domingo, 16 de diciembre de 2018

Serie del mes

¡Hola a todos!

Ya estamos en plenas Navidades prácticamente... pasa el tiempo rapidísimo, la verdad.
En cuanto a los opositores _IR sé que es fácil decirlo, pero no os agobiéis ahora. Lleváis estudiando mucho tiempo y esto es sólo el empujoncito final. El trabajo más grande lo hicisteis hace meses, ahora sólo toca reforzar un poco lo que habéis machacado mil veces. ¡Tranquilos!

El post de hoy aborda una serie, que llevo ya muuuuuuuuuuucho tiempo sin hablar de ninguna.
Se trata en este caso de "Maniac", protagonizada entre otros por Jonah Hill y Emma Stone y estrenada este año. El director es Cary Fukunaga.


Aquí tenéis también el tráiler en castellano.



Por lo visto la serie está basada en otra noruega del mismo nombre, cosa que supe después. Está ambientada en Nueva York en una época indeterminada y el argumento es, cuanto menos, llamativo.

Tenemos por un lado a Owen Milgrim (Jonah Hill), el hijo más pequeño de una familia rica y con un diagnóstico de esquizofrenia. Y por otro lado tenemos a Annie Landsberg -Emma Stone-, que arrastra varios problemas sobre todo familiares y además sufre adicción a un fármaco.
Ambos se enteran de que se está llevando a cabo un ensayo clínico en el cual se dispensa un tratamiento radical que dura tres días (¡sí, como la azitromicina!), y combina medicación oral y exposición a recuerdos traumático y posibles alternativas, en parte debido al trabajo que realiza un gran ordenador llamado GRTA. Cada día los sujetos se toman una pastilla distinta y cada día también sus mentes experimentan cosas diferentes.
Este tratamiento fue ideado por el doctor Mantleray -Justin Theroux-, y no está exento de cierta controversia; no obstante el doctor asegura que con esto se puede curar cualquier problema de salud mental, incluso trastornos mentales graves.
Annie y Owen sin embargo reciben esta pauta con motivaciones diversas, que no voy a explicar por no entrar en más detalles "spoileantes".

Ahora os comento mi opinión sobre la serie.
Me la recomendaron varias personas convenciéndome de verla porque versaba sobre salud mental. Evidentemente, en cuanto oigo esas palabras toda mi atención se dirige al tema en cuestión, así que la comencé muy dispuesta. Pero una vez vistos los diez capítulos puedo decir que, bajo mi punto de vista: 
- La salud mental en "Maniac" no es lo más importante; pasa a un segundo plano muy pronto. Funciona como una especie de macguffin aunque no es tal en el término estricto. Es decir, si esperáis ver clínica positiva en el caso de Owen (sólo la veréis al principio), o las características propias de la patología de Annie... ésta no es vuestra serie, decididamente. Lo estrambótico está provocado por la combinación de la pastilla y GRTA, pero no es clínica propia.
- No le veo a la serie ni pies ni cabeza. Me parece simple y llanamente una secuencia de escenas y situaciones que poco o nada tienen que ver entre sí y que no dirigen a nada concreto. Me dio la impresión de que Cary Fukunaga quiso contar mucho e innovar, y se acabó aturullando.
Esto último me supone un problema: hay series mucho más complejas (como "Westworld"), que me gustan infinitamente más y en el capítulo final me acabó cuadrando todo. Con "Maniac" he terminado igual que cuando empecé: no me ha resuelto ni aclarado nada. Ya no sé si por mi predisposición al no engancharme, o porque realmente no explica gran cosa.
Y aquí viene lo peor, donde puede que alguien me crucifique:
- Me parece que está sobrevalorada.

Repito: ESTO ES MI OPINIÓN, NO UNA VERDAD ABSOLUTA. A lo mejor a alguien le parece una serie buenísima, o a otra persona la deja que ni fu ni fa. Para gustos, colores.
No sé si es que yo esperaba algo más, me ha sabido a poco o (lo más probable), no me he enterado de nada... y mucho menos del quid de la cuestión.
La he visto asimismo de una forma muy irregular: los primeros tres episodios prácticamente en días alternos porque parecía que prometía; del cuarto al octavo tardé un mes o más y los dos últimos los he visto hace dos semanas... Un parón bastante grande.

Igual que señalo los aspectos menos positivos, también remarco los buenos: estos dos últimos capítulos son para mi gusto los mejores de la serie. En el décimo concretamente la parte final es una gozada y Jonah Hill me sorprendió en ese momento. Además algún que otro puntazo divertido tiene, y algunas historias y situaciones son totalmente absurdas... no queda otra más que reírse.
Realmente si te engancha no da pereza verla en una o dos semanas. Ahora bien, si no te llama del todo una de dos: o la dejas abruptamente o empiezas a marear la perdiz para acabarla, como me pasó a mí.

También es cierto que "me he obligado" un poco a ver los últimos capítulos, ya sabéis: "total, son sólo diez episodios; eso se ve en nada de tiempo, y para dos que me quedan no la voy a dejar a estas alturas. Encima si los veo puedo opinar con conocimiento de causa y podré comentar qué me parece la serie en el blog..."
 Las únicas cosas que me parecen realmente destacables de "Maniac" son:
1) La ambientación en una especie de Nueva York futurista donde incluso se habla japonés, aunque hay cosas que parecen sacadas de los años setenta. ¡Y los colorcitos pastel, hacen que la serie sea hasta cuqui! Se trata de un contraste muy curioso.
2) La interpretación de Emma Stone, que lo hace brutalmente bien. Sólo por ella merece la pena ver la serie, la verdad.

En resumen: no es una serie que revisionaría de nuevo, y si os interesa el tema de la salud mental tampoco me parece gran cosa el papel que juega aquí; es importante como tal al principio (para contextualizar), y al final, sin spoilers.

Esto es todo por el momento. ¡Nos volvemos a leer pronto!

Nurse Lecter

sábado, 1 de diciembre de 2018

Libro de consulta

¡Bueeeeeeeeenas tardes!

¿Qué tal estáis? Yo después de un mes bastante liado vuelvo a la carga con el blog.

Traigo de nuevo otro libro de consulta/"formativo". Como el anterior (y todos los que tengo, la verdad, ¡jajaja!), fue un regalo. Se trata del Manual Oxford de Psiquiatría. ¡Vamos a verlo!


La referencia completa es:
Autores: David Semple, Roger Smyth, Jonathan Burns, Rajan Darjee, Andrew McIntosh.
Título: "Manual Oxford de Psiquiatría".
Editorial: Grupo Aula Médica (España), Oxford University Press (Reino Unido).
Edición: 1ª (2009)
ISBN: 978-84-7885-430-1

Siendo sinceros, creo que este libro le sería más útil a los estudiantes y resis, y no tanto a los especialistas/adjuntos. Además está más enfocado a los médicos que a las enfermreas; ellos pueden sacarle más provecho que nosotras, lo cual no quita para, si lo necesitamos, consultarlo. Sanitarios somos todos al fin y al cabo.

Se divide en varios capítulos y tiene cosas muy curiosas. El capítulo I por ejemplo contiene una breve Historia de la Psiquiatría y reflexiones sobre esta disciplina, así como consideraciones éticas y un apartado sobre el estigma.
El capítulo II versa sobre la entrevista psiquiátrica; da claves para saber cómo preguntar sobre ciertos aspectos que en los primeros tiempos de la profesión son complicados porque no sabes cómo hacerlo. Luego encuentras tu estilo, cierto es; pero este capítulo te da un pequeño empujoncito.
Por otra parte el capítulo 3 tiene un glosario -el cual me encanta y consulto con relativa frecuencia para posts del blog-,  de síntomas psiquiátricos. Muy útil si eres estudiante o R1, estás en un apuro y necesitas una solución rápida, ¡jajaja!
Hacia el final del manual también hay capítulos llamativos, como la Psiquiatría de enlace, la legislación en varios países, urgencias psiquiátricas...
Y por supuesto, hay varios capítulos dedicados a la psicopatología. En este caso te explican la perspectiva histórica, signos y síntomas, diagnóstico diferencial, subtipos (si la enfermedad en cuestión los tiene), epidemiología, etiología, curso y pronóstico, manejo, diversas opciones en lo que a tratamiento se refiere, valoración de si el paciente precisa ingreso o no... Es muy completo en este aspecto.

