sábado, 21 de marzo de 2015

Cuarta rotación: Rehabilitación

Buenas a todos.

Seguimos con mi experiencia en cuanto a la residencia en sí, y hoy me toca hablar del servicio de Rehabilitación de Salud Mental.
Esta rotación son dos meses, pero te da tiempo de sobra a hacerte con ella. Lo que se hace aquí es muy interesante, desde mi punto de vista. Me recuerda mucho a Atención Primaria, la verdad.
En un principio, cuando vi en mi lista de rotaciones escrito "Rehabilitación Salud Mental", pensé que sería algo más relacionado con las adicciones en patología dual; con el CAD, vamos. Supuse que sería un programa de reducción del daño y demás... ¡pero qué va!

No entiendo por qué Amy no quiso venir... ¡si te lo pasas muy bien!
*ba dum tssss*

Lo que se hace en una mañana normal aquí es acudir a una reunión de equipo -en Rehabilitación trabajan enfermeros, psicólogos, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales-, en la que se comentan los casos del día anterior, noticias y aspectos relevantes de algún paciente, o se ponen en común alternativas o ideas para llevar a cabo con ellos.
Después de la reunión, Enfermería tiene una hora para hacer actividades propias de la profesión, como screenings físicos (constantes vitales, peso, perímetro abdominal y preguntas sobre consumo de tabaco, fecha de la última analítica, ejercicio físico y alimentación), consultas de seguimiento, administración de medicación intramuscular, consultas individualizadas, valoraciones de Enfermería, control de dieta y peso... y después llega la esencia de Rehabilitación -que es la parte del día que más me gusta-: la impartición de talleres, programas y sesiones.

Hay de muchas clases, y se dividen en módulos específicos. Cada módulo a su vez se compone de tres o cuatro sesiones. Por ejemplo: Educación para la Salud tiene módulos de alimentación, ejercicio físico, autoestima, higiene, sexualidad, consumo de tóxicos...; relajación básica -conceptos básicos, técnicas generales, automasajes...-, taller de ayuda para dejar de fumar... Y me he dejado para el final los que más me gustan: relajación avanzada, que se hace con visualizaciones guiadas, terapia de mindfulness y terapia de mindfulness específica para Trastorno Límite de la Personalidad (TLP) -esta técnica la expliqué en post anterior; si no lo leíste, puedes hacerlo aquí-.
Ésas son las que imparte Enfermería, pero Psicología también lo hace: por ejemplo, sesiones de autocontrol. Y los talleres de Terapia Ocupacional son para mi gusto los más chulos y donde mejor se lo pasan los pacientes: gimnasia, expresión corporal, expresión artística, informática, taller de cocina, ayuda para actividades de la vida diaria -como aseo, limpieza de la casa, manejo del dinero...-.

Yo he tenido mucha suerte, porque las colaboradoras con las que estoy son muy majas y me han animado a hacer todo sola casi desde el principio y a innovar en algunos talleres. Como a mí me gusta tanto la música, les pregunté si me daban permiso para impartir un par de sesiones de musicoterapia. Me dijeron que por supuesto, que podía resultar muy interesante.
Pues dicho y hecho: la llevé a cabo con dos grupos distintos de pacientes en diferentes semanas. Y la experiencia, tanto para mí como para ellos, fue muy buena. Le gustó mucho a ambos grupos, y me pidieron que la repitiese. Y yo encantada. Las colaboradoras también se quedaron satisfechas con los resultados.
Todo eso por no decir todo lo que estoy aprendiendo, no sólo de cara a los pacientes. sino para mí misma, como persona y no sólo como enfermera. Hay muchas cosas que puedo usar en mi día a día, como por ejemplo técnicas sencillas de relajación o automasajes, o consejos para dejar de fumar (yo no fumo, pero tengo amigos que sí).

En este caso tampoco hay mucho más que contar, puesto que todos los días hay talleres o consultas. Estoy muy a gusto en Rehabilitación, y como nota general, tengo que decir que no sabía que este servicio existiese, al igual que el anterior (ETAC)... y tanto uno como otro han sido una grata sorpresa.

Espero que os haya gustado este post. ¡Un beso grande!

Nurse Lecter

domingo, 8 de marzo de 2015

Conciencia plena

Buenas noches a todos.

En este post quiero mostraros una práctica que a mi parecer cada vez se conoce más. En el recurso en el que estoy rotando ahora mismo se usa bastante, pero no es exclusiva de Salud Mental. Puede hacerla cualquier persona sin importar la edad, el sexo o el estado de salud.
Hablo del mindfulness.

