escritor estuviera secuestrado es la soledad que sintió.

Hasta aquí el post de "Misery". ¿Vosotros habéis leído el libro o visto la peli? ¿Qué os parecieron?
¡Os leo!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) OMS. CIE-10: Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y pautas para el diagnóstico. (1992) Madrid. Ed. Méditor.
(2) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013

viernes, 2 de noviembre de 2018

Sad baby

¡Hola a todos!
¿Cómo están yendo estos días? ¿Habéis podido pillar algún contratillo este puente? ¡Ojalá que sí!

Este post es complementario al anterior, en el cual hablé de la depresión -podéis leerlo aquí si queréis-. Será mucho más corto porque no se trata de complementar la patología en sí con más información, sino de enseñaros que la depresión afecta también a un grupo de edad muy concreto aunque suene raro: a los bebés.
Un poco más adelante y dentro de esta misma entrada ilustraré mejor esto con un par de vídeos de series, así que ¡cuidado spoilers! Os avisaré antes.


Ahora vamos a lo que vamos: la patología.
Existe una condición llamada depresión anaclítica, que se observa en niños de poco más de seis meses y se ven separados de su madre por un tiempo máximo de tres meses. Cabe destacar que el vínculo madre-hijo era estupendo hasta ese entonces, por lo que surge una deprivación emocional parcial (es decir, desaparece la figura de apego, pero aparecen otras que lo cuidan... si bien el "feeling" no es el mismo) a partir de separarles: el bebé llora sin consuelo, rechaza el contacto con otros adultos y poco a poco empeora. Aparecen insomnio, pérdida de peso, irritabilidad... sin causa física (1). En ese aspecto la sintomatología se parece a la de los adultos. También puedo comentar que surgen retraimiento, retraso en el desarrollo psicológico, rigidez afectiva... incluso el sistema inmune se ve afectado (2).

¡Ay, pobre! :(

El término fue acuñado por R. Spitz en 1946, que fue el primero que detectó estos cambios y sus síntomas en los niños tan chiquitines. También se le llama síndrome de hospitalismo (3).

Lo curioso -y bonito- de esto, es que si no han pasado más de tres meses y el bebé y la madre se reúnen de nuevo, el peque mejora a una velocidad de vértigo (4). Así que realmente no hay un tratamiento farmacológico como tal, sino que es tan fácil como restaurar el vínculo. Si se puede, claro; obviamente hay situaciones en las que no, como fallecimiento de la madre o que el niño esté internado en algún sitio tipo institución y esas cosas.

Es importante también dar un breve apunte sobre John Bowlby y su "Teoría del apego". Resumidamente consiste en que un bebé se apega a una persona (creándose así un vínculo con ella), con la cual se desarrolla una relación social que sentará las bases de relaciones futuras a todos los niveles, tanto para bien como para mal.
¿Por qué meto a Bowlby en esto? Porque su teoría complementa todo lo expuesto por Spitz en relación a la depresión anaclítica. Para que haya apego se necesita una figura relativamente constante en la vida del peque, y ya hemos visto que en la patología que nos ocupa esto no sucede.


¡Atención que ahora vienen los spoilers!

No recordaba que existía una depresión de estas características hasta que vi el capítulo 2x08 de "El cuento de la criada". Si habéis visto la serie conoceréis a Janine y a su bebé, al que ella puso por nombre Charlotte. También -si habéis llegado a este episodio-, recordaréis que la niña se pone muy enferma de pronto y sin motivo aparente. Tan mal está que la dan por perdida, así que June  mueve sus hilos para que Janine pueda despedirse de su pequeña y pasen su última noche juntas:


Pero gracias a Dios, se obra el milagro (o se restaura el vínculo): en cuanto Charlotte detecta que la que está con ella es su madre biológica mejora de la noche a la mañana, literalmente. Aquí el vídeo:


Mentiría si dijera que no lloré como una condenada con esta escena que os pongo porque me pasé todo el capítulo sufriendo -"¡Ay Dios mío que la cría se va a morir! ¡¡Que alguien haga algo por Dios y por la Virgen!!"- y haciendo cábalas sobre lo que podría pasarle a la bebé para:
1) Haberse puesto tan malita de golpe y porrazo.
2) Que la neonatóloga no supiera la causa, y por ende no tuviera un diagnóstico con sus consecuentes pronóstico y tratamiento.

