lunes, 5 de diciembre de 2016

Furor uterino

¡Hola a todos los que estáis leyendo la entrada!
¿Cómo va el puente acueducto? Estudio a tope, yo incluida... precisamente por estar con las oposiciones no puedo actualizar el blog con tanta frecuencia. Espero que me disculpéis.

Por mi parte, llevaba mucho tiempo queriendo escribir dicha entrada. Y por favor, que no se me enfade nadie por el título, tiene su explicación. No va con segundas ni nada.
Quizás a algunos os suene la expresión. Para quien no, creo que una buena forma de justificarlo es que sepáis de qué quiero hablar. Abordaré lo mejor que pueda dos temas concretos, siendo el primero el de la histeria. Voy a presentárosla de forma muy breve.

1.1) Trayectoria histórica (1):
Vámonos casi al principio de los tiempos con un repaso cortito, para entender un poco más sobre esto y sobre el título del post.
La palabra "histeria" deriva del griego ὑστέρα, que significa "útero" (por eso a la extirpación uterina se la llama "histerectomía"). Esta palabreja se usó en sus orígenes para darle nombre a una enfermedad según la cual a la mujer se le movía el útero libremente por el cuerpo, causándole diversas dolencia según dónde estuviera. Aquí está la explicación al título de la entrada.
Ya, ya sé que suena ridículo. Y de hecho lo es, pero tened en cuenta lo que se sabía entonces y lo que se sabe ahora... no se puede comparar.
Con el paso del tiempo -y del avance de la ciencia, gracias a Dios- hubo gente como Sydenham que se dio cuenta de que el problema no era "físico", sino afectivo o nervioso en última instancia. No había úteros que se movieran de aquí para allá... ¡menos mal! La causa parecía estar un poco más arriba y (según constató este señor), en ambos sexos.
Ahora nos plantamos en el siglo XIX de la mano de Charcot, médico francés que hizo mucho por estos pacientes puesto que demostró que los síntomas histéricos eran reales en su mayoría. No era una enfermedad inventada ni simulada ni nada por el estilo, al menos en principio.
Vamos acercándonos al final del repaso histórico, me queda mencionar a ese señor tan famoso que todos conocemos y que tanto tardaba en asomar en una entrada como ésta... ¡exacto! ¡Sigmund Freud! En resumen, él defendía que la histeria hace las veces de mecanismo de defensa. Que es algo físico, pero que con ella se intenta canalizar o liberar algo psíquico. Publicó incluso un libro en 1895, "Estudios sobre la histeria".
A modo de ampliación, decir que la cura de la histeria femenina en el siglo XIX era... poco ortodoxa, por decirlo delicadamente. A día de hoy ese tratamiento es denunciable, no digo más.

Actualmente este término debería estar en desuso. Aunque a todos se nos sigue escapando alguna vez eso de "¡madre mía, estás histérico!" y derivados.

Ha empezado pronto, el pobre...


1.2) ¿Qué es a día de hoy la histeria?(2)
Actualmente la histeria engloba dos grandes grupos de patología: por un lado, los trastornos disociativos -una de mis debilidades en lo que a Salud Mental se refiere, ya lo sabéis: amnesia disociativa, personalidad múltiple, desrealización y despersonalización...-; y por otro, los trastornos somatomorfos. A quien no le suene este último grupo, mejor con ejemplos: somatización, hipocondría, trastorno facticio (antes llamado "síndrome de Munchausen")... ¿a que ahora mejor?



El segundo tema es la patología específica que abordaremos dentro de la histeria, también muy brevemente.
Como los trastornos disociativos son un poco más conocidos, quiero centrarme en los somatomorfos. Y más concretamente, en el trastorno de somatización, también conocido como "síndrome de Briquet", en honor a Paul Briquet.


2.1) ¿En qué consiste?
Esta vez paso del DSM-V y me voy al CIE-10, porque me gusta más cómo lo definen.
En este manual se trata de diversos síntomas recurrentes y cambiantes pero siempre físicos.Además aparecen en cualquier lugar del cuerpo. Debe haber quejas de los mismos durante al menos dos años -si no, es otro diagnóstico-, y además la vida de la persona se altera en algunas esferas (social, laboral, familiar...). Y por supuesto, muy importante: los síntomas no se explican por una enfermedad física. Además la preocupación por los síntomas es intensa y frecuente, y por mucho que los médicos le digan al paciente que no pasa nada, éste se sigue quejando.(3)
Además  y según el libro, deben cumplirse cierto número de síntomas de una lista que os pongo aquí y están sacados del manual(3):


