martes, 11 de noviembre de 2014

Suicide

¡Muy buenas a todos!

Esta nueva entrada se ha hecho esperar. Mil perdones, pero es que entre cursos, sesiones, clases, rotaciones y congresos voy un poco ahogada.
En esta ocasión no quiero aburriros con enfermedades mentales más "habituales", como la esquizofrenia, la depresión o la ansiedad; las abordaré también, pero tiempo al tiempo.
Hoy hablaremos de algo que a mí me atrae como objeto de estudio, pero que también me impresiona y asusta: el suicidio. Y como siempre, vamos a "desmenuzarlo":

1) ¿A qué se debe? Circunstancias precipitantes (1):
Un aspecto importante en el suicidio es la enfermedad mental previa, como en el caso de la depresión. Aunque no podemos despreciar que se asocia también a patologías orgánicas: la epidemia de SIDA en su momento iba de la mano con un importante número de suicidios. Algo parecido ocurre con el cáncer.
También se ha asociado a AVE -Acontecimientos Vitales Estresantes, como podrían ser, por ejemplo, el desempleo (2)-, problemas familiares o consumo de sustancias. No obstante un porcentaje de estos suicidas no habían dado muestras de que esta idea pudiera rondarles.

2) Factores de riesgo (3):
Los más destacables son:
a) Sexo: las mujeres se centran más en la ideación y el intento. En cambio, los hombres llegan a consumarlo. Además, el género influye en el método: ellas no son tan "violentas" -fármacos, autolesiones...-. Ellos sí: precipitación, ahorcamiento, armas de fuego. Quizá por eso se consuman los suicidios masculinos, porque sus métodos son más efectivos en este aspecto.
b) Edad: normalmente es directamente proporcional (a más edad, más riesgo); este problema se da en personas con edades comprendidas entre los 40 y los 50 años. Aunque parece que están "cambiando las tornas", como suele decirse: se nota un repunte en el intervalo de los 15 a los 24 años.
c) Trastornos médicos, ya explicados en el punto 1).
d) Conducta suicida previa.
e) Antecedentes familiares. Este punto no está del todo claro, ya que no se sabe si se debe a la genética o al entorno del individuo.
f) Otros: estado civil, nivel socio-económico, etnia, trastorno de ansiedad... Y estudiando la asignatura de Psiquiatría en la carrera nuestra profesora nos comentó que el momento del año también influye: se observan más casos de suicidio en las estaciones menos "extremas", como la primavera y el otoño.

3) Actuación ante el paciente suicida :
Lo primordial es primero salvar la vida del paciente; ya habrá tiempo de hacer un diagnóstico psiquiátrico.
Por supuesto, la manera de actuar dependerá del tipo de acto cometido: el procedimiento a seguir difiere entre un ahorcamiento, una precipitación o una ingesta de medicación.
Posteriormente, y cuando la situación vital está estabilizada, se puede entrevistar al paciente, recabando información general (tentativas previas situación familiar y social...), y específica sobre el intento en sí: por qué lo hizo, cómo se encontraba anímicamente, si había alguien cerca. Y además, es muy importante tomarse en serio todos los gestos parasuicidas que tratemos (4).
El paciente puede ingresar, quedarse en observación o irse de alta, según decida el psiquiatra.
Además, tenemos diversas escalas de valoración del riesgo de suicidio (5).

4) ¿Intento real o llamada de atención?
Esto es importante: debemos diferenciar el gesto autolítico real del que se hace con previsión de socorro (es decir, aquel en el que el paciente avisa a sus familiares antes, o lo deja todo preparado para que lo encuentren pronto). En varias ocasiones esta verbalización está íntimamente ligada a un trastorno de personalidad, tipo límite o histriónico.
En el tiempo que llevo rotando en Agudos, he visto muchos casos del segundo tipo; del primero casi ninguno. No ha ingresado prácticamente nadie que realmente haya intentado suicidarse. En cambio, los que he tratado en mi día a día han sido suicidas "de boquilla", por decirlo de algún modo. Llegan a la puerta de Urgencias diciendo que "quieren matarse" (cito textualmente); que van a tomar pastillas -o han tomado ya dos o tres que no implican riesgo alguno-, tirarse por un puente o poner la cabeza en las vías del tren. Y en cuanto el psiquiatra les dice que cumplen criterios de ingreso les cambia la cara; ahí nos damos cuenta de que lo más probable es que no sea cierto, pero por precaución los subimos a planta. Aunque a veces no hace falta ni eso: ven la sonda orogástrica para el lavado de estómago (caso de ingerir medicación), y se ponen pálidos.