Luego, ya más tranquila, me acordé de que existía algo así y me empezó a cuadrar todo. Cierto es que no se trata de una entidad muy común y cuesta caer en el detalle, pero una vez que lo haces todo encaja.



Doy por terminada la entrada, ¡ya os dije que sería breve! Si encuentro más información la actualizaré, prometido.
Espero que os haya gustado.
¡Nos leemos pronto de nuevo!


Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) Collazos Cifuentes D., Jiménez Urrego A.M. Depresión infantil: una caracterización teórica. Revista Gastrohnup 2013, 15(2): 15-19. Disponible en: 
(2) Gómez de la Calzada Ruiz C. El duelo en la infancia: elaboración, intervención y relación con la depresión. Trabajo Fin de Grado. 2015. Disponible en:
(3) Diccionario médico de la Clínica de la Universidad de Navarra: https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/depresion-anaclitica
(4) Betancourt M, L. Autismo, depresión anaclítica y prevención en salud mental infantil. Revista Colombiana de Psiquiatría. 2009;38(1):110-124. 



jueves, 18 de octubre de 2018

So sad

¡Buenas tardes!
¿Qué tal estáis? Espero que bien ^^. Siento de nuevo la tardanza, pero he estado muy liada. ¡Prometo volver al blog con las pilas cargadas!


El post de hoy trata sobre una enfermedad psiquiátrica muy prevalente -4'4% a nivel mundial, con una escalada preocupante en pocos años (1)-, ya que la padecen aproximadamente 322 millones de personas (1). Pese a eso, es una gran desconocida dado que mucha gente tiene ideas erróneas o preconcebidas sobre ella, las cuales no ayudan en nada. Se trata de la depresión.

1.- ¿Qué es? (2)
La depresión consiste en un estado de tristeza vital que supone un cambio en relación a cómo se encontraba anteriormente el sujeto.
Según nos cuenta el DSM-V, los síntomas clave y que siempre deben estar son el ánimo triste y la anhedonia (que es la incapacidad para sentir placer o disfrutar con cosas que antes te encantaban). Hay más criterios, a saber: pérdida de peso importante, problemas de sueño, cognición, enlentecimiento, culpabilidad, dificultades cognitivas -como olvidos, pérdidas de memoria, disminución de la capacidad de concentración y pensamiento-, fatiga, sentimientos hacia uno mismo de ser inútil, insignificante, no servir para nada, ser un estorbo... e ideas de muerte o suicidas.
Es importante asimismo saber unas cuantas cositas más:
A) Que el ánimo no es sólo triste, también puede ser irritable; sobre todo en niños y adolescentes.
B) Que puede haber hipersomnia o aumento del apetito, al contrario de lo que podría pensarse. Incidiré luego en esto.
C) Que los sentimientos de culpa o inutilidad pueden llegar a ser delirantes. Luego entraremos mejor aquí también.
D) Que estos síntomas tienen que estar presentes casi todos los días durante sólo dos semanas. Esto puede ser que os choque igual que a mí en su momento, ya que hay otros trastornos que ponen como condición que haya síntomas durante mínimo seis meses, o incluso años -como es el caso de la distimia-, para diagnosticarse como tal. Pero aquí y a priori, con dos semanas basta.

Por supuesto, para que una persona sea diagnosticada de depresión no puede haber tenido nunca un episodio maníaco o hipomaníaco; en ese caso sería trastorno bipolar tipo I o II, respectivamente. Y la depresión no puede deberse tampoco a un trastorno del espectro psicótico, a los efectos fisiológicos de una enfermedad médica o ser secundario a alguna sustancia.


