Realmente fue el jueves 21 de mayo cuando ocurrió, pero he preferido dejar pasar una semana o así para recapitular y reflexionar con más tranquilidad.
Me hago mayor; ya soy R2. Pero no soy del todo consciente de eso aún.
La verdad, este año ha pasado rapidísimo. Todavía me acuerdo de la primera vez que pisé Agudos muerta de miedo, pegada a mi co-R y mirando para todos lados con ojos de búho, los pacientes paseando y mirándonos con curiosidad... Qué mal lo pasé con mis primeros pacientes agitados, psicóticos, o con trastorno límite de personalidad. Con esas técnicas verbales sola en la habitación del paciente; o con mi primera contención.
Y ahora aprecio todo eso.Me encanta, en dos palabras. Me veo con una soltura que nunca pensé (ni siquiera soñé), en tener algún día; con una decisión y un empuje que en mayo del año pasado no sabía de dónde iba a sacar. Creía que todo esto me venía grande. ¿Adónde iba yo, con veintitrés años, recién terminada y sin experiencia? ¿A una planta en la que los pacientes eran diferentes a los que yo estaba habituada y que iban a darme mil vueltas o (eso pensaba yo en esos momentos), vete tú a saber qué? No era algo que me sedujera mucho.
En estos doce meses ha habido momentos espectaculares y de crecimiento tanto personal como profesional; y también malos, como el suicidio de un paciente significativo para mí. El enterarme de la noticia a la mañana siguiente, de sopetón y sin anestesia, supuso un punto clave en mi residencia: ¿Cuántas veces más iba a pasarme eso? ¿Cómo lo llevaría si ocurría otra vez?
A día de hoy puedo decir bien alto que Salud Mental es un mundo nuevo, interesantísimo y -por triste que suene-, muy estigmatizado. Con muchas ideas falsas y preconcebidas.
Eso da para varios posts aparte, y no es el propósito de éste hablar del estigma; así que me limitaré decir que no depende sólo de los profesionales sanitarios, sino de muchos otros factores.
En fin, este año he experimentado un crecimiento exponencial. Me siento más enfermera, más... no sé, más completa en ese sentido. Tengo claro qué es lo que quiero y cómo podría lograrlo. Y volvería a luchar una y mil veces por un sueño como éste.
Sólo me queda seguir creciendo, aprendiendo y perfeccionando lo que ya sé. Me queda mucho por descubrir, porque nunca se deja de aprender. Y si bien el aprendizaje es continuo, la base de mi primer año es muy buena. Me da pie a seguir teniendo confianza en mí, en que puedo hacerlo bien. En que si quiero, soy capaz de llevar a cabo absolutamente todo lo que me proponga no sólo a nivel profesional, sino personal.
Tanto rollo sólo para deciros que soy "R mayúscula", para recordar y hacer balance, y para recalcar que estoy muy feliz con la especialidad elegida.
Lo siento, pero no he podido escribir posts patológicos hasta ahora, que es cuando me he liberado un poco más de trabajo y responsabilidades varias.
Como sabéis si habéis leído mis últimas entradas, he estado rotando por Infanto-Juvenil. Una de las patologías que más me llama la atención es "propia" de este servicio: el síndrome de Asperger (SA).
Y es sobre la que quiero hablar hoy.
Fue descubierto por Hans Asperger en 1944; y en un principio, la llamó "psicosis autística". Lo curioso es que, al mismo tiempo y sin saber nada de Hans Asperger, Leo Kanner también vio las características de este síndrome en otros niños (1).
El formato del "post patológico" es el de siempre, de preguntas y respuestas.
1) ¿Qué es?
Bueno... en lo que respecta a los lectores no sanitarios, lo más probable es que os hayan nombrado a Sheldon Cooper como ejemplo típico de Asperger. La verdad es que un Asperger real no difiere mucho de Sheldon, pero vamos a recapitular.
El síndrome de Asperger se encuadraba dentro de los Trastornos Generalizados del Desarrollo (TGD). Con el DSM-V, esto ha variado un poquillo. Ahora, el síndrome de Asperger entra dentro de los Trastornos del Espectro Autista (TEA) (2). Y las características principales de estos trastornos son (3):
1.- Deficiencias en la comunicación y en la interacción social.
2.- Patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento, intereses o actividades.
2) ¿Cuáles son las causas?
Pues como suele pasar en estos casos, la genética juega un gran papel. También está muy relacionado con el autismo. Y cabe destacar diferencias estructurales, como por ejemplo en la zona frontal y frontotemporal. (1)
No todo es factor intrínseco, sin embargo: puede haber también factores ambientales, que afectan sobre todo en los primeros años de vida.
3) ¿Y sus manifestaciones?