También quiero comentaros la existencia de una "variante" -llamémoslo así-, del suicidio: el llamado "Efecto Werther" (6) o "fenómeno copycat"
No sabía cómo se llamaba, pero sí en qué consiste: en el suicidio siguiendo a una figura concreta (7). Esto seguramente se observa más si lo relacionamos con personajes famosos: por lo que nos explicaron en clase, ocurrió cuando murió Marilyn Monroe; también pasó con Kurt Cobain y en Japón, en la década de los 80, con una famosa cantante. En todos los casos citados ha habido suicidios posteriores de fans.
Dejo aquí las únicas referencias periodísticas que he podido encontrar:

Kurt Cobain: http://elpais.com/diario/1997/05/16/sociedad/863733608_850215.html
Yukiko Okada: http://elpais.com/diario/1986/12/06/opinion/534207613_850215.html

También quisiera compartir una pequeña observación acerca de la influencia social en este problema. Me refiero, por ejemplo, a las tribus urbanas.
Seguro que todos recordáis a los emos, y cómo los ve la sociedad en relación al suicidio. Bien, pues teniendo en cuenta la franja etaria en la que se encuentra (o encontraba, porque de un tiempo a esta parte no he visto a ningún chico o chica emo) este colectivo, no debemos perder de vista la "maleabilidad" y la inestabilidad que presentan, aparejadas a su edad. Es un periodo muy complicado en el que hay mil y un cambios.
Para muestra, un botón: http://www.esmas.com/noticierostelevisa/noticieros/730475.html
Todo esto me lleva a pensar en lo importante que es la prevención del suicidio incluso antes de la adolescencia. ¿Cómo? Con información; vamos, con Educación para la Salud, que normalmente es la mejor arma. Explicarles que es vital tener una buena autoestima, buenos amigos y -aunque es muy complicado a estas edades-, los pies en la tierra o la importancia de escucharles y hablar con ellos, entre otras cosas.

Como broche final, vídeo positivo :)




Y hasta aquí la "entrada patológica". Espero que os haya gustado, muchas gracias por leerla.
¡Nos vemos pronto!
Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
(1) Pacheco Tabuenca T.; Robles Sánchez, J.I.: "Emergencias extrahospitalarias: el paciente suicida". Sanid. mil. 2011; 67 (4): 345-353. Disponible en la web:
http://scielo.isciii.es/pdf/sm/v67n4/articulo2.pdf

(2) Espino Granado, A.: "Crisis económica, políticas, desempleo y salud (mental). Economic crisis, politics, unemployment and (mental) health". Rev. Asoc. Esp. Neuropsiq., 2014; 34 (122), 385-404. Disponible en la web: http://scielo.isciii.es/pdf/neuropsiq/v34n122/10debate01.pdf

(3) García de Jalón, E.; Peralta, V.: "Suicidio y riesgo de suicidio". ANALES Sis San Navarra 2002; 25 (3): 87-96. Disponible en: http://recyt.fecyt.es/index.php/ASSN/article/view/5559/4572

(4) Climent López, C. E.; Castrillón Muñoz, E.; Alberto Miranda, C.; González Caro, C. H.; Conde Ramírez, S. A.; Torres, F.: "Tratamiento del intento suicida". En: Asociación colombiana de Facultades de Medicina., editores. "Guías de práctica clínica basadas en la evidencia: Urgencias psiquiátricas", 2014. Disponible en:
http://www.medynet.com/usuarios/jraguilar/Urgencias%20Psquiatricas.pdf

(5) González Macip, S.; Díaz Martínez, A.; Ortiz León, S.; González Forteza, C.:González Núñez, J. J.: "Características psicométricas de la Escala de Ideación Suicida de Beck (ISB) en estudiantes universitarios de la ciudad de México".Salud Mental, 2000. 23 (2): 21-30. Disponible en:
http://www.medigraphic.com/pdfs/salmen/sam-2000/sam002d.pdf

(6) "Reivindicando la vida" ASULAC, 2014, 1. Disponible en:
http://www.asulac.org/revistas/RevistaAsulacNro002.pdf#page=26

(7) Durá Llopis, M.: "Perfil socio-cultural del suicidio infantil". Isla de Arriarán, 2009; 34: 301-308.




martes, 28 de octubre de 2014

Serie del mes

Hellooooo!!!