Así que, como breve resumen del Manual Oxford de Psiquiatría...
Pros: útil para futuros profesionales o profesionales en formación. Muy completo, con información sintetizada.
Contras: Es de mera consulta. Una vez llevas varios años en esto, no necesitas consultarlo demasiado.

Espero postear pronto un nuevo libro, que seguro que os interesará ^^
¡Un saludo!

Nurse Lecter

viernes, 2 de noviembre de 2018

Sad baby

¡Hola a todos!
¿Cómo están yendo estos días? ¿Habéis podido pillar algún contratillo este puente? ¡Ojalá que sí!

Este post es complementario al anterior, en el cual hablé de la depresión -podéis leerlo aquí si queréis-. Será mucho más corto porque no se trata de complementar la patología en sí con más información, sino de enseñaros que la depresión afecta también a un grupo de edad muy concreto aunque suene raro: a los bebés.
Un poco más adelante y dentro de esta misma entrada ilustraré mejor esto con un par de vídeos de series, así que ¡cuidado spoilers! Os avisaré antes.


Ahora vamos a lo que vamos: la patología.
Existe una condición llamada depresión anaclítica, que se observa en niños de poco más de seis meses y se ven separados de su madre por un tiempo máximo de tres meses. Cabe destacar que el vínculo madre-hijo era estupendo hasta ese entonces, por lo que surge una deprivación emocional parcial (es decir, desaparece la figura de apego, pero aparecen otras que lo cuidan... si bien el "feeling" no es el mismo) a partir de separarles: el bebé llora sin consuelo, rechaza el contacto con otros adultos y poco a poco empeora. Aparecen insomnio, pérdida de peso, irritabilidad... sin causa física (1). En ese aspecto la sintomatología se parece a la de los adultos. También puedo comentar que surgen retraimiento, retraso en el desarrollo psicológico, rigidez afectiva... incluso el sistema inmune se ve afectado (2).

¡Ay, pobre! :(

El término fue acuñado por R. Spitz en 1946, que fue el primero que detectó estos cambios y sus síntomas en los niños tan chiquitines. También se le llama síndrome de hospitalismo (3).

Lo curioso -y bonito- de esto, es que si no han pasado más de tres meses y el bebé y la madre se reúnen de nuevo, el peque mejora a una velocidad de vértigo (4). Así que realmente no hay un tratamiento farmacológico como tal, sino que es tan fácil como restaurar el vínculo. Si se puede, claro; obviamente hay situaciones en las que no, como fallecimiento de la madre o que el niño esté internado en algún sitio tipo institución y esas cosas.

Es importante también dar un breve apunte sobre John Bowlby y su "Teoría del apego". Resumidamente consiste en que un bebé se apega a una persona (creándose así un vínculo con ella), con la cual se desarrolla una relación social que sentará las bases de relaciones futuras a todos los niveles, tanto para bien como para mal.
¿Por qué meto a Bowlby en esto? Porque su teoría complementa todo lo expuesto por Spitz en relación a la depresión anaclítica. Para que haya apego se necesita una figura relativamente constante en la vida del peque, y ya hemos visto que en la patología que nos ocupa esto no sucede.


¡Atención que ahora vienen los spoilers!

No recordaba que existía una depresión de estas características hasta que vi el capítulo 2x08 de "El cuento de la criada". Si habéis visto la serie conoceréis a Janine y a su bebé, al que ella puso por nombre Charlotte. También -si habéis llegado a este episodio-, recordaréis que la niña se pone muy enferma de pronto y sin motivo aparente. Tan mal está que la dan por perdida, así que June  mueve sus hilos para que Janine pueda despedirse de su pequeña y pasen su última noche juntas:


Pero gracias a Dios, se obra el milagro (o se restaura el vínculo): en cuanto Charlotte detecta que la que está con ella es su madre biológica mejora de la noche a la mañana, literalmente. Aquí el vídeo:


Mentiría si dijera que no lloré como una condenada con esta escena que os pongo porque me pasé todo el capítulo sufriendo -"¡Ay Dios mío que la cría se va a morir! ¡¡Que alguien haga algo por Dios y por la Virgen!!"- y haciendo cábalas sobre lo que podría pasarle a la bebé para:
1) Haberse puesto tan malita de golpe y porrazo.
2) Que la neonatóloga no supiera la causa, y por ende no tuviera un diagnóstico con sus consecuentes pronóstico y tratamiento.

Luego, ya más tranquila, me acordé de que existía algo así y me empezó a cuadrar todo. Cierto es que no se trata de una entidad muy común y cuesta caer en el detalle, pero una vez que lo haces todo encaja.



Doy por terminada la entrada, ¡ya os dije que sería breve! Si encuentro más información la actualizaré, prometido.
Espero que os haya gustado.
¡Nos leemos pronto de nuevo!


Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) Collazos Cifuentes D., Jiménez Urrego A.M. Depresión infantil: una caracterización teórica. Revista Gastrohnup 2013, 15(2): 15-19. Disponible en: 
(2) Gómez de la Calzada Ruiz C. El duelo en la infancia: elaboración, intervención y relación con la depresión. Trabajo Fin de Grado. 2015. Disponible en:
(3) Diccionario médico de la Clínica de la Universidad de Navarra: https://www.cun.es/diccionario-medico/terminos/depresion-anaclitica
(4) Betancourt M, L. Autismo, depresión anaclítica y prevención en salud mental infantil. Revista Colombiana de Psiquiatría. 2009;38(1):110-124. 



jueves, 18 de octubre de 2018

So sad

¡Buenas tardes!
¿Qué tal estáis? Espero que bien ^^. Siento de nuevo la tardanza, pero he estado muy liada. ¡Prometo volver al blog con las pilas cargadas!


El post de hoy trata sobre una enfermedad psiquiátrica muy prevalente -4'4% a nivel mundial, con una escalada preocupante en pocos años (1)-, ya que la padecen aproximadamente 322 millones de personas (1). Pese a eso, es una gran desconocida dado que mucha gente tiene ideas erróneas o preconcebidas sobre ella, las cuales no ayudan en nada. Se trata de la depresión.

1.- ¿Qué es? (2)
La depresión consiste en un estado de tristeza vital que supone un cambio en relación a cómo se encontraba anteriormente el sujeto.
Según nos cuenta el DSM-V, los síntomas clave y que siempre deben estar son el ánimo triste y la anhedonia (que es la incapacidad para sentir placer o disfrutar con cosas que antes te encantaban). Hay más criterios, a saber: pérdida de peso importante, problemas de sueño, cognición, enlentecimiento, culpabilidad, dificultades cognitivas -como olvidos, pérdidas de memoria, disminución de la capacidad de concentración y pensamiento-, fatiga, sentimientos hacia uno mismo de ser inútil, insignificante, no servir para nada, ser un estorbo... e ideas de muerte o suicidas.
Es importante asimismo saber unas cuantas cositas más:
A) Que el ánimo no es sólo triste, también puede ser irritable; sobre todo en niños y adolescentes.
B) Que puede haber hipersomnia o aumento del apetito, al contrario de lo que podría pensarse. Incidiré luego en esto.
C) Que los sentimientos de culpa o inutilidad pueden llegar a ser delirantes. Luego entraremos mejor aquí también.
D) Que estos síntomas tienen que estar presentes casi todos los días durante sólo dos semanas. Esto puede ser que os choque igual que a mí en su momento, ya que hay otros trastornos que ponen como condición que haya síntomas durante mínimo seis meses, o incluso años -como es el caso de la distimia-, para diagnosticarse como tal. Pero aquí y a priori, con dos semanas basta.

