sábado, 25 de febrero de 2017

Pensar en positivo

¡¡Holaaaaaaaaaa!!

¿Cómo va todo? ¡Espero que en general bien!
Específicamente para los opositores del EIR sé que está siendo una espera larguísima, que ha pasado lo que nunca se pensó que pasaría y que hay muchos nervios. Desde aquí os mando todo mi apoyo y mi ánimo. Sé que no os consuela ni os hace sentir mejor, pero es la verdad: es sólo un examen y hay cosas mucho más importantes, como la familia o la propia salud. No dejéis que os amargue la existencia, ni dejéis de lado lo que para vosotros es esencial. Al EIR se puede presentar uno cada año pero ver crecer a tus hijos, por ejemplo, sólo ocurrirá una vez.

En fin... ¡voy al lío! Me apetece enseñaros cosas alegres hoy, aunque procuraré ser breve.
Llevaba ya un tiempo teniendo muuuuuuuuuuuchas ganas de hablar y dar a conocer lo que toco en esta entrada de hoy. Y en mi humilde opinión y bajo mi experiencia, durante la residencia apenas se habla de este concepto, que es esencial.
Me refiero a la salud mental positiva.



Mucha gente se queda con "lo malo" de la salud mental, que es su alteración o problemas derivados. Pero no siempre se tiene en cuenta el lado diametralmente opuesto, que es gozar de una buena salud mental; de hecho, muy pocas veces he abordado esta posición en las consultas. Por no hablar, claro está, de lo que ya sabemos: que tan importante es la salud física como la que hoy nos ocupa en el blog.

Vale, ¿qué es la salud mental positiva?
De una forma puramente intuitiva, somos capaces sobradamente de relacionar salud mental positiva con "bienestar". Podemos dar un paso más, y simplemente recordar -por ejemplo-, lo bien que nos sentimos cuando conseguimos algo que ha costado mucho o cuando resolvemos un problema que nos parecía imposible. Eso también es bienestar, aunque hay una diferencia: en este caso, el bienestar sobreviene tras ver que hemos podido manejar la situación o adaptarnos a ella. Esta idea entronca directamente con otro concepto que muchos conocemos y poco a poco se va haciendo cada vez más grande y famoso... la resiliencia, que no es ni más ni menos que la capacidad de afrontar la adversidad.
Así que sí, la salud mental positiva se refiere a esto: a ser optimistassaber controlar las complicaciones y problemas que vengan (y autocontrolarnos), y querernos y aceptarnos. 
Es un concepto bonito, ¿verdad?
Aunque no podemos hablar de la salud mental positiva y los problemas de salud mental como algo independiente: están correlacionados e interconectados. Y está más que demostrado que una buena salud mental reduce el riesgo de desarrollar ciertas patologías de este campo. De hecho, este aspecto positivo está enmarcado dentro de la promoción de la salud (1).

Para completar un poco más esta definición podemos tomar como referencia a la pionera de la salud mental positiva, Marie Jahoda, que procuró darle un constructo teórico al concepto en 1958 (2). Para ella, se basa en estos criterios:
1) Actitudes hacia sí mismo.
2) Crecimiento, desarrollo y autoactualización.
3) Integración.
4) Autonomía.
5) Percepción de la realidad.
6) Dominio del entorno.
Dentro de estos 6 ámbitos hay subclases, concretamente 16, pero no nos adentraremos en ellas.
Es algo que -todos lo sabemos-, pocas veces se consigue de forma simultánea. Pero al menos hay que intentarlo. El problema es que Jahoda dijo todo esto... y no pasó de ahí. Por ello me veo obligada a nombrar a otra mujer referente en este campo: María Teresa Lluch, la cual, aparte de idear un cuestionario para evaluar la salud mental positiva del individuo (2), también diseñó dos perspectivas distintas de la salud mental positiva: como constructo (integrado por diferentes ideas: accesibilidad del yo a la conciencia, sentido de identidad, motivación por la vida, implicación en la vida...)(3) y como concepto, centrándose más en la primera.
Y si hablamos del concepto de Salud Mental Positiva que propone la autora, éste engloba entre otros la felicidad, la satisfacción, el optimismo, el bienestar y la calidad de vida (3).


Marie Jahoda es la más famosa, pero hay muchas más teorías y autores, claro que sí. Por ejemplo, es curioso el enfoque salutogénico de Antonovsky, que considera la salud y la enfermedad como un continuum donde nunca se llega a los polos, lo que exige que la salud sea continuamente ajustada y re-organizada (4). O Bradburn, que propugna que la salud mental positiva se puede considerar una sensación subjetiva de bienestar.

Ahora viene lo que muchos queréis saber: ¿Cómo se puede conseguir o cultivar una buena salud mental positiva?
Estoy segura de que TODOS hemos cuidado de nuestra salud mental, pero no éramos conscientes de que lo hacíamos. Realmente es bastante sencillo, aunque el mundo en el que vivimos se empeñe en ponérnoslo difícil.
Podemos tomar de nuevo como modelo a María Teresa Lluch, que elaboró un decálogo de Salud Mental positiva muy chulo y completo. Si queréis verlo en otros idiomas podéis clickar aquí.