¿Cómo vais? Espero que bien.

Bueno... post cultural del mes, ¡al lío con él!

Se trata de una serie, la primera de esta sección. Es una de mis tres preferidas, y además muy famosa. A lo mejor alguno de vosotros es incluso seguidor de la misma. Y aprovechando la tesitura de que se acerca Halloween, es un muy buen momento para escribir una entrada sobre ella.

Estoy hablando de "American Horror Story". Para los que no la conozcáis (supongo que seréis pocos) sabed que ya va por su cuarta temporada... y dos particularidades: 
1) No es consecutiva. Es decir, cada una de las temporadas es diferente en tiempo, espacio, argumento y personajes. Podéis ver primero la que queráis, y en el orden que os dé la real gana.
2) Dentro de una misma temporada, no todos los capítulos están dirigidos por la misma persona. Hay varios directores.

Y si bien la temporada que hoy os muestro aquí no es mi favorita, está muy bien ambientada. Su subtítulo es "Asylum", que traducido literalmente del inglés significa "manicomio".



Título: "American Horror Story: Asylum"
Dirección/Creación: Ryan Murphy; Brad Falchuk
País: EEUU
Fecha de estreno: 17/10/2012
Fecha de emisión: 17/10/2012-23/01/2013
Canal de emisión: FOX
Capítulos: 13
Género: Thriller, terror
Reparto principal: Evan Peters, Jessica Lange, James Cromwell, Lily Rabe, Sarah Paulson, Zachary Quinto, Joseph Fiennes.
Guión: James Wong, Jennifer Salt, Tim Minnear, Ryan Murphy, Brad Falchuk...
Productor: Ryan Murphy






Su hilo conductor es la ficticia Institución Mental Briarcliff, en el año 1964; no obstante parte de la historia transcurre también en la actualidad. Además, van entrelazándose diversas vivencias dentro de una misma temporada.
Un chico, llamado Kit Walker (Evan Peters), es acusado de asesinar a varias personas y a su esposa, Alma. Por ello es internado en este manicomio. Allí conoce, entre otros, a Lana Winters -Sarah Paulson-, una periodista empeñada en descubrir al asesino y sus motivos, y a Grace (Lizzie Brocheré), una chica cuyo único deseo es escapar.
Pero una cosa son los pacientes, y otra muy distinta los trabajadores. Tal y como pasaba hasta hace relativamente poco tiempo, en "American Horror Story: Asylum", hay médicos y religiosas encargadas del cuidado de los enfermos.
Entre los primeros merece la pena citar al doctor Oliver Thredson -Zachary Quinto-, un especialista joven y defensor de los últimos avances en Psiquiatría; y al doctor Arthur Arden (James Cromwell), de más edad y que realiza experimentos con los pacientes. En cuanto a las segundas, destacan especialmente la hermana Jude -encarnada por la ENORME Jessica Lange-, una monja con mucha mano dura que atraviesa una crisis de fe; y la dulce hermana Mary Eunice (Lily Rabe), que no haría daño a una mosca. Hay muchos más personajes, tan interesantes o más que los principales, pero prefiero que los descubráis vosotros mismos.
En cuanto a las pequeñas historias que van entretejiéndose en esta temporada, hay alguna que otra que puede dejaros un poco descolocados.
Dejo el opening, el cual tradicionalmente pone los pelos de punta por sí mismo... y cumple su función de ir abriendo boca:




Respecto a mi opinión personal, antes he explicado que no es de mis temporadas predilectas. Pero tengo que admitir que han logrado el ambiente siniestro, deprimente y (por qué no decirlo), angustioso de los manicomios que antiguamente existían. Incluso aquí podemos ver algunos de los tratamientos usados en aquel entonces, como las duchas de agua fría. Por no mencionar el trato de los psiquiatras y las religiosas para con los pacientes. Hay algunos momentos en los que tú como espectador sufres y te sientes impotente, o por lo menos eso me pasaba a mí. Pensaba: "Ay, por favor, qué horror...". Al margen de estas observaciones, todos los actores están impecables; sus respectivos papeles son como anillo al dedo.