Por supuesto, para que una persona sea diagnosticada de depresión no puede haber tenido nunca un episodio maníaco o hipomaníaco; en ese caso sería trastorno bipolar tipo I o II, respectivamente. Y la depresión no puede deberse tampoco a un trastorno del espectro psicótico, a los efectos fisiológicos de una enfermedad médica o ser secundario a alguna sustancia.


2.- ¿Cuáles son sus causas?
La primera es la más evidente: predisposición genética/antecedentes familiares previos. De igual forma hay factores externos que aumentan el riesgo de padecer depresión como traumas, pérdidas significativas, estrés, abusos, negligencia... Además también hay factores personales; es decir, propios del sujeto (3).
Pero la causa principal en sí es la desregulación serotoninérgica. Esto traducido y muy simplificado quiere decir que la serotonina (la cual es un neurotransmisor) o 5-HT no está en los niveles adecuados (4). Ya veis lo importante que es la serotonina no sólo para la depresión, sino para todo. En cuanto se desajusta, ¡se lía!


3.- ¿Y su comorbilidad con otras patologías?
La depresión suele ir prácticamente de la mano con los trastornos de ansiedad, de pánico... No es para nada raro que una persona tenga un cuadro ansioso-depresivo (5). También se asocia con consumo de sustancias, trastornos adaptativos... Y existe incluso la depresión postpsicótica o postesquizofrénica, la cual va inmediatamente después de un episodio propio de estos trastornos.
Es algo lógico también pensar que el hecho de tener una depresión aumenta el riesgo de suicidio de manera considerable; de hecho es el factor más determinante para la conducta suicida. El 80% de los pacientes con depresión pueden tener ideación autolítica, de muerte o suicida en algún momento, y del 14% al 50% de los pacientes hacen intentos (6). Intentos serios, no llamadas de atención ni con previsión de rescate.


4.- ¿Existen diferentes tipos de depresión? (7)
Pues mirad por dónde, sí. Lo he comentado en el apartado 1 y aquí viene la explicación. Eso sí, todos estos tipos los contempla la CIE-10, no el DSM-V.
Tenemos para empezar que la depresión tiene distintos grados según este manual: leve, moderada y grave. Que la depresión sea de un grado o de otro dependerá fundamentalmente del número de síntomas que tenga el paciente y cómo interfieran en su vida diaria.
Seguimos con esta clasificación. Aparece en este caso la depresión con síntomas psicóticos. Aquí tanto los delirios como las alucinaciones son más light que en la esquizofrenia y otros trastornos psicóticos. Las alucinaciones no son las típicas voces que insultan o comentan lo que va haciendo la persona, se limitan a infravalorarla; y los delirios no son del todo inverosímiles. Eso sí, pueden ser congruentes con el estado de ánimo o no. Los más habituales son los hipocondríacos, los de ruina, los nihilistas...
Luego tenemos -siempre según la CIE-10-, la depresión atípica, que es la comentada en el apartado 1.B: en vez de haber insomnio y pérdida de apetito sucede justo al revés.
Y para finalizar tenemos el trastorno depresivo recurrente, que a su vez puede ser también leve, moderado o grave.


5.- ¿Cuál es su epidemiología?
Aparte de la prevalencia comentada anteriormente, es muy llamativo que la depresión se vea sobre todo en África y América (8).
Si nos referimos al sexo, la padecen bastante más las mujeres (9). Y en lo tocante a la edad, lo más ha habitual es que a mayor edad, mayor prevalencia de depresión (10). Aunque siempre hay excepciones que ponen a prueba la regla, claro.


6.- ¿Y su tratamiento?
El principal y habitual son los antidepresivos, más concretamente los conocidos como ISRS (Inhibidores Selectivos de la Recaptación de Serotonina). Seguro que algunos os suenan: sertralina, paroxetina, citalopram... por nombrar unos cuantos (11).
Antes se usaban los inhibidores de la MAO y los antidepresivos tricíclicos, pero han quedado algo anticuados, ¡jajaja!
De todas maneras hay que saber que los efectos no empiezan a notarse hasta pasadas 2-3 semanas desde que empezaron a tomarse, y que no pueden dejarse de golpe, sino de forma gradual. Si se hace repentinamente puede tener lugar lo que se conoce como "síndrome serotoninérgico". La verdad, puede llegar a ser muy serio. Algunos de los síntomas son los que aparecen en esta tabla que os enseño, en inglés pero muy completa (12):

Además algún coadyuvante se puede tomar, tipo benzodiacepina... sobre todo por dos razones: el insomnio y la más que probable ansiedad comórbida (5).

Fármacos aparte, también son muy importantes la psicoterapia y cómo no, el seguimiento por parte de Enfermería: control del peso, psicoeducación sobre la enfermedad en sí, dieta y sueño, expresión de sentimientos, apoyo familiar, relajación...



Tampoco pretendo alargar mucho el post porque no pretendo aburriros, sino sólo dar unas pinceladas básicas.
Sin embargo sí que quiero comentaros que, aunque parezca que los profesionales de la salud mental estemos muy acostumbrados a estas cosas y no dejamos que nos afecten, hay algunos pacientes depresivos de los que a mí personalmente me resulta muy difícil "protegerme". Recuerdo un caso concreto siendo resi; era la primera entrevista con la persona en cuestión y decía que estaba tan triste que no podía ni llorar. Luego, al preguntarle cuántos hijos tenía, no se acordaba. No se acordaba de absolutamente NADA: ni de cuántos, ni de sus nombres o edades, ni de cuántos se habían independizado... Me quedé muy sorprendida, y cuando salió de mi consulta me di cuenta de que me había chupado la energía. Literal. Esa entrevista me dejó para el arrastre. Así que es muy importante aprender a que eso no te afecte, a poner un poco una barrera en ese sentido.

Acabo con una canción de The Boss, ¡que eso nunca está de más!



Espero que os haya gustado el post, ¡y podéis comentar lo que queráis!
¡Un saludo!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
1) World Health Organization: Depression and another common mental disorders. Global health estimates. 2017. Pág. 8. Disponible en:
2) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013
3) Klengel T.; Binder E.B. Gene–Environment Interactions in Major Depressive Disorder.
CanJPsychiatry 2013;58(2):76–83. Disponible en:
http://journals.sagepub.com/doi/pdf/10.1177/070674371305800203
4) Salomon R. M.; Cowan R.L. M.D. Oscillatory Serotonin Function in Depression. Synapse. 2013 November ; 67(11): 801–820. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3786873/pdf/nihms504110.pdf
5) Aragonès E., Piñol J.L.; Labad A. Comorbilidad de la depresión mayor con otros trastornos mentales comunes en pacientes de atención primaria. Aten Primaria. 2009; 41(10): 545–551. Disponible en:
https://ac.els-cdn.com/S0212656709001905/1-s2.0-S0212656709001905-main.pdf?_tid=b9bbb337-a19b-459e-9dbd-5ad9b1f85bf7&acdnat=1531657279_54cd81d45f8761183a6ba5d8d5635ce0
6) Navío Acosta M., Villoria Borrego L. Factores de riesgo de la conducta suicida. En: Anseán A., director. Suicidios. Manual de prevención, intervención y postvención de la conducta suicida. 2ª edición, revisada. Madrid: Fundación Salud Mental España, para la prevención de los trastornos mentales y el suicidio; 2014. 117-194
7) OMS. CIE-10: Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y pautas para el diagnóstico. (1992) Madrid. Ed. Méditor.
8) World Health Organization: Depression and another common mental disorders. Global health estimates. 2017. Pág. 12. Disponible en:
http://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/254610/WHO-MSD-MER-2017.2-eng.pdf;jsessionid=C312F32780DD02B379D2F1CAE4D12E57?sequence=1
9) Cardila Fernández F., Martos Martínez A., Barragán Martín A.B., Pérez-Fuentes M.C., Molero Jurado M.M., Gázquez Linares J.J. Prevalencia de la depresión en España: Análisis de  los últimos 15 años. European Journal of Investigation in Health, Psychology and Education  2015. 5 (2): 267-279.
10) Riquelme, Martín Carbonell M., Ortigosa Quiles J.M., Meda Lara R.M., Pérez Díaz R. y López Navas A.I. Implicaciones de la edad y el país de pertenencia en la relación entre apoyo emocional percibido y depresión: un estudio transcultural. Anales de Psicología, 2016. 32(2): 393-404. Disponible en: http://scielo.isciii.es/pdf/ap/v32n2/psicologia_clinica1.pdf
11) Pérez Padilla E.A., Cervantes Ramírez V.M., Hijuelos García N.A., Pineda Cortés J.C., Salgado Burgos H. Prevalencia, causas y tratamiento de la depresión mayor. Rev Biomed 2017; 28:89-115
12) Bartlett D. Drug-Induced Serotonin Syndrome.  CriticalCareNurse 2017. 37(1): 49-54.
Disponible en: http://ccn.aacnjournals.org/content/37/1/49.full.pdf+html