2.- ¿Cuáles son sus causas?
La primera es la más evidente: predisposición genética/antecedentes familiares previos. De igual forma hay factores externos que aumentan el riesgo de padecer depresión como traumas, pérdidas significativas, estrés, abusos, negligencia... Además también hay factores personales; es decir, propios del sujeto (3).
Pero la causa principal en sí es la desregulación serotoninérgica. Esto traducido y muy simplificado quiere decir que la serotonina (la cual es un neurotransmisor) o 5-HT no está en los niveles adecuados (4). Ya veis lo importante que es la serotonina no sólo para la depresión, sino para todo. En cuanto se desajusta, ¡se lía!


3.- ¿Y su comorbilidad con otras patologías?
La depresión suele ir prácticamente de la mano con los trastornos de ansiedad, de pánico... No es para nada raro que una persona tenga un cuadro ansioso-depresivo (5). También se asocia con consumo de sustancias, trastornos adaptativos... Y existe incluso la depresión postpsicótica o postesquizofrénica, la cual va inmediatamente después de un episodio propio de estos trastornos.
Es algo lógico también pensar que el hecho de tener una depresión aumenta el riesgo de suicidio de manera considerable; de hecho es el factor más determinante para la conducta suicida. El 80% de los pacientes con depresión pueden tener ideación autolítica, de muerte o suicida en algún momento, y del 14% al 50% de los pacientes hacen intentos (6). Intentos serios, no llamadas de atención ni con previsión de rescate.


4.- ¿Existen diferentes tipos de depresión? (7)
Pues mirad por dónde, sí. Lo he comentado en el apartado 1 y aquí viene la explicación. Eso sí, todos estos tipos los contempla la CIE-10, no el DSM-V.
Tenemos para empezar que la depresión tiene distintos grados según este manual: leve, moderada y grave. Que la depresión sea de un grado o de otro dependerá fundamentalmente del número de síntomas que tenga el paciente y cómo interfieran en su vida diaria.
Seguimos con esta clasificación. Aparece en este caso la depresión con síntomas psicóticos. Aquí tanto los delirios como las alucinaciones son más light que en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Las alucinaciones no son las típicas voces que insultan o comentan lo que va haciendo la persona, se limitan a infravalorarla; y los delirios no son del todo inverosímiles. Eso sí, pueden ser congruentes con el estado de ánimo o no. Los más habituales son los hipocondríacos, los de ruina, los nihilistas...
Luego tenemos -siempre según la CIE-10-, la depresión atípica, que es la comentada en el apartado 1.B: en vez de haber insomnio y pérdida de apetito sucede justo al revés.
Y para finalizar tenemos el trastorno depresivo recurrente, que a su vez puede ser también leve, moderado o grave.


5.- ¿Cuál es su epidemiología?
Aparte de la prevalencia comentada anteriormente, es muy llamativo que la depresión se vea sobre todo en África y América (8).
Si nos referimos al sexo, la padecen bastante más las mujeres (9). Y en lo tocante a la edad, lo más ha habitual es que a mayor edad, mayor prevalencia de depresión (10). Aunque siempre hay excepciones que ponen a prueba la regla, claro.


6.- ¿Y su tratamiento?
El principal y habitual son los antidepresivos, más concretamente los conocidos como ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina). Seguro que algunos os suenan: sertralina, paroxetina, citalopram... por nombrar unos cuantos (11).
Antes se usaban los inhibidores de la MAO y los antidepresivos tricíclicos, pero han quedado algo anticuados, ¡jajaja!
De todas maneras hay que saber que los efectos no empiezan a notarse hasta pasadas 2-3 semanas desde que empezaron a tomarse, y que no pueden dejarse de golpe, sino de forma gradual. Si se hace repentinamente puede tener lugar lo que se conoce como "síndrome serotoninérgico". La verdad, puede llegar a ser muy serio. Algunos de los síntomas son los que aparecen en esta tabla que os enseño, en inglés pero muy completa (12):

Además algún coadyuvante se puede tomar, tipo benzodiacepina... sobre todo por dos razones: el insomnio y la más que probable ansiedad comórbida (5).

Fármacos aparte, también son muy importantes la psicoterapia y cómo no, el seguimiento por parte de Enfermería: control del peso, psicoeducación sobre la enfermedad en sí, dieta y sueño, expresión de sentimientos, apoyo familiar, relajación...