Como nota sentimental, contaros que le tengo mucho cariño a esta temporada. 
Coincidió con que yo empezaba el último curso de la carrera, que es donde tienes más libertad en las prácticas, y me vi la serie mientras rotaba por Urgencias (uno de mis prácticums preferidos, todo hay que decirlo). Y mientras la veía, recuerdo que pensaba: "Bueno, evidentemente la Psiquiatría ha avanzado muchísimo, y esto es posible que esté exagerado; pero aun así y por lo que estoy viendo, la patología mental me parece alucinante. Así que si la cosa ha ido a mejor, no estaría mal trabajar en Psiquiatría alguna vez"... y ahora mirad, ¡jajajaja! Se ve que era cosa del destino.
Alguna que otra amiga -no enfermera, apuntémoslo- me ha hecho la inevitable pregunta: "Pero si esto es todo de psiquiátricos y tal, ¿cómo puede no gustarte? Si es lo tuyo, ¿no estás haciendo esa especialidad?". Y no, no es que no me guste el tema patológico de esta temporada, sino otras cosas que no puedo contar porque si no spoileo demasiado.
Pero que esto no os tire para atrás, porque para casi todo el mundo "AHS: Asylum" es la mejor de las cuatro vertientes de esa formidable serie -como en tantas otras cosas que adoro, no me pidáis objetividad aquí, ¡es imposible!-.

Espero no haberos aburrido demasiado con este post.
¡Hasta más ver!

Nurse Lecter

jueves, 23 de octubre de 2014

Segunda rotación: Agudos (II)

¡Hola otra vez!
No sé si recordaréis que en mi anterior entrada expliqué que dividiría mi rotación de Agudos en dos posts por su extensión. Aquí va la segunda parte (si no leíste la primera puedes hacerlo aquí).
No hablaré aquí sobre la planta propiamente dicha, sino sobre mi valoración u opinión.


Tengo que admitir que Agudos no es de mis recursos favoritos. Aunque sólo he rotado por el CAD y por aquí, me han hablado del resto de rotaciones, tanto enfermeros ya especialistas, como los que han acabado este año y mis diferentes "R mayúscula". Y por lo que me han contado deduzco que los que me esperan me van a gustar mucho más.

También partimos de la base de mis preferencias: entre un hospital y un recurso comunitario (Centro de Salud Mental, Rehabilitación, Infanto-Juvenil...), prefiero la segunda opción. ¿Por qué? Por varias razones:
1) Veo la hospitalización demasiado "mecánica" o "cerrada", no sé si me explico: a tal hora se hace esto, a tal otra aquello, luego lo de más allá... Son horarios muy delimitados, y no siempre se da pie a "entretenerte" más de la cuenta con él: cuando no te interrumpe alguien para algo, el paciente tiene que ver al psiquiatra, o es la hora de las constantes, o la de comer.
2) No los ves en su entorno: no sabes cómo interactúan con su familia -y os aseguro que sólo observando a las visitas no tienes los datos suficientes-, cómo se desenvuelven en el día a día, las dificultades que presentan en cuanto a contacto social...
3) Los propios horarios y las pautas de medicación: ellos no están acostumbrados a comer o cenar tan temprano, muchos ni siquiera meriendan habitualmente, o repercute incluso en cosas tan simples como el aseo: no todos se duchan por la mañana, sino en otro momento del día. Les trastocamos los horarios, y en estos casos eso no es del todo adecuado.
Lo de la medicación es cosa aparte: "¿Por qué llevo dos pastillas iguales si antes sólo era una?" "¿Por qué el psiquiatra de aquí me cambia el tratamiento cada poco tiempo?" "¿Qué dosis llevo de _______ *inserte aquí medicamento psiquiátrico que toma habitualmente el paciente*?" "Con tanta pastilla voy muy amodorrado todo el día, ¿no podrían bajarme la dosis?", y mil cuestiones más. Una de las más recurrentes es que no se las quieren tomar: negocian, las escupen -con o sin disimulo-, se enfadan... Son cosas con las que no siempre están de acuerdo, y hay que lidiar con ello.
4) Cuando hablas con los pacientes tiendes a centrarte más en el episodio que los ha llevado a ingresar (aunque puntualizo, no descartas la visión global). A mí me gusta hacerles un seguimiento general en un ambiente relajado y no amenazante, en el que no se sientan cohibidos o les dé miedo contestarme. 
Entendedme: no es lo mismo que se plante delante de ti una enfermera con una chaquetilla sobre la ropa de calle en una consulta acogedora -en la que puedes entrar acompañado si lo deseas- que la misma enfermera con un pijama completo blanco en un despacho de hospital, frío e insípido, donde sólo estás tú; además la muchacha te va preguntando cosas relativas al motivo de por qué estás ahí metido, y no es muy agradable. Te ves indefenso y "solo ante el peligro", o ésa es la percepción que yo tengo.