jueves, 13 de septiembre de 2018

Monkeys

¡Hola a todos!

Espero que sigáis bien y no os falte trabajo (del estudio no digo nada porque con tanta OPE lo que precisamente no falta es hincar codos, ¡qué remedio!).

En este post quiero hablaros sobre mi último contrato.
Estoy trabajando actualmente en una Unidad de Desintoxicación y Patología Dual; cuando hablo de "patología dual" me refiero a que estos pacientes son adictos o dependientes de una o más sustancias y además tienen un problema de salud mental de diferente índole: puede ser algún trastorno psicótico, afectivo, de ansiedad, trastorno de personalidad... (1)
Uno de mis contratos este año fue en un Centro de Atención a Drogodependientes e igualmente fue mi primera rotación en la residencia, así que algo de experiencia a nivel ambulatorio sí que tengo. Lo que no había pisado nunca es una unidad de hospitalización de este tipo.

En general no me desagrada el servicio. De hecho me gusta bastante.
El objetivo principal que se persigue en este caso es que el paciente se desintoxique de todas las sustancias/drogas/tóxicos que consume. Para los legos en esto: que la persona salga limpia físicamente de allí... lo que implica que es aquí donde pasan el síndrome de abstinencia; el famoso "mono", vaya. Sin embargo hay pacientes en los que es muy acusado, y en cambio en otros no.
En este aspecto estoy aprendiendo una barbaridad porque claro, aquí se ven los síndromes de abstinencia de gran parte de las drogas en todo su esplendor, con todo lo bueno y lo malo que conlleva.

La hospitalización de estos pacientes es programada -lo que significa que alguien que venga a Urgencias no sube nunca a este servicio sino que lo derivan desde la red de Salud Mental-, y voluntaria. Esto último quiere decir que entran por su propia voluntad, y salen por su propia voluntad también. En cualquier instante ellos pueden decir: "me quiero ir, dame que firme el papel de alta voluntaria". En esta tesitura se llama al psiquiatra que habla con él, le informa y listo. Firma su papel y se marcha. Eso sí: una vez que se va, si solicita o precisa volver pasa a una lista de espera que es más larga que un día sin pan; y ya le tocará volver a ingresar.
La estancia media es de una semana y media o dos semanas, descontando las altas voluntarias (los pacientes así sólo aguantan 3-4 días a lo sumo).

El trabajo de Enfermería aquí es, a grandes rasgos: 
- Repartir medicación, toda oral y encapsulada: los pacientes no saben en ningún momento qué fármaco toman ni la dosis. Y si lo preguntan tampoco se les dice, nos limitamos a explicarles que es el tratamiento que llevan para su desintoxicación.
- Toma de constantes y realización de pruebas como análisis de orina periódicos y de sangre.
- Valoración del craving -deseo de consumir- y de los diversos síndromes de abstinencia.
- Tarea administrativa, que tiene mucho peso: llevas todo el tema de faxes, llamadas de teléfono y comunicación con otros dispositivos de la red de Salud Mental (sobre todo Centros de Atención a Drogodependientes), llamas a los pacientes que quieren ingresar para informarles sobre el día y hora de su ingreso, ayudas a gestionar la lista de espera...

Se trata de un servicio muy pequeño, tanto de tamaño como de personal. Somos muy poquitos pero yo personalmente estoy muy a gusto porque me ayudan un montón y me facilitan mucho las cosas. Además se trata de una Unidad cerrada: los pacientes están voluntarios, pero no pueden salir ni entrar libremente ni recibir visitas.
Antes, hace años, sí era abierta; estaba en otro hospital y la verdad, según me han contado la cosa no fue muy bien: no había cámaras, los pacientes a veces llevaban vía, se marchaban en un despiste, se chutaban y regresaban intoxicados de la droga... y encima con el tratamiento puesto de antes de irse. Por eso se pasó a Unidad cerrada de nuevo. Así que en ese sentido creo que es mejor que ahora esté así.

Por supuesto la dinámica del servicio también difiere según los pacientes que haya. El grupo actual es muy tranquilo, muy pasivo: apenas se animan a hacer cosas, pasan gran parte del tiempo en su cuarto y se relacionan poco entre sí... Pero también hay otras temporadas en los que son un poco más difíciles en el tratamiento y en el trato, para qué engañarnos.
Si bien las mañanas son el turno que más carga de trabajo tiene -sobre todo por el tema administrativo, no por el trabajo enfermero o la dinámica de la planta en sí-, las tardes y las noches son distintas, mucho más calmadas. Es sobre todo por la noche cuando aprovecho para seguir leyendo artículos sobre patología dual o (si los pacientes duermen del tirón toda la noche), me llevo algún libro o algo para estudiar.
Aunque hoy por hoy repito que no me quejo, que me gusta. Para ser mi primera experiencia en esta Unidad no estoy nada mal.

Y éste es el trabajo que me ocupa, contado muy resumidamente. Prometo actualizar el post si surge algo nuevo.
Obviamente, si tenéis dudas podéis preguntarme sin problemas.
¡Un saludo, nos volvemos a leer pronto!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
1) Ordóñez Mancheno JM. Prevalencia de patología dual y factores de riesgo en pacientes con trastornos por consumo de sustancias [Tesis doctoral]. Universidad de Cuenca (Ecuador);  2017. Disponible en:
http://dspace.ucuenca.edu.ec/jspui/bitstream/123456789/27221/1/Trabajo%20de%20Titulaci%C3%B3n.pdf

domingo, 29 de julio de 2018

¡Esto no es mío!

¡Hola!

¿Qué tal va el mes de julio? ¿Tenéis días de vacaciones o estáis haciendo el verano como yo? En cualquier caso, espero que estéis aprendiendo y disfrutando mucho con el trabajo, y que las veteranas sean comprensivas con vosotros.

Hace unos días hice una encuesta en Twitter sobre el próximo post del blog (o sea, éste). Decidisteis que tocaba hablar de psicopatología friki, así que ahí vamos. Es breve dado que no hay mucha información al respecto, pero es lo que tiene preparar posts sobre psicopatología rara.
Esta enfermedad la conocí gracias a la serie "Chicago Med". Admito que sólo la veo por el psiquiatra, el Dr. Daniel Charles. Es un personaje muy bien construido... y sé que suena a tópico, pero es que es verdad: se nota que es el psiquiatra, ¡jajajajajaja!