Sin embargo, es probable que a muchos os recuerde a otra patología: la hipocondría. Y si bien son parecidas, la verdad es que hay diferencias importantes entre uno y otra. También el libro de la CIE-10 tiene la solución a nuestras dudas.(3)
La más importante es la repercusión de los síntomas: a los somáticos no les preocupa que los síntomas denoten una enfermedad; les preocupan los síntomas en sí. En cambio, a los hipocondríacos les agobia sobremanera la enfermedad que pudieran padecer. Por ejemplo, alguien con somatización puede quejarse de dolor abdominal con mucha frecuencia, pero no cree que sea algo malo; le duele y le preocupa, pero nada más. En el caso del hiponcodríaco, ese dolor abdominal para él se debe a un cáncer de colon, obstrucción intestinal o cualquier otra cosa horrible. ¿Lo han diagnosticado? ¡No, pero él está convencido de que es cualquier cosa de ésas!
Además, otro punto importante son los tiempos. En el trastorno somático hablamos de dos años como mínimo. En la hipocondría son 6 meses de creer que tus síntomas indican algo malo, y además se distingue si ha ido al médico a consultar o no (consultar, obviamente, por la enfermedad que cree tener, no por la hipocondría en sí).

De todas formas la idea general que debéis tener de la somatización es que se trata de un malestar psicológico que sale a la luz en forma de síntomas físicos.


2.2) ¿Y si hablamos de epidemiología?
En este punto he encontrado más bien poco... Se estima una prevalencia en población general del 5'9% (4), siendo más frecuente en mujeres. Asimismo su curso es crónico y fluctuante.
Si hablamos de comorbilidad, lo más habitual es que haya presentes otras enfermedades como ansiedad o depresión.


2.3) ¿Cómo se trata el trastorno de somatización?
A tenor de esta pregunta he encontrado un artículo muy interesante que aboga por no perder de vista el tratamiento no farmacológico. Expone, entre otras cosas, que no podemos olvidar que lo que el paciente siente es real aunque no lo parezca; pero que al mismo tiempo hay que tener cuidado con derivar al paciente a los especialistas y establecer una alianza terapéutica sólida. Del mismo modo, las consultas preferiblemente han de ser estructuradas. Además habla un poquito de las intervenciones psicológicas, centrándose en la retribución, específica de la TCC (terapia cognitivo conductual)(5).
Y en cuanto al tratamiento farmacológico, son destacables los antidepresivos (6). Sin embargo se intenta que la medicación no sea el tratamiento principal. Si queréis un poco más de información o ampliar algo en relación al abordaje de esta patología, podéis clickar aquí.



Bueno... pues hasta aquí el post. Espero haber despejado dudas en caso de que las tuvierais, así como que hayáis pasado un buen rato. De todas formas tengo que comentar que he encontrado muy poca literatura al respecto, sobre todo el tratamiento. Así que si alguien quiere ampliar o aportar su granit ode arena, ya sabe... ¡sin problemas!
¡Hasta otro post!


Nurse Lecter


P.D.: No quería terminar sin añadir esta viñeta. Perdonad la mala calidad, es de un recopilatorio mío que al ser tan gordote no puedo escanear, así que fotografié la imagen. Pero no tiene desperdicio e ilustra el trastorno de somatización con un toque de humor.

Quino, grande entre los grandes.


Bibliografía consultada:
(1) Amoruso L., Bruno M. Breve revisión de la primera conceptualización freudiana sobre la histeria. Perspectivas en Psicología 2010, 7: 45 - 52. Disponible en:
http://www.seadpsi.com.ar/revistas/index.php/pep/article/view/12/9
(2) Navarro Ovando L. Trastornos somatomorfos. Rev Mex Neuroci 2009; 10(1): 34-43. Disponible en: http://www.medigraphic.com/pdfs/revmexneu/rmn-2009/rmn091f.pdf
(3) Organización Mundial de la Salud. Trastornos neuróticos, secundarios a situaciones estresantes y somatomorfos. Guía de bolsillo de la clasificación CIE-10 (1992). Trastornos mentales y del comportamiento. Editorial Panamericana. Página 110-140.
(4) Haller, H., Cramer, H., Lauche, R., & Dobos, G. Somatoform Disorders and Medically Unexplained Symptoms in Primary Care: A Systematic Review and Meta-analysis of Prevalence. 2015 Deutsches Ärzteblatt International112(16): 279-287. Disponible en:
(5) Aragonès, E. Estrategias no farmacológicas para el tratamiento de las somatizaciones. FMC. 2015;22(6):332-8. Disponible en:
https://www.researchgate.net/profile/Enric_Aragones2/publication/279070280_Estrategias_no_farmacologicas_para_el_tratamiento_de_las_somatizaciones/links/558bba6508aee99ca9ca564c.pdf
(6) Kang, N-I., Park J.I., Kim Y-K., Jong-Chul Yang J-C. Decreased Plasma BDNF Levels of Patients with Somatization Disorder. Psychiatry Investig 2016;13(5): 526-530. Disponible en:
https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC5067347/pdf/pi-13-526.pdf