miércoles, 6 de mayo de 2015

Quinta rotación: Infanto-Juvenil

¡Hola a todos!

Qué, ¿cómo estáis? A los pequerresis os quedan días, ya podría decirse que horas, para empezar a vivir el sueño. Se pasa muy rápido, así que disfrutadlo y aprovechad, que es una gozada.

Por mi parte, traigo la experiencia de mi quinta rotación, la que supone el ecuador de mi residencia: el Centro de Salud Mental Infanto-Juvenil.




Ya sabía algo de este servicio, porque mi co-R rotaba justo delante de mí. Entre ambas hay una pequeña y sutil diferencia: a ella le encantan los niños. Yo en cambio prefiero tratar con adultos.
Voy a seros franca: me parece muy interesante y muy llamativo el trabajo en Infantil; me gusta, porque haces muchísimas cosas y exploras aspectos de la salud mental muy curiosos, muy "específicos". Pero por otro lado, yo sé que si en el día de mañana me tocara trabajar en Infantil, me daría algo. Voy a ser más amplia: si en el día de mañana tuviera que trabajar con niños (da igual sitio o especialidad), me daría algo.

Y ahora sí, vamos a lo que os interesa: ¿qué se hace en Infantil?
Es una pregunta fácil: se tratan enuresis, encopresis, problemas de alimentación, modificaciones de conducta, se hacen grupos de habilidades sociales, técnicas de relajación... con niños de todas las clases, edades y diagnósticos.
Ahora, lo difícil es concretar. ¿Qué se hace en cada situación? Yo eso no lo tuve claro hasta tres semanas después de haber empezado aquí.
Un poco en líneas generales, Enfermería se encarga de preguntarle cosas como el curso y el colegio en el que estudia, hacerle un genograma, explorar las relaciones con su familia y amigos, recoger antecedentes familiares, y conocer su rutina diaria.
Según el motivo de consulta, se hará una cosa u otra luego. Pero todas las primeras visitas son así.
Cada consulta es distinta. Y cada niño, independientemente de su diagnóstico, un mundo. No hay dos consultas iguales, ni siquiera parecidas. El niño que no es tímido es la mar de salao; el de más allá se pone a llorar porque está nervioso, el otro sonríe y es muy sencillo entrevistarlo...

¿Pero qué es "una cosa u otra"?
Pues si es una enuresis o una encopresis, se le darán pautas para tratarla. Si es por ansiedad, se le enseñará respiración abdominal y luego se cita al niño para darle sesiones de relajación, individuales o grupales. Y si es una modificación de conducta, se le pide al niño que salga fuera y se le dan a los padres una pautas iniciales.
Todas estas situaciones precisan de seguimiento; se cita en X semanas, dependiendo del caso.

He comentado antes que también se hacen grupos de habilidades sociales -otros profesionales llevan otra clase de grupos-. Se divide a los niños en "pequeños", "mayores" y "adolescentes"; cada uno va al grupo que tiene asignado, en su día y hora correspondientes.
Estos grupos en general están muy bien, es como una modificación de conducta que se le hace directamente los niños. Mediante juegos, ejemplos, puestas en común, interacción, etcétera, aprenden cómo resolver conflictos sin recurrir a la violencia, cuándo una cosa es segura o no...
Enfermería también se encarga de los grupos de padres, que son sesiones de modificación de conducta grupales, por definirlo de alguna manera. Este grupo para mí ha supuesto un cambio de paradigma, porque difiere de cómo me criaron a mí de niña; aunque sólo es un poco, es lo justo para ver cómo han cambiado las cosas durante estos años que he crecido.

Pero mi grupo favorito -por irónico que parezca-, es uno que Enfermería no imparte: el de niños con trastorno generalizado del desarrollo o TGD. Dos de sus patologías representativas son muy muy muy famosas: el síndrome de Asperger y el autismo. Y os parecerá extraño, pero con estos peques me llevo de maravilla.
Entré al grupo por pura casualidad: le propuse a la psiquiatra que lo lleva acudir a una sesión para ver cómo funcionaba. Me gustó tantísimo que ella misma me dijo que contaba conmigo para las siguientes sesiones. Y los niños me acogieron muy bien, sin recelos ni rechazo.

Así que aquí estoy: haciendo bastantes cosas sola, entrando a todos los grupos que puedo y aprendiendo muchísimo. Eso es lo bueno de Infantil: que son cosas muy específicas (a un adulto como que no le vas a hacer un seguimiento de enuresis, o una modificación de conducta franca).
A pesar de que los niños no son mi tipo de paciente preferido, estoy aprendiendo a atenderlos con toda la profesionalidad que soy capaz, dándoles lo mejor de mí como enfermera. Y la verdad, no me está resultando muy complicado hacerlo. Creo que es cosa de acostumbrarse a que son unos pacientes con características peculiares.

Y por el momento, no hay nada más relevante que contar de este servicio.
Espero que os haya gustado el post.
¡Intentaré actualizar pronto! ¡Hasta otra!

Nurse Lecter

2 comentarios:

  1. Si encima no te gustan mucho los niños o trabajar con ellos debe ser un reto bastante completo. Pero seguro que has aprendido mil cosas interesantes después de tratar con los peques.

    ¡Besos!

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    Respuestas
    1. Eso es, me lo he tomado como un reto. De momento creo que lo voy superando, pero he notado más el esfuerzo que en otros servicios. Aquí la fluidez no me ha salido sola ni tan fácil, y aún estoy intentando que salga toda. Con los adultos en cambio me sale enseguida sin problemas.
      Con los peques hay que ser delicado, ya sabes... no puedes decir las cosas tan directamente como a un adulto, hay que ser más directivo y más cariñoso, y llevar mucho más cuidado con lo que se dice y se hace.
      He aprendido, mucho sí. Y como acabo a final de mes, seguro que aprendo bastante más en estas 3 semanillas que me quedan de trabajar con niños.
      ¡Muchos besotes!

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