Se trata de algo chulísimo y muy poco frecuente: el conocido como desorden de identidad de la integridad corporal -en inglés "Body Integrity Identity Disorder", siglas BIID-. Antes se le llamaba "apotemnofilia" o "xenomelia"; el término actual surgió en 2005 (1).
Consiste en que el sujeto no reconoce como suya una extremidad del cuerpo. Esto le produce una sensación de molestia e incomodidad muy grande, y la persona pide la amputación de ese miembro concreto (2), cuando no se lo amputa por sus medios, ya sea de forma casera o ilegal.
Realmente a la extremidad en cuestión no le pasa nada: no tiene ninguna enfermedad o tara local, ni lesiones de ningún tipo. Se trata de una pierna o un brazo totalmente sanos... pero al paciente esto no le acaba de convencer. Es algo que no es suyo, que está ahí como "pegado" de forma artificial.
Asimismo existen extensiones y variantes de la enfermedad, como el deseo de ser parapléjico. Pero vamos más allá: hay veces en las que una persona desea amputarse algo porque les parece muy erótico y quieren ser igual que el objeto de deseo (3). Podría ser por tanto una parafilia, y los que la padecen se conocen como "wannabees".

Voy a ser sincera: esto en el DSM-V no está, y tampoco en la CIE-10. Sin embargo hay gente que lo considera una variante del síndrome de Munchausen (ahora llamado "trastorno facticio"), debido a que en ocasiones lo que se busca es producir una discapacidad (4). De igual forma no se considera que una persona tenga BIID como tal si se encuadra dentro de un trastorno del espectro psicótico -delirios en los que la extremidad tiene alguna clase de infección, o alucinaciones auditivas que incitan al paciente a amputarse el miembro en cuestión-.
Ya veis que es una entidad muy difícil de encuadrar puesto que no casa completamente con ninguno de los grupos psicopatológicos que aparecen en los manuales diagnósticos.

Tampoco hay datos epidemiológicos fidedignos al respecto, ya que mucha gente que padece xenomelia no lo dice por vergüenza o miedo al estigma (1).

En cuanto al origen del desorden de identidad de la integridad corporal tampoco está claro del todo. Hay varias teorías, pero una que resuena con fuerza es la de una alteración de los circuitos del sistema nervioso central; más concretamente una anomalía en el lóbulo parietal derecho. Sin embargo se ha mirado desde una perspectiva tanto psiquiátrica como neurológica (3).
Por otro lado podemos irnos a la parte psicodinámica del asunto y mencionar que la causa de este problema puede deberse en parte a que la persona que la padece vio de niño a alguien amputado y dicha experiencia impactó en su psique. Busca parecerse a él bien por el propio impacto o bien porque admira su entereza ante la adversidad. En cualquiera de los dos supuestos queda como consecuencia el desorden de identidad de la integridad corporal (4).
Sea como sea parece surgir en la niñez y perdura a lo largo de la vida (1).

Según lo que he encontrado en cuanto a tratamiento, pueden funcionar en parte la terapia conductual y el psicoanálisis. Si bien no desaparece el deseo de querer amputarse algo, sí se reduce bastante por lo visto. Pero realmente y según afirman Smith y Furth no hay ningún tratamiento verdaderamente efectivo para el BIID (5).

Este problema por supuesto implica un dilema ético evidente:
1) No le cortamos a la persona una extremidad sana (principio de no maleficencia)... cosa que puede ser peor porque el sujeto no será feliz, e incluso la larga podría amputársela él mismo con el riesgo que eso conlleva - shock hipovolémico, infecciones e incluso la muerte-.
2) Le cortamos a la persona la extremidad sana (principio de autonomía), y así el paciente será feliz y vivirá en paz.
También es muy interesante en este sentido el hecho de que los sujetos están mental,ente sanos la mayoría de las veces y aunque quieren que se les ampute algo, en caso de hacerlo saben que van a tener que vivir el resto de su vida así, sin un brazo o pierna. Lo saben... y lo aceptan y asumen. Y no se arrepienten una vez hecha la cirugía en caso de realizarse. De hecho es más bien al revés: están encantados.
¿Qué haríais vosotros?

Como veis, se trata de un trastorno muy llamativo y que toca varios palos: sexualidad, neurología, identidad corporal, ética, subconsciente... es muy completo. ¿Lo conocíais?

Por mi parte, entrada finalizada. Estoy abierta a recibir ideas, opiniones, más información... ¡lo que queráis! Y si encontrara más información sobre el tema, no dudéis de que actualizaría este post.
De igual forma espero que os haya gustado, ¡volvemos a leernos pronto!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
1) García Guindo V., Iglesias Oronoz N. Orientaciones diagnósticas y tratamiento del Trastorno de la Identidad de la Integridad Corporal: Revisión bibliográfica [Trabajo Fin de Grado]. Sant Cugat del Vallès. Escola Universitària d’Infermeria Gimbernat: 2016. Disponible en:
2) Blom R.M., Hennekam RC, Denys D. Body integrity identity disorder. PLoS One [Internet]. 2012;7(4): 34702. Disponible en:
3) Brugger P., Lenggenhager B., Giummarra M.J. Xenomelia: a social neuroscience view of altered bodily self-consciousness. Frontiers in Psychology. 2013, 4. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3634160/pdf/fpsyg-04-00204.pdf
4) Mora, C. Wannabees (personas que desean ser amputadas). Evaluación neuropsicológica con el WAIS-III. Interamerican Journal of Psychology [Internet]. 2017;51(2):239-523.
Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/284/28454546009.pdf
5) Mora, C. Devotees, wannabees y pretenders: parafilias vinculadas a la discapacidad. Interamerican Journal of Psychology [Internet]. 2016;50(3):359-370. 
Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/284/28450492004.pdf

domingo, 17 de junio de 2018

Trabajo en cadena

¡Buenas tardes y feliz domingo!

Quiero contaros algo que ya os adelanté por Twitter, y es que sí: tengo trabajo de verano... ¡que se suma al de este mes de junio, con el cual no contaba!

Vamos por partes. Lo primero de todo, el contrato que me ocupa actualmente: estoy trabajando en la Unidad de Trastornos Alimentarios de mi ciudad.
Ya estuve por allí siendo residente -puedes leer qué tal mi experiencia aquí-, y la vuelta ha sido genial. A priori no todas las compis se acordaban de mí (tened en cuenta que por allí rotan muchos resis, y es imposible quedarse con todas las caras y nombres), pero sí que les sonaba. En cuanto les dije las fechas en las que estuve, quién fue mi colaborador docente y lo que hice me ubicaron enseguida. Y siempre está bien haber trabajado antes en un sitio, facilita mucho las cosas y la relación con tus compañeros.
En cuanto al trabajo allí, en dos años han modificado algunos aspectos: la forma de registrar el peso diario de las pacientes, los tiempos para comer, los privilegios que han de ganarse... pero la esencia sigue siendo la misma. Se tienen que seguir registrando los pesos, supervisando las comidas, dando mucho apoyo emocional y psicológico, recibiendo ingresos y participando en las terapias. Este servicio me encantó en su momento, y eso es algo que también sigue igual. Además los pacientes que hay ahora son de forma general muy cumplidores, adecuados y estupendos; no hay problemas de relación o comunicación con ellos.


Este contrato se acaba el 30 de junio... y el día 2 de julio empiezo en otro lugar. Pero ese sitio es de sobra conocido para mí, ya que se trata del CSM en el que he trabajado los dos últimos veranos (y donde me dieron mi primer contrato como especialista; también puedes leer aquí cómo me fue). Es continuidad asistencial, aunque de aquella manera ^^'.
En general me ofrecieron pocas cosas, casi todas de dos meses salvo un par que duraban un mes nada más. Así que en cuanto me dijeron que este CSM seguía disponible, no lo dudé y dije con toda la determinación y alegría del mundo: "Ése, quiero ése". Creo que la mujer de la bolsa de trabajo que me lo ofreció se quedó un poco pillada, porque la verdad que no lo pedí precisamente en voz baja, jajajaja. ¡El día que recuerde antes de nada que tengo derecho al contrato X por puntuación y no por mi volumen de voz -si así fuera todos los enfermeros estaríamos afónicos-, habré ganado mucho!
Además el contrato de verano allí tiene muchos puntos a favor:
1) CSM es mi recurso favorito en Salud Mental.
2) Está a 10-15 minutos andando de casa, depende de la prisa que tenga yo por llegar o de si se me pegan las sábanas.
3) Ya lo conozco -cosa que a los compis les viene de perlas también: viene una persona que ya sabe cómo va todo; por tanto no hay que enseñarle nada relativo al funcionamiento del Centro y es productiva desde el primer día-.
4) En un lugar en el que se trabaja genial y los compañeros son un primor.
5) Sigo teniendo contacto frecuente con ellos (incluso he ido de visita), y la relación es estupenda.
6) Los pacientes se acuerdan de mí de un año para otro y eso también es bueno para ellos: soy una enfermera a la que conocen; algunos no aceptan bien que el profesional que los atiende cambie por vacaciones y haya un sustituto.