No olvidemos que tiene que haber gustos para todo. Una de mis co-R, por ejemplo, es totalmente contraria a mí: adora la planta, pero no le pasa lo mismo con los recursos comunitarios.
Supongo que a algunos de los que elijan Salud Mental en abril del 2015 les pasará lo mismo, que les gustarán más unas cosas que otras.
Así que para gustos colores... y opinad, como siempre.
¡Nos vemos en la próxima entrada!

Nurse Lecter

sábado, 18 de octubre de 2014

Segunda rotación: Agudos (I)

¡Hola otra vez, chicos!

Bueno, ya en octubre... Desde aquí mando mucho ánimo a todos los opositores EIR. Con esfuerzo, tesón, constancia, pero sobre todo motivación, conseguiréis esa plaza por la que tanto estáis trabajando y sacrificando. El esfuerzo no será en balde, ya veréis.

Por mi parte, yo llevo ya casi seis meses de residencia (madre mía, en mayo pensé que mis "R mayúscula" exageraban con eso de que el tiempo pasa muy rápido, pero ya estoy viendo que no...¡qué rabia!), y estoy muy bien. Me gusta mucho Salud Mental, y además los enfermeros, auxiliares, celadores y médicos me miman un montón. Y con el resto de residentes de otras especialidades también hay muy buen rollo.

En fin, esta vez vengo con el segundo capítulo de mis memorias de residente, ¡jajajaja!
Ahora mismo estoy rotando por la Unidad de Hospitalización Psiquiátrica (UHP), o Unidad Psiquiátrica de Agudos (UPA).

Supongo que los que no habéis tenido contacto nunca con Psiquiatría pensáis: "Madre mía, ¡qué miedo!", o "Eso a mí me impondría", y demás. No os voy a mentir, yo estaba hecha un flan el primer día que pisé la planta. Bueno, un flan no... ¡era gelatina total! Estaba asustadísima, a saber lo que me encontraría. Tenía casi tanto miedo como cuando comencé a rotar por el CAD -si queréis ver mi experiencia en dicha rotación, podéis leerla clickando aquí-. Y como en ese momento, me bastó un sólo turno para sentirme segura y a gusto.

Aspectos laborales a destacar:
a) La reunión interdisciplinar diaria que mantenemos las enfermeras con los psiquiatras: les informamos de cómo han pasado el día los pacientes y resolvemos dudas sobre las pautas que debemos seguir, la medicación a administrar, la fecha de alta si vemos que están mejorando... La verdad es que el ambiente en las reuniones no es para nada tenso y los psiquiatras reconocen nuestro trabajo y ayuda.
b) La hora de terapia, que es cada día diferente: musicoterapia, relajación, ejercicio, taller de lectura/escritura y a veces de teatro, terapia de juegos, planificación del alta... Normalmente la dirige una enfermera, y los pacientes se lo pasan muy bien; es como un ratito de desconexión.
c) El contacto que hay entre diferentes recursos. Por ejemplo, si un paciente toxicómano se va de alta, automáticamente se llama al CAD para avisar de ello con vistas a reanudar el seguimiento allí. O si es paciente del Centro de Salud Mental se llama a la enfermera para obtener información con respecto al tratamiento que llevaba. En fin, hay mil muestras de este contacto.

En cuanto a los pacientes propiamente dichos, no están EN ABSOLUTO como yo me pensaba (es decir, gritando, agrediendo, violentos y toda la planta en contención mecánica). En cuanto los vi y traté con ellos el primer día ¡vi que para nada es como nos imaginamos!
El 95% son muy pacíficos, no se meten con nadie, se puede hablar con ellos, son muy agradables y se toman la medicación sin problemas. Lo único que los podría diferenciar de los pacientes de otras plantas son los delirios que les objetivamos o ciertas conductas que tienen: mantienen soliloquios, algunos presentan manierismos, estupor, bradicinesia, desinhibición...
Todo eso por no hablar del inmenso vocabulario que estoy adquiriendo y lo que estoy aprendiendo en lo que respecta al trato con estos pacientes (confrontación, reconducción, contención verbal, imposición de límites, cómo saber lo que le inquieta, marcar objetivos conjuntos), y la medicación: para qué sirve cada fármaco, cómo suele administrarse, cuáles se usan para cada patología...
Si hablamos de patología, hay de todos los tipos: trastornos esquizoafectivos, de personalidad -sobre todo límite e histriónica-, esquizofrenia, depresiones, toxicomanía (este colectivo normalmente permanece poco tiempo, como paso previo a ingreso en residencias o centros de día), patología dual, retraso mental combinado con patología psiquiátrica, trastornos bipolares, incluso hemos tenido casos de demencia.
Todo lo increíble que es el comportamiento -comparándolo siempre con el cliché que se tiene de ellos-, tiene su contrapunto en los delirios que presentan, que son los que todo el mundo conoce:
-De grandeza: Creerse Obama, el Rey o Dios (por poner unos ejemplos), o conocer directamente y de toda la vida a un personaje famoso.
-Místico-religiosos, como poder comunicarse con Dios, ser uno de sus enviados, profetizar la llegada de un nuevo Mesías o hasta del Anticristo.
-Paranoides: pensar que hay cámaras ocultas o que las enfermeras somos espías que trabajan para organizaciones secretas, que los envenenamos con la medicación, que hay asesinos a sueldo infiltrados entre el personal... Estos enfermos normalmente son muy suspicaces e impresionan de hipervigilancia.
-Alucinaciones propiamente dichas: ven a personas desconocidas que quieren hacerles daño, u oyen voces que los exhortan a quitarse la vida o les insultan, gritan...
-Celotípicos: el paciente cree que durante su ingreso su pareja lo engaña con otro.
-De ruina: que les quieren robar el dinero o quitarles la herencia es algo muy típico del paciente psiquiátrico.

Son pacientes muy espectaculares en este sentido, porque además (y sobre todo en el caso de los delirios místico-religiosos), te lo cuentan tan tranquilos, dando por hecho que todo el mundo puede hablar con Dios o saber cuándo será el Apocalipsis. No se alteran, te lo dicen totalmente convencidos. Al fin y al cabo eso es lo que caracteriza a las ideas delirantes: son irrebatibles a cualquier argumentación lógica.

Ahora bien, si os fijáis antes he dicho "la mayoría" o "el 95%". ¿Qué pasa entonces con esa pequeña parte de pacientes sobre los que no he hablado aún? Pues que ésos sí que están agitados y sí que son violentos: gritan, no se dejan pinchar la medicación intramuscular, insultan, y si no están contenidos incluso intentan golpear a quien les pille por delante. En ese caso, pasas el mal rato como puedas y cuando esté más tranquilo -y la medicación haya hecho su efecto-, puedes hablar con el paciente. Tengamos en cuenta de todas maneras que esto es "puntual": no suelen estar así más de un día; sobre todo porque poco a poco van concienciándose de que la medicación es beneficiosa y de que cuanto más la acepten, más pronto podrán marcharse.