Tampoco pretendo alargar mucho el post porque no pretendo aburriros, sino sólo dar unas pinceladas básicas.
Sin embargo sí que quiero comentaros que, aunque parezca que los profesionales de la salud mental estemos muy acostumbrados a estas cosas y no dejamos que nos afecten, hay algunos pacientes depresivos de los que a mí personalmente me resulta muy difícil "protegerme". Recuerdo un caso concreto siendo resi; era la primera entrevista con la persona en cuestión y decía que estaba tan triste que no podía ni llorar. Luego, al preguntarle cuántos hijos tenía, no se acordaba. No se acordaba de absolutamente NADA: ni de cuántos, ni de sus nombres o edades, ni de cuántos se habían independizado... Me quedé muy sorprendida, y cuando salió de mi consulta me di cuenta de que me había chupado la energía. Literal. Esa entrevista me dejó para el arrastre. Así que es muy importante aprender a que eso no te afecte, a poner un poco una barrera en ese sentido.

Acabo con una canción de The Boss, ¡que eso nunca está de más!



Espero que os haya gustado el post, ¡y podéis comentar lo que queráis!
¡Un saludo!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
1) World Health Organization: Depression and another common mental disorders. Global health estimates. 2017. Pág. 8. Disponible en:
2) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013
3) Klengel T.; Binder E.B. Gene–Environment Interactions in Major Depressive Disorder.
CanJPsychiatry 2013;58(2):76–83. Disponible en:
http://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/070674371305800203
4) Salomon R. M.; Cowan R.L. M.D. Oscillatory Serotonin Function in Depression. Synapse. 2013 November ; 67(11): 801–820. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3786873/pdf/nihms504110.pdf
5) Aragonès E., Piñol J.L.; Labad A. Comorbilidad de la depresión mayor con otros trastornos mentales comunes en pacientes de atención primaria. Aten Primaria. 2009; 41(10): 545–551. Disponible en:
https://ac.els-cdn.com/S0212656709001905/1-s2.0-S0212656709001905-main.pdf?_tid=b9bbb337-a19b-459e-9dbd-5ad9b1f85bf7&acdnat=1531657279_54cd81d45f8761183a6ba5d8d5635ce0
6) Navío Acosta M., Villoria Borrego L. Factores de riesgo de la conducta suicida. En: Anseán A., director. Suicidios. Manual de prevención, intervención y postvención de la conducta suicida. 2ª edición, revisada. Madrid: Fundación Salud Mental España, para la prevención de los trastornos mentales y el suicidio; 2014. 117-194
7) OMS. CIE-10: Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y pautas para el diagnóstico. (1992) Madrid. Ed. Méditor.
8) World Health Organization: Depression and another common mental disorders. Global health estimates. 2017. Pág. 12. Disponible en:
http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/254610/WHO-MSD-MER-2017.2-eng.pdf;jsessionid=C312F32780DD02B379D2F1CAE4D12E57?sequence=1
9) Cardila Fernández F., Martos Martínez A., Barragán Martín A.B., Pérez-Fuentes M.C., Molero Jurado M.M., Gázquez Linares J.J. Prevalencia de la depresión en España: Análisis de  los últimos 15 años. European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education  2015. 5 (2): 267-279.
10) Riquelme, Martín Carbonell M., Ortigosa Quiles J.M., Meda Lara R.M., Pérez Díaz R. y López Navas A.I. Implicaciones de la edad y el país de pertenencia en la relación entre apoyo emocional percibido y depresión: un estudio transcultural. Anales de Psicología, 2016. 32(2): 393-404. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/ap/v32n2/psicologia_clinica1.pdf
11) Pérez Padilla E.A., Cervantes Ramírez V.M., Hijuelos García N.A., Pineda Cortés J.C., Salgado Burgos H. Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión mayor. Rev Biomed 2017; 28:89-115
12) Bartlett D. Drug-Induced Serotonin Syndrome.  CriticalCareNurse 2017. 37(1): 49-54.
Disponible en: http://ccn.aacnjournals.org/content/37/1/49.full.pdf+html

jueves, 13 de septiembre de 2018

Monkeys

¡Hola a todos!