Ya veis que no puedo pedir más. Estoy muy contenta este año porque como comenté también en Twitter, parece que poco a poco se va a acercando ya mi momento de ir encadenando contratos de Salud Mental y no dejar de trabajar de eso; de algo que me encanta y me hace feliz a nivel profesional. Puestos a pedir, querría un contrato siempre en el mismo lugar aunque fuera a fuerza de renovarlo; pero mientras tanto eso no es posible, así que me conformo con no parar de trabajar "de lo mío".

Y esto es todo por el momento, iré actualizando e informando de todo durante mi próximo contrato, ¡jajajaja!
¡Nos leemos pronto!

Nurse Lecter

domingo, 13 de mayo de 2018

Frikipost

¡Hooooooooooola a todos!
¿Cómo van las cosas? Espero que estéis descansando también, ¡que tan necesaria es la desconexión como el estudio!
En cuanto a los R0, ¡muchos nervios, supongo! En dos semanas empezáis la residencia, que es un periodo muy intenso y muy bonito. Seguro que os va genial ^^

Y sí, sí... vuelvo con mis frikiposts después de muuuuuuuuuuuuuuuuucho tiempo sin tocarlos. Aprovecho también para recordaros que yo no suelo hacer spoilers y en caso de que hiciera lo aviso, ¡así que no problem, podéis leer sin miedo hasta la advertencia de rigor!
Retomo esta serie de posts de "Juego de tronos" con un personaje al que todos sin discusión queremos un montón. Me refiero a Hodor, papel interpretado por Kristian Nairn.


Nos situamos con él -aunque a estas alturas todo el mundo lo conozca-, ¿quién es? Muy sencillo: es el mozo de cuadras de la casa Stark, y sólo dice una palabra... "Hodor"; sin embargo su nombre real no es ése. Además Hodor es un hombre más largo que un día sin pan. De hecho Osha (otro personaje), sostiene que podría tener ascendentes en los gigantes. No obstante todo lo que tiene de alto lo tiene también de bueno. Es muy noble y paciente, y quiere ciegamente a sus señores.

Ahora vamos a la patología de Hodor... ¿por qué está aquí?
Bueno, yo veo tres frentes abiertos aunque los dos primeros en su momento me costaron un poco más. Del tercero hablaremos aparte, porque es algo más delicado y me ayudó a dilucidar las dos primeras patologías. En cualquier caso y para no alargar mucho el post los comentaré todos brevemente, sólo para que os hagáis una idea.

En lo que respecta a lo obvio y desde que leí los libros, con Hodor he sostenido siempre dos cosas:
1) Que tenga afasia de expresión -también conocida como "afasia de Broca"-.
2) Que tenga discapacidad intelectual.

Venga, vamos al primero... afasia de expresión o de Broca. Todos los sanitarios sabemos lo que es una afasia, pero este blog también lo visitan legos, ¡así que lo explico encantada! 
Una afasia es una alteración del lenguaje secundaria a una lesión cerebral (accidentes cerebrovasculares, tumores, traumatismos...); y pueden verse afectadas la comprensión del lenguaje, la expresión o producción del mismo, o ambas (1). Hay muchos tipos de afasias, pero vamos a centrarnos en la que tiene Hodor. La suya es de expresión: él entiende lo que se le dice -por ejemplo, cuando se le pide que vaya  coger algo va y lo hace-, pero no es capaz de contestar "sí", "de acuerdo" o pedir más información si lo necesita. No puede expresarse con otra palabra que no sea "Hodor". La usa para todo, ya lo sabéis.
Antes he comentado que la afasia de expresión se llama también afasia de Broca, y ello es debido a que el origen de dicha afasia está en una zona del cerebro llamada "área de Broca", la cual podéis ver marcada en rojo aquí.


Bueno, punto 1 superado. Vamos al segundo: la discapacidad intelectual, antes conocida como retraso mental -término que se sigue usando aunque a día de hoy no es correcto-. Es definida en la CIE-10 como "la presencia de un desarrollo mental incompleto o detenido, caracterizado principalmente por el deterioro de funciones concretas de cada época del desarrollo y que contribuyen al nivel global de la inteligencia, tales como las funciones cognoscitivas, las del lenguaje, las motrices y la socialización". Dice además que cabe la posibilidad de que se acompañe de otros trastornos, tanto somáticos como mentales (2). Resumidamente: aquí fallan el intelecto, la cognición y la adaptación del sujeto que padece dicha discapacidad.
Hay diferentes grados de discapacidad intelectual, a saber: leve, moderado, grave y profundo (2). Esta clasificación se hace a su vez en base al cociente intelectual, cuya fórmula es ésta:



Por supuesto y si bien hay una clara influencia genética en la etiología de este problema, no podemos despreciar otros factores como problemas en el embarazo/parto o incluso un daño adquirido a consecuencia de un traumatismo, por ejemplo. Y es muy importante también el entorno: si el ambiente es propicio para que el niño/adulto saque todo su potencial pese a la discapacidad, su evolución será mucho mejor. Si el ambiente es malo sucederá lo contrario.
En cuanto a su comorbilidad, se ha estudiado que en el caso de la discapacidad intelectual suele haber más depresión, ansiedad, trastornos alimentarios... y por supuesto, también aparece en síndromes como el de Angelman, Prader-Willi, Williams, Down, Turner...
En este sentido lo más importante es continuar estimulando a la persona con discapacidad intelecutal en la medida de sus posibilidades. No se trata de exigirle, sino de fomentar sus capacidades. En algunos casos además la comorbilidad puede tratarse con fármacos, claro: si tiene ansiedad o depresión se dan benzodiacepinas y antidepresivos; si tiene TDAH, metilfenidato; si tiene conductas agresivas o ideaciones delirantes, antipsicóticos (mejor si son atípicos o de segunda generación)... y así sucesivamente.



También he comentado al principio que dudaba entre las dos patologías -y admito que lo de la afasia se me ocurrió después-. Tras haberlas explicado las dos me parece que podríamos decantarnos más por la afasia, ¿no creéis?
Hodor es funcional, sociable, hace él solo las actividades de la vida diaria (AVD), tanto básicas como instrumentales, desempeña bien su tarea como mozo de cuadras... el único problema que tiene es a la hora de comunicarse y eso cuadra más con la afasia en vista de lo expuesto.


Y me queda la última patología. Ahora sí: CUIDADO, SPOILERS. A partir de aquí leéis bajo vuestra responsabilidad.
Si hablamos de Hodor es inevitable hablar del portón; es algo inherente a él y que no ha llegado (aún) a los libros que componen la saga.
Para los que no recordáis bien la escena -y bucles temporales aparte-, os recuerdo que hay flashbacks de Hodor cuando era niño. En esa época él no tenía afasia ni ningún síndrome neuropsiquiátrico que sepamos. Pero esa crisis que presenciamos y que hace que acabe convirtiéndose en el Hodor que conocemos desde el primer episodio/capítulo de los libros tiene su origen en un episodio que le supuso un gran impacto emocional y no pudo o no supo gestionar. Por otro lado tampoco se objetiva que el suceso del portón le dejase secuelas emocionales: ni en la serie ni en los libros parece deprimido, estresado, traumatizado ni ha tenido problemas de conducta.