Es un término que realmente no tiene traducción literal al castellano, pero una de las que más se aproxima es la que le da título a esta entrada: "conciencia plena"; lo mismo podemos decir de "atención consciente".
A mí me costó un poco entender el concepto, no por la dificultad que entraña, sino por lo que supone. ¿Y qué es lo que supone, o en qué consiste?
En ser conscientes del aquí y del ahora, del momento presente (1). Se trata de poner TODA nuestra atención en este momento, sin interferencias, sin la intrusión de otros pensamientos, sin etiquetar y sin juzgar absolutamente NADA. Es concentrarnos 100% en lo que estemos haciendo o sintiendo, cerrándonos a todo lo demás.
Parece sencillo, ¿no? Pues para mí no lo es, os voy a ser franca. 

Esta técnica es muy antigua: surgió en la India, a partir del budismo y de la meditación que caracteriza a esta religión (2). Pero fue "oficializada" por Jon Kabat Zinn en 1979. (3)
En la teoría es fácil, ya os digo. Pero las primeras veces que lo hice no conseguí "desconectar" de otros pensamientos y otras cosas que me iban y me venían. Realmente eran pensamientos normales y corrientes tipo "madre mía, tengo mil cosas que hacer cuando llegue a casa"; "se me ha olvidado llamar a no-sé-quién"... Vale que cuando te das cuenta de que te has dispersado vuelves, pero al principio cuesta.

¿Y para qué puede usarse? Bueno, en sus inicios Jon Kabat Zinn la utilizaba como método para reducir el estrés. Pero actualmente vale también para depresión, ansiedad, aparece en programas para la mejora de la salud... Y aún más interesante: puede sernos útil para mejorar la calidad de la atención. Eso por no decir, claro, que es un coadyuvante del tratamiento farmacológico. (4)
Además, existe una escala que cuantifica la disposición y motivación del paciente para practicar mindfulness, llamada Mindful Attention Awareness Scale (MAAS). Asimismo, la MAAS está adaptada al español -si queréis, podéis verla clickando aquí-.

En el caso de mi actual rotación, aplicamos el mindfulness en trastorno mental grave y en trastorno límite de la personalidad (TLP).
Si bien es interesante en todos, en este último problema de salud mental merece más atención todavía por sus especiales características. Tienen varias, pero las que más se trabajan con el mindfulness son la impulsividad, la baja tolerancia a la frustración y la "desconexión" rápida; no pueden mantener mucho tiempo la atención. Sobre todo por esto último, el mindfulness es una técnica perfecta para pacientes de este tipo.

Si hablo de ejercicios de mindfulness, hay muchos, muchísimos, y de varias clases. Algunos de los más conocidos trabajan con los sentidos, con la respiración, y con la plena conciencia de nuestro cuerpo. A continuación, y por si os ha picado la curiosidad, dejo unos cuantos; para conocerlos, clickad en el nombre:
1.- Atención en la respiración (uno de los míticos: "grandes clásicos del mindfulness").
2.- Escáner corporal, de mis preferidos.
3.- Observación consciente. Aquí yo añado una variación: observar sin etiquetar, sin juzgar. Como si fueras un niño pequeño que explora el objeto sin saber ni lo que es ni para qué sirve.

Y hasta aquí el post de mindfulness.
Repito que puede usarse en muchas patologías, con diversas finalidades. No es difícil para el terapeuta que guíe a los pacientes; aunque sería recomendable que, si vais a llevarlo a cabo, lo practiquéis antes. Sobre todo, para poder saber lo que se siente y lo que les estáis pidiendo a los pacientes que hagan; para que veáis qué supone el hacerlo, medir la dificultad en la consecución de la atención plena -no para todos es la misma-... Las primeras veces os costará (yo me enfadaba cuando me daba cuenta de que me había despistado), pero de hecho eso es lo normal. Cuanto más practiquéis, menos os dispersaréis.
Espero que os haya gustado la entrada.
¡Hasta otra!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1), (3), (5) Liétor Villajos, N.; Fortis Ballesteros, M.; Moraleda Barba, S.: "Mindfulness en medicina". Med fam Andal, 2013; 14, (2): 166-179. Disponible en:

(2) Mañas Mañas, I.: "Mindfulness (atención plena): la meditación en Psicología Clínica". Gaceta de Psicología, 2009, (50): 13-29. Disponible en:

(4) Miró, M.T.; Perestelo-Pérez, L.; Pérez, J.; Rivero, A.; González, M.; de la Fuente, J.; Serrano, P.: "Eficacia de los tratamientos basados en mindfulness para los trastornos de ansiedad y depresión: una revisión sistemática". Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 2011; 16 (1):1-14. Disponible en: