lunes, 17 de agosto de 2015

Frikipost

Hellooooooooo!!!

¿Cómo vais? Espero que bien, pero siempre sacando tiempo para el ocio entre los estudios de EIRs y OPEs varias, y los trabajos diversos.

Os habréis dado cuenta -si habéis estado cotilleando o leyendo mi Twitter últimamente-, de que me he enganchado a la saga de "Canción de hielo y fuego", más conocida como "Juego de Tronos". Mientras leéis esto, yo estoy ya a punto de devorar el segundo libro.
Lo hago tarde, MUY TARDE; pero al fin y al cabo lo hago, que es lo importante.
Me he negado en redondo a empezar con la serie hasta septiembre, porque soy una purista y una clasicona: me gusta leer primero los libros y luego seguir la serie.
En este caso y debido a que lo he leído con bastante retraso en relación al resto del mundo, conozco ya dos o tres spoilers bien grandes y preciosos. Importantísimos y uno en concreto que me ha dejado descompuesta. Descompuesta pero de tirarme de los pelos e indignarme con el autor.
Pero no me gustaría tragarme más, así que por favor, si comentáis: 
1) Tened en cuenta por qué libro voy, y que la serie no la he visto.
2) Sabed también que no estoy spoileada del todo aún, sólo dos cosas (para más pistas, cuarta y quinta temporada; de las tres primeras no sé nada, a ver lo que dura).
Así que...
¡No me desveléis nada, plis!

Por otra parte, yo también os aviso de que en este post no va a haber spoilers. Podéis leerlo tranquilamente si aún no sabéis nada de nada. Y si lo sabéis, pues os figuraréis cuáles son los que me he tragado sin anestesia.

Diréis: ¿Y a santo de qué viene todo este rollo patatero?
Bien, viene porque si bien aún no tengo calados a todos los personajes, hay un par por el momento -seguro que luego serán más-, que me parecen dignos de analizarse, de diseccionarse.
Ahora viene la gran pregunta: ¿Qué personaje de "Juego de Tronos" es digno de ser posteado aquí? ¿Cuál tiene el honor de ser el primero que aparece en mis posts patológicos?


Pues nada más y nada menos que el que ostenta el primer puesto en mi top de personajes preferidos de la saga: Joffrey Baratheon.

Para las que les interese (sí, LAS), el actor es Jack Gleeson. De nada.

El nombre de esta perla en versión extendida es: "Su Alteza Joffrey de la Casa Baratheon, el primero de su nombre, rey de los Ándalos y los Rhoynar y los Primeros Hombres, Señor de los Siete Reinos y Protector del Reino".
(Si por cada mención dieran puntos en la bolsa de trabajo, este chico trabajaba todo el año sin duda alguna).

Quiero dejar una cosa clara: me da exactamente igual quién se lleve las manos a la cabeza ante mis preferencias. Creo que soy una de las poquísimas personas del mundo (si no la única), a las que Joffrey Baratheon les gusta a rabiar. Y a nivel de frikadas, libros y series, estoy bien orgullosa de eso.
Son mis gustos, y son así. Y siempre me ha pasado que he preferido a los malos malísimos, a lo peor de lo peor.

Hechas las presentaciones y las aclaraciones pertinentes, vamos al lío.
Por poneros un poco en antecedentes a los que no lo sabéis, explicar que Joffrey es hijo de Robert Baratheon. Al empezar la saga, Robert es el rey y, por tanto, el que se sienta en el Trono de Hierro. En consecuencia, Joffrey es su heredero. La madre del chico es Cersei Lannister -esa mujer da para varios posts aquí, siendo francos; yo no la soporto-. En fin: que entre unas cosas y otras, Joffrey acaba siendo rey. No os voy a explicar cómo sube al trono; si no lo sabéis, merece la pena que lo descubráis vosotros mismos por el libro o por la serie.

Una vez acabados los preámbulos, nos centramos en lo importante: ¿qué le pasa a este muchacho que lo ha hecho aparecer en este blog?
Partimos de la base de que es el príncipe heredero. Ha sido de toda la vida un niño muy mimado ("el pelota de su mamá", que se dice en mi tierra) y consentido: chasquea los dedos y tiene todo lo que quiere en un abrir y cerrar de ojos. Lo han educado para ser rey algún día, con todo lo que eso conlleva.
El tema de estar mimado y ser el niñito de su mamá trae aparejado que está acostumbrado a la satisfacción inmediata, a que no tolera la frustración porque nunca le han negado nada, a la impulsividad (todo lo que pide, sea lo que sea, se lo conceden. Con lo cual, no importa lo que desee), y además cuando quiere es muy persuasivo y manipulador: todo sea por convencerte. Sabe perfectamente -pese a que sube al Trono siendo prácticamente un niño-, qué hacer para conseguir lo que quiere, a quién pedírselo y cómo pedírselo. Todo sonrisas, todo amabilidad, atento, meloso, dulce. El físico también ayuda, ya lo habéis visto en la foto.
Eso sí, cuando no le salen los planes según lo esperado, se pone nervioso, no se sale con la suya o no consigue hacerse entender, Joffrey se enfurece. Se enfurece muchísimo.
De igual forma es mentiroso y por qué no decirlo: cobarde. Eso se ve clarísimamente al poco de empezar el primer libro, cuando por diferentes circunstancias tiene un enfrentamiento con Arya Stark, otro de los personajes.