Por tanto podría darse el caso de Hodor desarrollara en ese entonces un trastorno relacionado con traumas y factores de estrés no especificado.
Esta entidad está contemplada en el DSM-V, y pertenece al grupo de "Trastornos relacionados con traumas y factores de estrés". De entro de este grupito está también el famoso trastorno de estrés postraumático o TEPT.
La persona que sufre este trastorno se ha visto expuesta a la muerte o alguna lesión grave, por haber sido víctima de la misma o haber visto cómo le sucedía a otros, pero no cumple los criterios necesarios para tener un trastorno concreto (3). Hodor ha sufrido un shock terrible, es evidente; pero a lo largo del tiempo no se muestra triste, ni angustiado, ni presenta síntomas disociativos, evocaciones del trauma o evitación de lugares y actos que se lo recuerden. No obstante cabe dentro de lo posible que haya desarrollado amnesia en relación al suceso.
Otra opción que podemos tener en cuenta es que sufriera un trastorno de estrés agudo, pero tampoco es seguro que le sucediese.
¿Por qué? Porque se expuso a una vivencia traumática, pero en este caso la sintomatología expuesta -recuerdos y sueños angustiosos o intrusivos, evitación, síntomas disociativos, hiperalerta, malestar psicológico, anhedonia, irritabilidad...- dura de tres días a un mes (3). Y no sabemos cómo se encuentra el Hodor joven durante el mes sucesivo a este hecho; por eso digo que desconocemos si desarrolló este trastorno o no.

En cuanto a la epidemiología de los trastornos de estrés, se considera que es bastante alta en comparación con otras patologías de salud mental: se estima que su prevalencia oscila entre el 5 y el 20% en cuanto a atención sanitaria. Pero si nos vamos específicamente a la Salud Mental (CSM, hospitalización, Drogodependencias... en fin, todos los recursos propios de esta disciplina), sube hasta casi el 50%.
Y si nos referimos al tratamiento, lo habitual es usar benzodiacepinas ya que hay un gran componente ansioso e insomnio, así como antidepresivos, sobre todo los que tienen más poder sedante. No es desdeñable tampoco la psicoterapia en estos casos, sobre todo en el TEPT.

Hasta aquí el frikipost. Acepto aportaciones e ideas encantada, ¡no dudéis en comentar si tenéis más información!
Espero por otra parte que os haya gustado, ¡volvemos a leernos muy prontito! ¡Adióooos!


Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) Definición de afasia dada por la Federación Española de Daño Cerebral (FEDaCe):
https://fedace.org/comunicacion_dano_cerebral.html
(2) OMS. CIE-10: Décima revisión de la clasificación internacional de las enfermedades. Trastornos mentales y del comportamiento. Descripción clínicas y pautas para el diagnóstico. (1992) Madrid. Ed. Méditor.
(3) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013

jueves, 19 de abril de 2018

Conducta ejemplar

¡Hola!

¿Qué tal estáis? ¡Supongo y espero que bien!
Especialmente a los futuros resis que entre ayer y hoy están eligiendo plaza, ¡darles la enhorabuena! Ha sido un camino muy duro y sacrificado, pero no os podéis imaginar los dos años tan bonitos que os esperan, por mucho que os lo hayan dicho mil veces. ¡Disfrutadlos, que pasan volando!

En cuanto a los que no lo habéis logrado, recordad: al EIR puede presentarse uno cada año. Me puedo hacer una idea de lo frustrante que es dejarte el alma y renunciar a muchas cosas para al final no tener plaza. Pero si no es este año, ya lo será: el que viene, al otro o cuando vosotros decidáis retomarlo en caso de tomaros un descanso. Cuando lo hagáis, arrasaréis.
Sé que de primeras esto no os supone un consuelo y es muy difícil lo que os voy a decir, pero hay que relativizar. El EIR debe ser una parte de vuestra vida, pero no su totalidad. Así que mucho ánimo ¡y a por ello de nuevo!


Por mi parte, voy a presentaros la entrada de hoy, la cual trata sobre psicopatología infantil.
Bajo mi punto de vista la patología en cuestión es muy compleja y con límites muy difusos entre el propio problema en sí y actos relacionados con él, pero que a veces son de la naturaleza propia o temperamental del pequeño.

La patología en cuestión es el trastorno de conducta -siglas TC-. Y como soy consciente de que explicarla sin ejemplos puede ser aburridísimo e incluso podría costar entenderla, voy a hacerlo con un personaje de la tele. De una serie más concretamente. Sale en "South Park", lo cual nos restringe mucho el rango, ¿verdad?
¿Quién es el niño al que más le pega tener un trastorno de conducta?
¡Correcto! Eric Cartman.

He elegido esta imagen de buenecito a propósito, ¡jajaja!
Vamos a irnos al DSM-V como siempre, a ver lo que nos cuenta.

Hay varios criterios a tener en cuenta aquí, ¡empezamos!
El trastorno de conducta consiste en un comportamiento en el cual el niño pasa completa y olímpicamente de cosas tales como normas sociales, respeto a los demás y consideración de las normas básicas (pero siempre acorde a su edad, claro). Esto debe durar mínimo doce meses; en la serie, claramente, dura más.
Además hay una edad que pondría considerarse "límite", que son los 10 años. Antes de esa edad es otra cosa, no trastorno de conducta. Eso sí, si aparece después de los 18 años estamos hablando también de otro tipo de patología.
A partir de aquí, y siempre dentro del criterio A, hay 15 criterios repartidos en 4 categorías; y en cuanto a dichas categorías, son las siguientes en este mismo orden:
  1. Agresión a personas o animales. En este punto Cartman cumple varios: ha amenazado, ha usado la crueldad física, ha robado, usado armas... Incluso ha llegado a matar.
  2. Destrucción de la propiedad.
  3. Engaño o robo. Claramente Cartman esto lo ha hecho más de una vez, más de dos y más de tres.
  4. Incumplimiento grave de las normas. Esto también lo hace en cuanto puede.
Además el TC puede ser de emociones prosociales limitadas, debiendo aparecer mínimo dos de las siguientes: falta de remordimiento, falta de empatía o afecto superficial/deficiente, despreocupado por su rendimiento (1).

Si me pusiera a enumerar todo lo que ha hecho y dicho Cartman a lo largo de la serie y toda la gente a la que ha humillado, el post no acabaría nunca. Es, de los cuatro niños protagonistas, el peor con diferencia.

También me parece relevante comentar que existe lo que se conoce como trastorno negativista desafiante -siglas TND-. La esencia es la misma, salvo que el TND se da en niños más pequeños. Cartman, por ejemplo, ronda los 9-10 años; el TND aparece antes de esta edad.
Breve repaso con el DSM-V delante: el TND tiene también tres categorías -enfado/irritabilidad; discusiones/actitud desafiante; actitud vengativa- dentro de las cuales hay indicadores, igual que en el TC. Debe durar, asimismo, doce meses o más (1).