Espero que sigáis bien y no os falte trabajo (del estudio no digo nada porque con tanta OPE lo que precisamente no falta es hincar codos, ¡qué remedio!).

En este post quiero hablaros sobre mi último contrato.
Estoy trabajando actualmente en una Unidad de Desintoxicación y Patología Dual; cuando hablo de "patología dual" me refiero a que estos pacientes son adictos o dependientes de una o más sustancias y además tienen un problema de salud mental de diferente índole: puede ser algún trastorno psicótico, afectivo, de ansiedad, trastorno de personalidad... (1)
Uno de mis contratos este año fue en un Centro de Atención a Drogodependientes e igualmente fue mi primera rotación en la residencia, así que algo de experiencia a nivel ambulatorio sí que tengo. Lo que no había pisado nunca es una unidad de hospitalización de este tipo.

En general no me desagrada el servicio. De hecho me gusta bastante.
El objetivo principal que se persigue en este caso es que el paciente se desintoxique de todas las sustancias/drogas/tóxicos que consume. Para los legos en esto: que la persona salga limpia físicamente de allí... lo que implica que es aquí donde pasan el síndrome de abstinencia; el famoso "mono", vaya. Sin embargo hay pacientes en los que es muy acusado, y en cambio en otros no.
En este aspecto estoy aprendiendo una barbaridad porque claro, aquí se ven los síndromes de abstinencia de gran parte de las drogas en todo su esplendor, con todo lo bueno y lo malo que conlleva.

La hospitalización de estos pacientes es programada -lo que significa que alguien que venga a Urgencias no sube nunca a este servicio sino que lo derivan desde la red de Salud Mental-, y voluntaria. Esto último quiere decir que entran por su propia voluntad, y salen por su propia voluntad también. En cualquier instante ellos pueden decir: "me quiero ir, dame que firme el papel de alta voluntaria". En esta tesitura se llama al psiquiatra que habla con él, le informa y listo. Firma su papel y se marcha. Eso sí: una vez que se va, si solicita o precisa volver pasa a una lista de espera que es más larga que un día sin pan; y ya le tocará volver a ingresar.
La estancia media es de una semana y media o dos semanas, descontando las altas voluntarias (los pacientes así sólo aguantan 3-4 días a lo sumo).

El trabajo de Enfermería aquí es, a grandes rasgos: 
- Repartir medicación, toda oral y encapsulada: los pacientes no saben en ningún momento qué fármaco toman ni la dosis. Y si lo preguntan tampoco se les dice, nos limitamos a explicarles que es el tratamiento que llevan para su desintoxicación.
- Toma de constantes y realización de pruebas como análisis de orina periódicos y de sangre.
- Valoración del craving -deseo de consumir- y de los diversos síndromes de abstinencia.
- Tarea administrativa, que tiene mucho peso: llevas todo el tema de faxes, llamadas de teléfono y comunicación con otros dispositivos de la red de Salud Mental (sobre todo Centros de Atención a Drogodependientes), llamas a los pacientes que quieren ingresar para informarles sobre el día y hora de su ingreso, ayudas a gestionar la lista de espera...

Se trata de un servicio muy pequeño, tanto de tamaño como de personal. Somos muy poquitos pero yo personalmente estoy muy a gusto porque me ayudan un montón y me facilitan mucho las cosas. Además se trata de una Unidad cerrada: los pacientes están voluntarios, pero no pueden salir ni entrar libremente ni recibir visitas.
Antes, hace años, sí era abierta; estaba en otro hospital y la verdad, según me han contado la cosa no fue muy bien: no había cámaras, los pacientes a veces llevaban vía, se marchaban en un despiste, se chutaban y regresaban intoxicados de la droga... y encima con el tratamiento puesto de antes de irse. Por eso se pasó a Unidad cerrada de nuevo. Así que en ese sentido creo que es mejor que ahora esté así.