En general, las personas que lo padecen son 100% literales. La ironía y los sarcasmos no los pillan. En casos graves incluso no distinguen las emociones del interlocutor. No saben interpretar matices muy leves entre tristeza, pena, fastidio...(4) Tampoco "tienen filtro", como se suele decir. Lo que ven o piensan sobre el otro -sea bueno malo-, lo dicen, porque no son capaces de pensar que el otro puede sentirse molesto. No lo hacen a posta, no es falta de empatía: es que simplemente no pueden evitarlo.
Son igualmente retraídos, no les gusta mucho relacionarse(5). Entre otras cosas, por lo anteriormente expuesto: por los problemas que experimentan con la interpretación del lenguaje y las emociones. En casos graves, tampoco son dados al contacto físico. Lo justo y necesario; y si hay contacto cero, mejor.
Otra característica de los Asperger es que son"monotemáticos", tienen rigidez mental (6); de hecho, pueden llegar a cansar o a aburrir. Eso sí, como les gusta tantísimo un tema concreto, se vuelven unos entendidos: leen, investigan, preguntan -de hecho, Hans Asperger los llamaba "pequeños profesores", porque pueden llegar a controlar muchísimo-.
Imaginaos por un momento a alguien que le guste... que sé yo... los insectos, por poner un ejemplo. Tú aceptas escucharle un rato, claro. Pero al cabo de ese rato estás ya un poco harto de los bichos, de sus clasificaciones, familias, hábitats, diferencias entre colores, número de patas... Desvías la conversación hacia otra cosa. Y la persona saca, de una manera o de otra, el tema de los insectos a colación otra vez.
Los Asperger también son muy rutinarios, muy "de costumbres" (o "cuadriculados", dirían algunos); no llevan bien los cambios. Además, son muy repetitivos, no admiten variaciones y les gusta hacer las mismas cosas todos los días... varias veces incluso (5). No hay más que ver, por ejemplo, a Sheldon cuando le quitan su sitio del sofá: no está a gusto en ningún otro lugar del salón, y no para hasta que le vuelven a dejar su sitio. Y siempre llama a la puerta de un modo muy característico.
Es muy importante tener en cuenta lo siguiente: la inteligencia de un Asperger es como la de cualquier otra persona. No hay retraso mental (7). Que tengan problemas para relacionarse e interpretar emociones no quiere decir en absoluto que tengan retraso mental (yo he llegado a oír cada barbaridad... en fin, que hablar sin saber es muy fácil).
Y para finalizar esta pregunta, el lenguaje: los Asperger tienen una manera muy singular de hablar. Usan un lenguaje pomposo, muy florido, muy técnico(8). Y vocalizan muy bien (esto en ciertas zonas de España suena raro, ¿a que sí?).
4) ¿Hay escalas, pruebas o tests para detectarlo o cuantificarlo?(8)
Estas pruebas más bien reflejan en qué destaca un Asperger y en qué no. Por ejemplo, se usa la Escala
Vineland de Madurez Social para observar este aspecto. También se usa el WISC-C para ver cómo van en las diferentes áreas que evalúa esta escala (aritmética, memoria, capacidad de asociación, CI, atención...).
Asimismo, podemos mencionar la Escala Autónoma, que se usa en España.
Como dato, señalar que no se empiezan a detectar los síntomas del Asperger hasta los 4 años, más o menos.
5) ¿Hay tratamiento? (1)
Sí, pero sobre todo es psicoeducativo. En cuanto a fármacos, suelen usarse antidepresivos, psicoestimulantes, los antipsicóticos de segunda generación... Aunque también depende de cada caso y de su gravedad.
Los antidepresivos funcionan sobre todo en la parte motora (estereotipias, rituales...); los psicoestimulantes, en la parte del autocontrol; y los antipsicóticos, en la parte que respecta a la agresividad y conducta en general.
Para acabar, sabéis que siempre me gusta comentar anécdotas y dejar vídeos, así que aquí va una de cada. El vídeo corre a cargo del Dr. Cooper, y muestra algunas de las características del síndrome de Asperger antes citadas. Seguro que habéis visto todos los capítulos, pero aun así, creo que es un buen resumen.
En cuanto a la anécdota/dato curioso, algunos personajes famosos que se cree que tiene síndrome de Asperger son, por ejemplo, Tim Burton, Einstein, Newton, Susan Boyle (creo que este caso es el único con diagnóstico real)... La fuente no es fiable en absoluto, pero me ha llamado la atención ver algunos nombres. ¿Qué creéis vosotros?
Qué, ¿cómo estáis? A los pequerresis os quedan días, ya podría decirse que horas, para empezar a vivir el sueño. Se pasa muy rápido, así que disfrutadlo y aprovechad, que es una gozada.