Recomendación nº1: Valorar positivamente las cosas buenas que tenemos en nuestra vida.
Recomendación nº2: Poner cariño a las actividades de la vida cotidiana. La felicidad está entre nosotros escondida en el día a día. No hay que afrontar cada actividad cotidiana (coger el metro, comprar, trabajar, ...) como un castigo o con indiferencia. Hay que buscar los aspectos positivos de esas actividades y ponerles un estado de ánimo favorable.
Recomendación nº3: No ser muy severos con nosotros mismos ni con los demás. La tolerancia, la comprensión y la flexibilidad son buenos tónicos para la salud mental.
Recomendación nº4: No dejar que las emociones negativas bloqueen nuestra vida: hay que enfadarse pero no desbordarse.
Recomendación nº5: Tomar conciencia de los buenos momentos que pasan en nuestra vida cuando están pasando. Si en nuestra vida hay buenos momentos para recordar estos tienen que haber sido buenos momentos cuando los hemos vivido. Por tanto hay que disfrutar de lo bueno del presente, además de recordar lo bueno del pasado y esperar cosas buenas del futuro.
Recomendación nº 6: No tener miedo de llorar y sentir. Hay que interpretar la normalidad de muchos sentimientos: si hemos tenido un desengaño es normal sentir desencanto, si hemos perdido un ser querido es normal -es saludable mentalmente sentir tristeza-… Ahora bien, si los estados emocionales son muy intensos, persistentes o incapacitantes hay que pedir ayuda profesional.
Recomendación nº 7: Buscar espacios y actividades para relajarnos mentalmente. Cada uno tiene sus propios gustos, recursos y estrategias (pasear, leer, practicar jardinería, no hacer nada, hablar con los amigos,...).
Recomendación nº 8: Intentar ir resolviendo los problemas que nos vayan surgiendo. ¡Si los problemas se acumulan, la salud mental tiembla! No todos los problemas tienen buenas soluciones pero hay que intentar siempre hacer algo para aliviarlos. Es la predisposición activa hacía la búsqueda de la solución.
Recomendación nº 9: Cuidar nuestras relaciones interpersonales. Hablemos con nuestros seres queridos, visitemos a nuestros amigos, compartamos alguna tertulia con nuestros compañeros, vecinos, etc.
Recomendación nº 10: No hay que olvidarse de pintar la vida con humor para que ésta tenga más color.

A mi parecer todo esto son gestos sencillos en su mayoría (aunque personalmente admito que por mi propio carácter me cuestan una barbaridad las indicaciones 3 y 4... y en en muchas ocasiones la 6), y que normalmente no hacemos porque estamos más preocupados por lo negativo que por lo positivo. Intento aplicar este decálogo en mi vida diaria; sin embargo soy humana y no siempre lo consigo. ¡Pero que no se diga que no se intenta!
Además me parece que todos estamos de acuerdo en que necesitamos tener un espacio propio para nosotros y emplearlo en lo que queramos -leer, oír música, estar con "nuestra gente", irnos de compras, o simplemente tumbarnos en la cama a mirar el techo y tener pensamientos filosóficos si nos apetece-, y que estaría bien apreciar lo que tenemos: personas, momentos, sentimientos...
Por supuesto hay muchas más recomendaciones para una buena salud mental positiva, pero se resumen básicamente en ser optimista, cuidar de tus seres queridos (y dejar que te cuiden), no dejarte dominar por la negatividad y ser menos rígidos en todos los aspectos.

Para ir acabando añado una canción que es de mis preferidas. Me sube la moral una barbaridad y va al pelo con la entrada, así que me gustaría compartirla con vosotros aunque la conocéis de sobra.

"In every life we have some trouble
but when you worry, you make it double." 
Eso es lo que debemos tener en cuenta.


Tras leer el post ya no tenéis excusa para no poner en práctica la positividad de la salud mental, ¡jajajaja! Ya me contaréis cómo os ha ido la prueba.
Espero, una vez más, que esta entrada os haya sido útil; o por lo menos que os haya gustado. Como siempre, estoy abierta a aportaciones, comentarios, nuevas ideas... incluso si queréis corregir algún dato o veis que se ha quedado la entrada un poco "vacía", no dudéis en decírmelo.

Hasta muy pronto, y recordad: ¡intentad ser positivos y quereros!

Nurse Lecter


Bibliografía consultada:
1) Organización Mundial de la Salud. Prevención de los Trastornos Mentales. Intervenciones efectivas y opciones de políticas. Informe compendiado. Ginebra, OMS. 2004. Disponible en:
http://apps.who.int/iris/bitstream/10665/78545/1/924159215X_spa.pdf?ua=1
2) Lluch, M.T. Evaluación empírica de un modelo conceptual de salud mental positiva. Salud Mental, 2002. 25(4): 42-55. Disponible en: http://www.medigraphic.com/pdfs/salmen/sam-2002/sam024e.pdf
3) Lluch Canut, M.T. Construcción de una escala para evaluar la salud mental positiva [Tesis doctoral]. Barcelona: Universidad de Barcelona, departamento de Metodología de las Ciencias del Comportamiento. 1999. Disponible en:
http://www.tdx.cat/bitstream/handle/10803/2366/E_TESIS.pdf
4) Rivera F., Ramos P., Moreno C., Hernán M., García-Moya I.: Análisis del modelo salutogénico y del sentido de coherencia: retos y expansión de un enfoque positivo de la salud y el desarrollo. Formación en salutogénesis y activos para la salud (pp. 27-45). Sevilla: Escuela Andaluza de Salud Pública, 2010. Disponible en:

2 comentarios:

  1. No conocía el decálogo, pero veo hay reflejados muchos aspectos que intentamos promover en pacientes para que se sientan mejor, ya que no todo lo conseguimos con el tratamiento.

    Esa es también una de mis canciones favoritas.

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  2. Es que realmente es muy desconocido. Y es una pena, porque como bien dices, lo usamos aunque no somos conscientes de ello. Va muy bien aplicarlo siempre que se pueda.

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