¿A qué nos suena todo esto que acabáis de leer?
Bingo, a trastorno de personalidad. Del cluster B además. Ay, mi cluster B, ése que tanto me gusta... Además encaja en cualquiera de los cuatro trastornos:
- Antisocial, se ven moralidad dudosa o nula, principios propios, falta de empatía...
- Límite, por su impulsividad, su poca tolerancia a las negativas y a la frustración.
- Narcisista: Una de las oraciones que no se le cae de la boca es "¡Yo soy el Rey!" en sus distintas variantes.
- Histriónico: hace diversas cosas siempre intentando llamar la atención. Así se siente importante, indispensable.

Peeeeero hay personajes que lo tienen calado; el problema es que si le llevan la contraria, no acaban bien. Nada bien -otra cosa típica, ¿verdad?-, porque para algo es el rey. El que la hace, la paga.

Joffrey aprueba este post. ¡Menos mal!

Pero hay un poco de mar de fondo ahí, y es que nunca ha obtenido del todo la aprobación de su familia. Su padre ve que no es oro todo lo que reluce y no siente mucho afecto por él. Su madre suele hacer la vista gorda. Sus hermanos le tienen miedo. A sus tíos, tanto paternos como maternos, no acaba de cuadrarles el chico.
La única vía de escape, lo único con lo que demuestra que es adulto, reafirma que su sitio está en el Trono de Hierro y le hace saber a los Siete Reinos que no se lo van a arrebatar, es hacer cosas que para su gusto son osadas y adecuadas.
Y aquí viene el quid de la cuestión: las cosas que hace Joffrey, tanto siendo príncipe como reinando, no son osadas. Son sádicas -en este caso, sadismo para mí; hijoputismo para la mayoría-.
Con lo cual, cuando Joffrey se convierte en rey sale a relucir su verdadera naturaleza, ésa que disimulaba y procuraba esconder: es despiadado, violento, agresivo, falto de escrúpulos, desinteresado (en su sentido más literal), egoísta, explosivo, odioso, y de soluciones rápidas, a su conveniencia.
¿Por qué sale a la luz la realidad? Fácil y sencillo: porque una vez sentado en el Trono de Hierro, nadie puede prohibirle nada. Se descontrola porque no tiene límites. No hay nadie por encima de él que le diga lo que tiene o no tiene que hacer, o cómo comportarse. Se le ha subido el poder a la cabeza.
No podemos perder de vista tampoco una cosa: muchos de los actos de Joffrey no son por placer, sino por egoísmo. "Si éste tiene algo contra mí, lo elimino y listo. Uno menos del que preocuparme".
A eso se le suma que tengo mis dudas de que Joffrey sienta amor por alguien; amor entendido como aprecio. Creo que lo suyo es más bien tolerancia.
Es importante saber que el amor en "Juego de Tronos" funciona por conveniencias y matrimonios políticos. Y Joffrey no va a ser menos. Es el Rey, es un buen partido... Todas las Casas quieren emparentarse con la Casa reinante, y en todas hay doncellas muy jovencitas; de ésas que sólo conocen el amor de los cuentos y las canciones. Me da a mí que la afortunada que se case con él se va a llevar un chascazo importante.

Así que, en resumidas cuentas, Joffrey es manipulador, impulsivo, cobarde, egoísta y cruel. Mucho, muchísimo. Y a eso se le unen la inexperiencia, el cargo que ostenta, que está en una edad muy complicada y que la gente que lo rodea (consejeros, caballeros y la corte), tiene su telita.


Como preguntas finales: ¿cómo puede gustarme a mí este personaje, siendo como es? ¿Es patología? ¿Es mala persona ya de nacimiento? Pues la verdad, no tengo respuesta a las dos primeras. Pero con respecto a la tercera yo aventuraría que sí, que es parte de su forma de ser.
En cuanto a gustarme, será por el cluster (que ya sabéis que me fascina); será por cómo hace las cosas; será porque al fin y al cabo el ser así no es del todo culpa suya, en parte es por la educación y el trato recibidos, y las circunstancias.

Pese a que parece a simple vista un recurso facilón con una única misión en las novelas -ser el más odiado, al paso que va la criatura-, yo no lo veo un personaje plano para nada. Para absolutamente nada. Creo que irá a peor, porque si bien es interesante, mucho me decepcionarían él y el autor si se volviera bueno de repente.
Así que como no creo espero que no pase eso, y a mí la maldad en la literatura y el cine me apasionan, estoy encantada y muy esperanzada con Joffrey. Voy a pasar muy buenos ratos leyendo lo que hace y cómo reina.

Para finalizar quiero comentar una cosilla.
Quizás muchos de los que sois seguidores de la serie o las novelas al leer esto penséis que quiero vender la moto de que Joffrey en el fondo no es tan malo. Sí, sí lo es. Tengo gustos raros, pero no estoy ciega. Es de los peores personajes que he tenido el placer de conocer a lo largo de mi vida lectora. Es un verdadero despojo, el demonio, el terror y la maldad hechos carne.
Pero no puedo evitar que me guste, ni quiero impedirlo tampoco.


Hasta aquí el frikipost.
Espero que os haya gustado y os lo hayáis pasado bien leyéndolo. Y a los que no habéis leído o visto aún "Juego de Tronos" os lo recomiendo encarecidamente, que está muy bien.
¡Hasta pronto!

Nurse Lecter