Y por el momento nada más.
Postearé en unos días la segunda parte de esta rotación; si escribía en una sola entrada todo, se hacía demasiado extensa, así que he preferido separarla.
¡Hasta ese momento pues!

P.D.: Huelga decir lo de siempre: comentad, opinad... ¡de momento no muerdo a nadie por hacerlo, jajajaja!

Nurse Lecter

miércoles, 8 de octubre de 2014

Psych

¡Hola y bienvenido a todo el que esté leyendo este post!

Esta vez hablaremos de patología, me apetece bastante. En concreto conoceremos un poquito la psicosis.
A título personal yo la encuentro muy compleja, porque como le comenté a una enfermera, mi impresión de la Psiquiatría es que se entremezcla todo; no hay límites claros entre la sintomatología perteneciente a enfermedades parecidas, o yo por lo menos no los veo todavía por mi poquísima experiencia. En todo caso, es un "revoltijo" muy interesante, o así me lo parece a mí.
En fin, vamos al grano.

1) ¿Qué es la psicosis?
Seguramente lo primero que nos acude a la cabeza al pensarlo es musiquita siniestra de violines sonando en una ducha. No es raro, que sepáis que a día de hoy a mí también me sigue viniendo esa idea primeramente aun habiendo visto ya a más de un psicótico.


Sin embargo la psicosis es mucho más que eso. 
Vamos primero con la definición "de andar por casa": la psicosis supone una alteración del estado mental que repercute en la forma y el contenido del pensamiento (1) -normalmente para mal, por decirlo de alguna manera-.
Ahora, y poniéndonos un poco más "técnicos", el CIE-10 (por ejemplo), cataloga la psicosis como F23; a su vez, dentro de ese F23 hay varias subcategorías. No obstante en ésas no vamos a ahondar, pues el post se alargaría demasiado.
El F23 puro y duro es el siguiente:
Trastorno psicótico agudo polimorfo (sin síntomas de esquizofrenia): aquí aparecen síntomas que incluyen alucinaciones, ideas delirantes y/o alteraciones sensoperceptivas. Es un trastorno cambiante, los sujetos ciclan muy rápido -días o incluso horas-, y alternan estados emocionales opuestos. (2)
Ahora bien, entre paréntesis pone "sin síntomas de esquizofrenia". Y vosotros y yo preguntamos: "¿Cómo es eso, si hay síntomas positivos de la misma?". Pues cierto, sí que los hay, pero no hemos tenido en cuenta las pautas para el diagnóstico de este F23 (3). Son las siguientes -fijaos concretamente en el último punto-:

a) El comienzo sea agudo (pasar desde un estado no psicótico a un estado claramente psicótico en el plazo de dos semanas o menos).
b) Estén presentes varios tipos de alucinaciones o ideas delirantes, variando de tipo e intensidad de un día para otro o dentro del mismo día.

c) Exista un estado emocional cambiante de forma similar.
d) A pesar de la variedad de los síntomas, ninguno esté presente con la suficiente consistencia como para satisfacer las pautas de esquizofrenia (F20.-) o de un episodio maníaco o depresivo (F30.- o F32.-).


Así que ya lo sabemos: hay síntomas susceptibles de que sea esquizofrenia, pero no están tal y como se precisa para que el sujeto sea diagnosticado de esquizofrénico.
En cuanto a los subtipos, son los siguientes (4):
F23.1 Trastorno psicótico agudo polimorfo con síntomas de esquizofrenia.
F23.2 Trastorno psicótico agudo de tipo esquizofrénico.
F23.3 Otro trastorno psicótico agudo con predominio de ideas delirantes.
F23.8 Otros trastornos psicóticos agudos y transitorios.
F23.9 Trastorno psicótico agudo y transitorio sin especificación.

Creo que ahora entendéis que me cueste tanto diferenciar unas patologías de otras; todas tienen manifestaciones o síntomas de todas, valga la redundancia.