Por supuesto la dinámica del servicio también difiere según los pacientes que haya. El grupo actual es muy tranquilo, muy pasivo: apenas se animan a hacer cosas, pasan gran parte del tiempo en su cuarto y se relacionan poco entre sí... Pero también hay otras temporadas en los que son un poco más difíciles en el tratamiento y en el trato, para qué engañarnos.
Si bien las mañanas son el turno que más carga de trabajo tiene -sobre todo por el tema administrativo, no por el trabajo enfermero o la dinámica de la planta en sí-, las tardes y las noches son distintas, mucho más calmadas. Es sobre todo por la noche cuando aprovecho para seguir leyendo artículos sobre patología dual o (si los pacientes duermen del tirón toda la noche), me llevo algún libro o algo para estudiar.
Aunque hoy por hoy repito que no me quejo, que me gusta. Para ser mi primera experiencia en esta Unidad no estoy nada mal.

Y éste es el trabajo que me ocupa, contado muy resumidamente. Prometo actualizar el post si surge algo nuevo.
Obviamente, si tenéis dudas podéis preguntarme sin problemas.
¡Un saludo, nos volvemos a leer pronto!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
1) Ordóñez Mancheno JM. Prevalencia de patología dual y factores de riesgo en pacientes con trastornos por consumo de sustancias [Tesis doctoral]. Universidad de Cuenca (Ecuador);  2017. Disponible en:
http://dspace.ucuenca.edu.ec/jspui/bitstream/123456789/27221/1/Trabajo%20de%20Titulaci%C3%B3n.pdf

domingo, 29 de julio de 2018

¡Esto no es mío!

¡Hola!

¿Qué tal va el mes de julio? ¿Tenéis días de vacaciones o estáis haciendo el verano como yo? En cualquier caso, espero que estéis aprendiendo y disfrutando mucho con el trabajo, y que las veteranas sean comprensivas con vosotros.

Hace unos días hice una encuesta en Twitter sobre el próximo post del blog (o sea, éste). Decidisteis que tocaba hablar de psicopatología friki, así que ahí vamos. Es breve dado que no hay mucha información al respecto, pero es lo que tiene preparar posts sobre psicopatología rara.
Esta enfermedad la conocí gracias a la serie "Chicago Med". Admito que sólo la veo por el psiquiatra, el Dr. Daniel Charles. Es un personaje muy bien construido... y sé que suena a tópico, pero es que es verdad: se nota que es el psiquiatra, ¡jajajajajaja!

Se trata de algo chulísimo y muy poco frecuente: el conocido como desorden de identidad de la integridad corporal -en inglés "Body Integrity Identity Disorder", siglas BIID-. Antes se le llamaba "apotemnofilia" o "xenomelia"; el término actual surgió en 2005 (1).
Consiste en que el sujeto no reconoce como suya una extremidad del cuerpo. Esto le produce una sensación de molestia e incomodidad muy grande, y la persona pide la amputación de ese miembro concreto (2), cuando no se lo amputa por sus medios, ya sea de forma casera o ilegal.
Realmente a la extremidad en cuestión no le pasa nada: no tiene ninguna enfermedad o tara local, ni lesiones de ningún tipo. Se trata de una pierna o un brazo totalmente sanos... pero al paciente esto no le acaba de convencer. Es algo que no es suyo, que está ahí como "pegado" de forma artificial.
Asimismo existen extensiones y variantes de la enfermedad, como el deseo de ser parapléjico. Pero vamos más allá: hay veces en las que una persona desea amputarse algo porque les parece muy erótico y quieren ser igual que el objeto de deseo (3). Podría ser por tanto una parafilia, y los que la padecen se conocen como "wannabees".

Voy a ser sincera: esto en el DSM-V no está, y tampoco en la CIE-10. Sin embargo hay gente que lo considera una variante del síndrome de Munchausen (ahora llamado "trastorno facticio"), debido a que en ocasiones lo que se busca es producir una discapacidad (4). De igual forma no se considera que una persona tenga BIID como tal si se encuadra dentro de un trastorno del espectro psicótico -delirios en los que la extremidad tiene alguna clase de infección, o alucinaciones auditivas que incitan al paciente a amputarse el miembro en cuestión-.
Ya veis que es una entidad muy difícil de encuadrar puesto que no casa completamente con ninguno de los grupos psicopatológicos que aparecen en los manuales diagnósticos.