En lo que concierne a la etiología del TC y del TND, ocurre algo habitual en estos casos, y es que se entrelazan tanto factores biológicos como sociales y psicológicos. Por mencionar unos cuantos de cada grupo (2):
  • Factores biológicos: el propio carácter del niño, o la herencia genética juegan un papel importante.
    • En el caso de Cartman, podemos decir que es un niño muy egoísta, con un punto narcisista, y además gran parte de sus familiares tienen un carácter muy similar...
  • Factores psicológicos: apego inseguro, escasos o pobres mecanismos de defensa y resolución de problemas...
    • Eric Cartman suele responder a todo con mucha agresividad -sobre todo verbal-, e intenta imponer siempre su punto de vista. Obviamente, esto no es para nada sano ni asertivo, viéndose muy claramente que en lo tocante a habilidades sociales anda bastante escaso.
  • Factores sociales: familias o entornos desestructurados son una cosa muy común en estos casos.
    • Si hablamos de la familia de Eric, su madre Liane no es lo que se dice una madre modelo; y a priori tampoco se sabe quién es el padre, aunque luego sí se descubre. En fin, familia desestructurada total.
Es importantísimo tener en cuenta que si un niño sufre TND, tiene más posibilidades de desarrollar un TC en la adolescencia, y un trastorno antisocial en la adultez. También remarco que "tener más posibilidades" no quiere decir que vaya a tener un trastorno de conducta en la adolescencia o un trastorno antisocial en la madurez sí o sí, ¡ojo! Reitero que es sólo que tiene más papeletas que otros niños que no han tenido trastorno negativista desafiante en la infancia.

Si hablamos de la epidemiología del TC, es reseñable exponer que es más frecuente en varones y su prevalencia oscila entre el 1 y el 3'5%. Suele, asimismo, ser comórbido con el TDAH (2), y mucho ojito a los intentos de suicidio, que se estiman en un 24% aproximadamente (3).

Vamos ahora a la última parte del post: el tratamiento del trastorno de conducta. Huelga decir, por supuesto, que dicho tratamiento siempre es combinado: farmacológico y psicológico, no únicamente una cosa o la otra.
En relación a los fármacos, podemos comentar son útiles en este sentido el litio -sobre todo en el caso de la sintomatología explosiva-, y los ISRS son buenos dado que disminuyen la agresividad (4).
Y en lo tocante a la psicoterapia, se ha visto que la terapia familiar o la cognitivo-conductual (TCC), van muy bien. Pero no podemos obviar tampoco la terapia multisistémica (4).

Acabo el post con un vídeo en el que se puede apreciar claramente cómo es Eric Cartman, notándose por tanto estos rasgos de conducta disocial: insulta, se muestra retador y agresivo también físicamente, se enfrenta a la autoridad...



Aclaro, por si quedaba alguna duda, que Cartman es una versión muy exagerada del trastorno de conducta. Estos niños no matan, no hieren gravemente, pero sí que intentan engañar, se fugan de su casa y tienden más a la a agresividad.


Espero que os haya gustado el post, o al menos os haya entretenido al leerlo. Como siempre, podéis aportar más conocimientos o vuestra opinión en los comentarios.
¡Un saludo y gracias por leerme!

Nurse Lecter

Bibliografía consultada:
(1) American Psychiatric Association (APA): Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (DSM). 5ª edición. EEUU: APA, 2013.
(2) de la Peña Olvera F., Palacios Cruz L. Trastornos de la conducta disruptiva en la infancia y la adolescencia: diagnóstico y tratamiento. Salud Mental 2011;34:421-427. Disponible en:
(3) Bella M.E, Fernández R.A., Willington J.M. Intento de suicidio en niños y adolescentes: depresión y trastorno de conducta disocial como patologías más frecuentes. Arch. argent. pediatr. 2010  Abr; 108(2):124-129. Disponible en: http://www.scielo.org.ar/pdf/aap/v108n2/v108n2a06.pdf
(4) de la Peña-Olvera F.R. Tratamiento multisistémico en adolescentes con trastorno disocial. Salud pública Méx, 2003;  45(1):124-131. Disponible en: http://scielo.unam.mx/pdf/spm/v45s1/15453.pdf

martes, 3 de abril de 2018

De nuevo... ¡trabajando!

¡Hoolaaaaaa!

¿Qué tal estáis?
Espero que esté yendo todo bien, ¡ojalá que sí!

En esta mini-actualización vengo a contaros que sí, ¡estoy trabajando en Salud Mental!
Me dieron hace unos cuantos meses un contrato en Drogodependencias y estoy muy contenta, la verdad. Pero también tengo que admitir que los comienzos me resultaron un poco duros, como siempre ocurre. ¿Por los pacientes? En absoluto. ¿Por los compañeros? Más de lo mismo: queja ninguna en ese sentido.
Era realmente por mí.

Hacía casi 4 años que no trabajaba en un Centro de Atención a Drogodependencias -fue mi primer rotatorio de la residencia y mi único contacto con adicciones a nivel comunitario hasta ahora-; y si bien los conceptos básicos los tengo aprendidos e interiorizados, desempolvarlos y actualizarme supuso al principio una fuente de nerviosismo. ¿Y si me equivocaba en algo? ¿Cómo se hacía el seguimiento de estos pacientes? ¿Y si me dejaba alguna pregunta importante en el tintero? Amén de muchas otras cosas, como el funcionamiento interno del centro.

En general la experiencia está resultando muy buena hasta ahora. Como todo, cada sitio tiene su forma de trabajar, pero no tengo queja alguna de momento. Además a tres de los enfermeros ya los conocía, lo que ha facilitado mucho las cosas.
En lo referente al resto de trabajadores hay psicólogos, psiquiatras, trabajador social, auxiliares de Enfermería y auxiliares administrativos.

Se trabaja en turno de mañanas y la dinámica del trabajo de Enfermería está muy bien, porque cada uno tiene unas tareas asignadas: mientras dos hacen acogidas y seguimientos a sus respectivos pacientes otro está para lo que surja: analíticas, pacientes que necesitan ser vistos porque vienen de urgencia, temas administrativos, dispensación de metadona o antagonistas opiáceos. Hay otro enfermero de refuerzo que se dedica a esto último a veces. Así que en general la carga laboral tampoco es tan grande como uno se pueda pensar.

Además de recordar conocimientos que hacía años que no tocaba, estoy aprendiendo muchísimo de estos pacientes; no me refiero sólo a la jerga que usan sino a cómo es realmente el proceso de adicción, la aplicación del modelo transteórico del cambio de Prochaska y DiClemente -porque sí, aquí también se aplica-, así como la vivencia de la abstinencia y en general el proceso de desintoxicación y deshabituación; la reinserción social también es importante, pero no estoy tan en contacto con ella como pueden estarlo los psicólogos. Y por supuesto, estoy cogiendo muchas tablas en lo que respecta a la valoración inicial del paciente que consume sustancias y su manejo posterior.
Este grupo concreto de pacientes tiene algunas particularidades si lo comparamos con las personas que tienen psiquiátrico "puro", por llamarlo de alguna forma (es decir, que sólo tiene trastornos psicóticos, afectivos o un trastorno mental común y no consumen habitualmente): muchos minimizan el consumo o lo ocultan, o vienen sólo porque han tenido problemas legales, como multas o retirada del carnet de conducir. No es raro encontrarte con pacientes que dicen que "mi pareja/mis padres es/son la/los que me han obligado a venir...", "yo no creo que tenga ningún problema...", "vengo sólo para ver si puedo quitarme de encima la multa...". Y durante su seguimiento hay avances y retrocesos, algo que es totalmente y normal en este proceso. Aquí es crucial el apoyo de su círculo más íntimo. Tanto es así que los profesionales siempre procuramos contar con la asistencia a las citas de alguien cercano al paciente: pareja, hijo(s), padre(s), hermano(s)... quien sea, pero que pueda estar siempre disponible para la persona y nos ayude a ratificar la información que ésta nos da.

Entiendo que el paciente adicto a sustancias puede asustar visto desde fuera, ya que todos tenemos la imagen típica. Pero esto no es así: vienen personas de ambos sexos y el rango de edades y perfiles sociales es bastante amplio, así como el tipo de sustancias -ludopatía aún no he visto ninguna, pero sé que de vez en cuando acuden-, y el patrón de consumo que hacen de las mismas. Por no hablar de su evolución, la cual me parece muy interesante y de la que aún me queda mucho por conocer.

Ya sólo me resta seguir aprendiendo y ampliando conocimientos, tarea que enfrento con mucha ilusión y entusiasmo.

¡Nos volvemos a leer pronto!


Nurse Lecter