Por mi parte, traigo la experiencia de mi quinta rotación, la que supone el ecuador de mi residencia: el Centro de Salud Mental Infanto-Juvenil.
Ya sabía algo de este servicio, porque mi co-R rotaba justo delante de mí. Entre ambas hay una pequeña y sutil diferencia: a ella le encantan los niños. Yo en cambio prefiero tratar con adultos.
Voy a seros franca: me parece muy interesante y muy llamativo el trabajo en Infantil; me gusta, porque haces muchísimas cosas y exploras aspectos de la salud mental muy curiosos, muy "específicos". Pero por otro lado, yo sé que si en el día de mañana me tocara trabajar en Infantil, me daría algo. Voy a ser más amplia: si en el día de mañana tuviera que trabajar con niños (da igual sitio o especialidad), me daría algo.
Y ahora sí, vamos a lo que os interesa: ¿qué se hace en Infantil?
Es una pregunta fácil: se tratan enuresis, encopresis, problemas de alimentación,modificaciones de conducta, se hacen grupos de habilidades sociales, técnicas de relajación... con niños de todas las clases, edades y diagnósticos.
Ahora, lo difícil es concretar. ¿Qué se hace en cada situación? Yo eso no lo tuve claro hasta tres semanas después de haber empezado aquí.
Un poco en líneas generales, Enfermería se encarga de preguntarle cosas como el curso y el colegio en el que estudia, hacerle un genograma, explorar las relaciones con su familia y amigos, recoger antecedentes familiares, y conocer su rutina diaria.
Según el motivo de consulta, se hará una cosa u otra luego. Pero todas las primeras visitas son así.
Cada consulta es distinta. Y cada niño, independientemente de su diagnóstico, un mundo. No hay dos consultas iguales, ni siquiera parecidas. El niño que no es tímido es la mar de salao; el de más allá se pone a llorar porque está nervioso, el otro sonríe y es muy sencillo entrevistarlo...
¿Pero qué es "una cosa u otra"?
Pues si es una enuresis o una encopresis, se le darán pautas para tratarla. Si es por ansiedad, se le enseñará respiración abdominal y luego se cita al niño para darle sesiones de relajación, individuales o grupales. Y si es una modificación de conducta, se le pide al niño que salga fuera y se le dan a los padres una pautas iniciales.
Todas estas situaciones precisan de seguimiento; se cita en X semanas, dependiendo del caso.
He comentado antes que también se hacen grupos de habilidades sociales -otros profesionales llevan otra clase de grupos-. Se divide a los niños en "pequeños", "mayores" y "adolescentes"; cada uno va al grupo que tiene asignado, en su día y hora correspondientes.
Estos grupos en general están muy bien, es como una modificación de conducta que se le hace directamente los niños. Mediante juegos, ejemplos, puestas en común, interacción, etcétera, aprenden cómo resolver conflictos sin recurrir a la violencia, cuándo una cosa es segura o no...
Enfermería también se encarga de los grupos de padres, que son sesiones de modificación de conducta grupales, por definirlo de alguna manera. Este grupo para mí ha supuesto un cambio de paradigma, porque difiere de cómo me criaron a mí de niña; aunque sólo es un poco, es lo justo para ver cómo han cambiado las cosas durante estos años que he crecido.
Pero mi grupo favorito -por irónico que parezca-, es uno que Enfermería no imparte: el de niños con trastorno generalizado del desarrollo o TGD. Dos de sus patologías representativas son muy muy muy famosas: el síndrome de Asperger y el autismo. Y os parecerá extraño, pero con estos peques me llevo de maravilla.
Entré al grupo por pura casualidad: le propuse a la psiquiatra que lo lleva acudir a una sesión para ver cómo funcionaba. Me gustó tantísimo que ella misma me dijo que contaba conmigo para las siguientes sesiones. Y los niños me acogieron muy bien, sin recelos ni rechazo.
Así que aquí estoy: haciendo bastantes cosas sola, entrando a todos los grupos que puedo y aprendiendo muchísimo. Eso es lo bueno de Infantil: que son cosas muy específicas (a un adulto como que no le vas a hacer un seguimiento de enuresis, o una modificación de conducta franca).
A pesar de que los niños no son mi tipo de paciente preferido, estoy aprendiendo a atenderlos con toda la profesionalidad que soy capaz, dándoles lo mejor de mí como enfermera. Y la verdad, no me está resultando muy complicado hacerlo. Creo que es cosa de acostumbrarse a que son unos pacientes con características peculiares.
Y por el momento, no hay nada más relevante que contar de este servicio.
Espero que os haya gustado el post.
¡Intentaré actualizar pronto! ¡Hasta otra!