Tampoco hay datos epidemiológicos fidedignos al respecto, ya que mucha gente que padece xenomelia no lo dice por vergüenza o miedo al estigma (1).

En cuanto al origen del desorden de identidad de la integridad corporal tampoco está claro del todo. Hay varias teorías, pero una que resuena con fuerza es la de una alteración de los circuitos del sistema nervioso central; más concretamente una anomalía en el lóbulo parietal derecho. Sin embargo se ha mirado desde una perspectiva tanto psiquiátrica como neurológica (3).
Por otro lado podemos irnos a la parte psicodinámica del asunto y mencionar que la causa de este problema puede deberse en parte a que la persona que la padece vio de niño a alguien amputado y dicha experiencia impactó en su psique. Busca parecerse a él bien por el propio impacto o bien porque admira su entereza ante la adversidad. En cualquiera de los dos supuestos queda como consecuencia el desorden de identidad de la integridad corporal (4).
Sea como sea parece surgir en la niñez y perdura a lo largo de la vida (1).

Según lo que he encontrado en cuanto a tratamiento, pueden funcionar en parte la terapia conductual y el psicoanálisis. Si bien no desaparece el deseo de querer amputarse algo, sí se reduce bastante por lo visto. Pero realmente y según afirman Smith y Furth no hay ningún tratamiento verdaderamente efectivo para el BIID (5).

Este problema por supuesto implica un dilema ético evidente:
1) No le cortamos a la persona una extremidad sana (principio de no maleficencia)... cosa que puede ser peor porque el sujeto no será feliz, e incluso la larga podría amputársela él mismo con el riesgo que eso conlleva - shock hipovolémico, infecciones e incluso la muerte-.
2) Le cortamos a la persona la extremidad sana (principio de autonomía), y así el paciente será feliz y vivirá en paz.
También es muy interesante en este sentido el hecho de que los sujetos están mental,ente sanos la mayoría de las veces y aunque quieren que se les ampute algo, en caso de hacerlo saben que van a tener que vivir el resto de su vida así, sin un brazo o pierna. Lo saben... y lo aceptan y asumen. Y no se arrepienten una vez hecha la cirugía en caso de realizarse. De hecho es más bien al revés: están encantados.
¿Qué haríais vosotros?

Como veis, se trata de un trastorno muy llamativo y que toca varios palos: sexualidad, neurología, identidad corporal, ética, subconsciente... es muy completo. ¿Lo conocíais?

Por mi parte, entrada finalizada. Estoy abierta a recibir ideas, opiniones, más información... ¡lo que queráis! Y si encontrara más información sobre el tema, no dudéis de que actualizaría este post.
De igual forma espero que os haya gustado, ¡volvemos a leernos pronto!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
1) García Guindo V., Iglesias Oronoz N. Orientaciones diagnósticas y tratamiento del Trastorno de la Identidad de la Integridad Corporal: Revisión bibliográfica [Trabajo Fin de Grado]. Sant Cugat del Vallès. Escola Universitària d’Infermeria Gimbernat: 2016. Disponible en:
2) Blom R.M., Hennekam RC, Denys D. Body integrity identity disorder. PLoS One [Internet]. 2012;7(4): 34702. Disponible en:
3) Brugger P., Lenggenhager B., Giummarra M.J. Xenomelia: a social neuroscience view of altered bodily self-consciousness. Frontiers in Psychology. 2013, 4. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3634160/pdf/fpsyg-04-00204.pdf
4) Mora, C. Wannabees (personas que desean ser amputadas). Evaluación neuropsicológica con el WAIS-III. Interamerican Journal of Psychology [Internet]. 2017;51(2):239-523.
Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/284/28454546009.pdf
5) Mora, C. Devotees, wannabees y pretenders: parafilias vinculadas a la discapacidad. Interamerican Journal of Psychology [Internet]. 2016;50(3):359-370. 
Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/284/28450492004.pdf