2) ¿Cuáles son los síntomas de la psicosis?
Si hablamos de lo que he aprendido hasta ahora en mis rotaciones, el paciente psicótico presenta alucinaciones, ideas delirantes, irritabilidad, agitación, impresiona -es decir, se puede observar en él- de la llamada "angustia psicótica"... de hecho todos los que he visto llegan a la planta en contención mecánica; y si no, se les aplica a su llegada para evitar la auto y heteroagresividad que se deriva de su estado.
También se han hecho estudios a este respecto, encontrándose estos dominios (5): delirios extraños-alucinaciones; deterioro y síntomas de desorganización; deterioro con paranoia, ansiedad y agresividad;  paranoia, ansiedad y agresividad por sí solas; síntomas depresivos y delirios extraños; y paranoia, ansiedad, agresividad con síntomas depresivos.


3) ¿Cuáles son las causas de la psicosis?
Son muy diversas. Orgánica por ejemplo -epilepsia, encefalopatías, tumores...-, o debida al consumo de sustancias. La psicosis puede estar inducida también por otras enfermedades mentales. (6)


4) ¿Cómo se trata?
En lo que respecta al tratamiento farmacológico, lo que más se usa en el tratamiento del paciente psicótico son neurolépticos -también llamados antipsicóticos- como flufenazina (Modecate), clozapina (Leponex), olanzapina (Zyprexa), risperidona (Risperdal), ziprasidona (Zeldox), aripiprazol (Abilify)... a dosis mínimas (7). Últimamente también es importante considerar la paliperidona (Xeplion) mensual.
Sin embargo y en lo que se refiere al tratamiento no farmacológico en un brote psicótico agudo, se utiliza la contención mecánica, y tranquilizar al paciente sin escatimar en estrategias ni tiempo para ello. Sí, lo de tranquilizar parece un imposible, pero es necesario. Es interesante intentar orientarlos en las tres esferas, hacerles saber que no nos son ajenos ni su angustia ni su agitación, y tratar de indagar en caso de que sufran alucinaciones. En estos momentos podría resultar un poquito contraproducente confrontarlos (es decir, intentar convencerlos de que lo que ven y/u oyen no es real), puesto que están muy agitados y además podrían pensar que no nos los tomamos en serio. Cuando estén más calmados -y pase más tiempo-, podemos hacerlo.



En cuanto a mi experiencia con pacientes psicóticos no ha sido negativa. Aunque vamos a ser sinceros: tratar con ellos no es fácil. En estos momentos el paciente está agitadísimo: grita, suda a mares, está convencido de que vamos a hacerle daño, nos mira muerto de miedo, nota que no puede moverse porque está atado (y además no comprende el motivo), y ponerle la pauta de agitación es una odisea.
No obstante y cuando mejoran, es muy gratificante verlos. Ellos mismos te dicen: "Ahora que estoy en mis cabales me acuerdo de cómo estaba al venir, y de verdad que me encuentro mucho mejor".

Mi intención no es asustaros con el penúltimo párrafo, de verdad. Lo único que quiero es ilustrar todos los momentos -tanto buenos como malos-, que tiene la Salud Mental. No todo es ver la mejoría clínica, también hay que lidiar con momentos más tensos.


Por el momento nada más. Espero que os haya gustado este post.
¡Hasta otra!

Nurse Lecter

Ésta es la bibliografía que he consultado para realizar este post.
(1), (6): Restrepo, D.; Rodríguez, A.; Cardeño, C.: "Psicosis orgánica en una paciente con 
encefalopatía reversible posterior: reporte de un caso". Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 39 / No. 4 / 2010. Disponible en la web: http://www.redalyc.org/pdf/806/80619231011.pdf

(2), (3), (4): Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), décima versión. Disponible en:  http://www.psicoactiva.com/cie10/cie10_14.htm

(5):Gerardo Téllez R.L; Ricardo Sánchez P.; Luis Eduardo Jaramillo: "Análisis de la estructura del síndrome psicótico agudo". Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 41 / No. 1 / 2012. Disponible en la webhttp://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v41n1/v41n1a05

(7): Apiquian, R.; Fresán, A.; Ulloa, R.E.: "Diagnóstico y tratamiento de los pacientes con primer episodio psicótico". Salud Mental número especial, 1999. Disponible en la web: 
 http://inprf.bi-digital.com:8080/bitstream/123456789/1809/1/sm220779.pdf